El Gobierno apoyar¨¢ con condiciones la mesa de Ibarretxe para romper la imagen de inmovilismo

El Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar est¨¢ dispuesto a respaldar la nueva mesa por la paz que propone el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, con HB incluida, siempre que cumpla el requisito del punto 10 del Pacto de Ajuria Enea, esto es, que ETA declare previamente el abandono definitivo de la violencia o que HB se desmarque de la banda armada. El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, traslad¨® esta posici¨®n a Ibarretxe en el encuentro que mantuvieron el martes. El cambio de criterio del Ejecutivo central coincide con su esfuerzo por romper la imagen de inmovilismo que le atribuye el Pacto de Lizarra.

El Ejecutivo central y el PSOE comparten el diagn¨®stico b¨¢sico de que en Euskadi se asiste "m¨¢s a un proceso en favor de la autodeterminaci¨®n, impulsado por el Pacto de Lizarra, que a un proceso de paz". Pero tambi¨¦n comparten la preocupaci¨®n de que en la sociedad vasca pudiera estar calando una imagen de inmovilismo por parte de socialistas y populares en el proceso de paz, un inmovilismo que les atribuyen expresamente los partidos del Pacto de Lizarra. Sectores pr¨®ximos al bloque constitucional comparten estas cr¨ªticas. En este contexto se sit¨²a la actitud favorable de Carlos Iturgaiz a la nueva mesa de di¨¢logo propuesta por Juan Jos¨¦ Ibarretxe, si bien anteponiendo el cumplimiento del punto 10 del Pacto de Ajuria Enea. El Gobierno central argumenta que el propio ex lehendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza, cuando propuso su plan de paz en enero de 1998, ya planteaba el cese definitivo de las armas de ETA. A ello aludi¨® tambi¨¦n Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en su declaraci¨®n del 18 de diciembre de 1998 -tres meses despu¨¦s de que ETA anunciase el inicio de la tregua indefinida-, en la que por vez primera expres¨® su disposici¨®n a hablar con todos los partidos, incluida Herri Batasuna.

Gobierno y PSOE coinciden ahora en su disposici¨®n a respaldar la nueva mesa propuesta por Ibarretxe, con esas condiciones, aunque se quejan de que la iniciativa del lehendakari es "muy inconcreta". A?aden como condiciones indispensables que la mesa de negociaci¨®n -que podr¨ªa constituirse tras las elecciones municipales del 13 de junio- no se abra a representaciones pol¨ªticas de Navarra ni del Pa¨ªs Vasco-franc¨¦s, y que est¨¦ presidida por la normalidad institucional, esto es, que sea incompatible con una din¨¢mica parlamentaria como la que ha presidido estos meses la C¨¢mara vasca.

Esta posici¨®n del Gobierno de Aznar supone una revisi¨®n de su primera reacci¨®n, la pasada semana, cuando Ibarretxe plante¨® el nuevo foro y el candidato socialista, Jos¨¦ Borrell, mostr¨® su predisposici¨®n favorable a ¨¦l. Entonces, el portavoz del Gobierno, Josep Piqu¨¦, tras el Consejo de Ministros del viernes, critic¨® con dureza a Borrell y le acus¨® de "querer enterrar el Pacto de Ajuria Enea".

Las reglas de juego

Los socialistas matizan, por su parte, que el nuevo foro que plantea Ibarretxe debe inspirarse en los principios del socialdem¨®crata irland¨¦s John Hume: cese de la violencia; todos discuten sobre todo, pero de acuerdo con unas reglas de juego. ?stas se regir¨ªan por la actual normativa fijada por la Constituci¨®n, esto es, que una posible reforma de la Carta Magna se materializar¨ªa a trav¨¦s de los mecanismos que ella misma marca.

Adem¨¢s de un posible respaldo a la mesa de Ibarretxe, el Gobierno est¨¢ activando dos proyectos para avanzar en el proceso de paz: la ley de ayudas a las v¨ªctimas del terrorismo y el posible regreso de aquellos colaboradores de ETA, exiliados que no tengan causas pendientes con la justicia.

M¨¢s reacio se muestra el Gobierno a la flexibilizaci¨®n de su pol¨ªtica penitenciaria, en la que mantiene los criterios de individualidad -analizar caso por caso- mientras ETA no avance en el proceso de paz. El Pacto de Lizarra, por contra, reivindica el acercamiento de todos los presos a c¨¢rceles de Euskadi sin m¨¢s demoras.

En este punto, el PSOE presiona al Gobierno para que juegue m¨¢s fuerte, con el argumento de que gran parte de la opini¨®n vasca cree insuficientes las medidas del Ejecutivo.

Los socialistas consideran asimismo que queda un margen de iniciativa en el terreno de la ofensiva pol¨ªtica y parlamentaria. Ah¨ª se sit¨²a su propuesta de un gran debate en el Congreso de los Diputados sobre el proceso de paz, aunque matizan que debe realizarse con garant¨ªas de consenso. Tambi¨¦n plantean dar la "batalla pol¨ªtica" en la sociedad vasca para evitar que el proceso de paz se transforme en un proceso de autodeterminaci¨®n.