Los bombardeos meten a la oposici¨®n en el invernadero
Los disidentes conf¨ªan en que el fin de la guerra permita un ajuste de cuentas con el Gobierno
La oposici¨®n democr¨¢tica al r¨¦gimen del presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, que en circunstancias normales era casi insignificante, ha desaparecido del mapa con el inicio de los bombardeos de la OTAN. No obstante, entre pol¨ªticos de oposici¨®n y por las calles de Belgrado empieza a palparse una opini¨®n que cada vez se extiende m¨¢s: "Cuando se acabe esta guerra, habr¨¢ llegado la hora de ajustar cuentas con Milosevic". El entierro del periodista y editor contrario al r¨¦gimen de Milosevic, Slavko Curuvija, asesinado a la puerta de su casa en la tarde del domingo de la pascua ortodoxa, congreg¨® en un cementerio de Belgrado a unas 2.000 personas, opositores al r¨¦gimen en su mayor¨ªa. A la misma hora, en la plaza de la Rep¨²blica, en el centro de la capital yugoslava, otros tantos j¨®venes asist¨ªan al recital diario que se celebra desde tres d¨ªas despu¨¦s del comienzo de los bombardeos bajo el lema S¨®lo la m¨²sica nos ha mantenido en pie. En dos lugares tan diferentes se pod¨ªa escuchar el rechazo un¨¢nime a los bombardeos de la OTAN. En Yugoslavia, el r¨¦gimen y la oposici¨®n coinciden, al menos por ahora, en la condena a la OTAN.
La periodista que habl¨® ante el f¨¦retro del editor asesinado lo expres¨® de forma tajante cuando se refiri¨® "a los cobardes que te asesinaron por la espalda y los que nos bombardean desde el cielo". Entre los asistentes al entierro se encontraba el dirigente del Partido Democr¨¢tico (DS), Zoran Djinjic, que en las elecciones de finales de 1996 result¨® elegido en la lista de oposici¨®n alcalde de Belgrado. Djindjic dur¨® poco en el cargo. Las disputas entre los opositores, pocos y mal avenidos, le desalojaron de la alcald¨ªa de la capital yugoslava. Su aliado de entonces, el nacionalista Vuc Draskovic, se pas¨® a las filas del r¨¦gimen y hoy ocupa el puesto de viceprimer ministro de Yugoslavia.
Zoran Djindjic se ha quedado casi solo en una oposici¨®n que tiene poco m¨¢s que un car¨¢cter testimonial. A escasos metros del f¨¦retro del periodista asesinado, Djindjic no vacila en afirmar que se siente en peligro y califica de crimen pol¨ªtico premeditado el asesinato de Curuvija, que pone de manifiesto la existencia en Serbia de escuadrones de la muerte similares a los de Am¨¦rica Latina. Se siente Djindjic en peligro personal y a?ade que para los que est¨¢n en la oposici¨®n "las cosas se han puesto m¨¢s dif¨ªciles con los bombardeos de la OTAN". Seg¨²n Djindjic, "la primera v¨ªctima de las bombas de la OTAN no es Milosevic, sino la oposici¨®n democr¨¢tica". "Nuestros m¨¢rgenes de acci¨®n han quedado de repente restringidos del todo", a?ade.
El partido Uni¨®n C¨ªvica de Serbia (GSS), que presid¨ªa hasta hace pocos d¨ªas una mujer de prestigio pol¨ªtico, Vesna Pesic, se encuentra privado de su flamante presidente, Goran Svilanovic, convocado a filas. Svilanovic acudi¨® a la llamada del ej¨¦rcito y se le puede ver vestido de uniforme a la hora del almuerzo en un restaurante de la planta baja de la sede de su partido en compa?¨ªa de la portavoz, Maja Tasic. Los deberes militares impiden a Svilanovic conversar con la prensa, pero la portavoz resume la situaci¨®n en t¨¦rminos similares a los de los otros partidos opositores. Seg¨²n Tasic, "no existen posibilidades de un trabajo pol¨ªtico serio. Todo lo que pasa ha sido un impacto muy fuerte para la oposici¨®n democr¨¢tica. Ahora, la ¨²nica postura que podemos tomar es la de oposici¨®n a la guerra".
Tropas de la OSCE
Un catedr¨¢tico de universidad opositor al r¨¦gimen, que no quiere que su nombre se publique, opina que la soluci¨®n de la crisis podr¨ªa venir con la presencia de tropas extranjeras en Kosovo de la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE). "Esto resolver¨ªa el problema del odio contra la OTAN, que antes era s¨®lo por parte del Gobierno, pero que ahora se ha generalizado".
Dalibor, tambi¨¦n profesor universitario, resume la situaci¨®n por la que atraviesa Yugoslavia de forma clara: "Ahora la divisi¨®n no es entre partidarios de Milosevic y opositores al r¨¦gimen, sino entre patriotas y traidores. Cuando llueven las bombas sobre nuestras cabezas, no hay otra alternativa. La OTAN ha logrado lo que nunca pudo conseguir Milosevic: la unidad de todo el pa¨ªs. Para consolidar a Milosevic, lo mejor que le pudo pasar han sido las bombas de la OTAN".
Ante este dilema, resulta evidente que la oposici¨®n al r¨¦gimen en Serbia se encuentra en un callej¨®n sin salida. No le queda otra soluci¨®n que encerrarse en el invernadero, en espera de que pase el diluvio de bombas.
El profesor universitario que no quer¨ªa ser nombrado asegura: "A Milosevic le da m¨¢s miedo el periodo de posguerra que el de ahora. Lo peor para ¨¦l vendr¨¢ cuando la gente pregunte de qu¨¦ van a vivir. Estamos en medio de una borrachera, pero ?que pasar¨¢ cuando se acabe el alcohol?
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