La doble apuesta de los europeos

Toda guerra es pol¨ªtica y acaba en pacto o en tr¨¢gala pol¨ªtico. Toda guerra se juega en varios tableros. Por eso es arduo, adem¨¢s de angustioso, leerla mientras la escriben. Los aliados, y sobre todo los europeos, dentro de la OTAN o mediante la Uni¨®n Europea (UE), han reabierto en la ¨²ltima semana el tablero pol¨ªtico-diplom¨¢tico, en partida simult¨¢nea a la b¨¦lica. Es la "doble apuesta", atacar abriendo flanco a la negociaci¨®n, igual que en los setenta-ochenta practicaron la "doble decisi¨®n", armarse con misiles mientras discut¨ªan el desarme con los sovi¨¦ticos.
Conscientes del "d¨¦ficit pol¨ªtico" -el polaco Borislaw Geremek dixit- tras semanas de bombardeos, han lanzado cuatro iniciativas de peso, aunque de incierta viabilidad: gui?os a Rusia como socio clave para el arreglo final, llegue cuando llegue, lo que se arropa con apelaciones al papel de la ONU y la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (OSCE); Pacto de Estabilidad o Plan Marshall para los Balcanes con la promesa de "acercamiento" a la UE cuando arribe la paz; oferta de administrar provisionalmente Kosovo desde el alto el fuego, y "plan alem¨¢n", con pautas precisas para la transici¨®n desde el litigio armado al armisticio.
En el clamor por un papel de la ONU y la OSCE palpita la realidad de que ambos foros son hoy seud¨®nimo de la cobertura de Rusia. Su insuficiencia hasta ahora obedece al veto de Mosc¨² -lo que retras¨®, no se olvide, la indispensable injerencia internacional en Serbia-, y su eventual futuro radica en trocar esa par¨¢lisis en cooperaci¨®n.
El Pacto de Estabilidad y la oferta de administrar Kosovo lanzados anteayer por la cumbre europea exhiben un tal¨®n de Aquiles. Exigen un dinero ingente que el paquete presupuestario aprobado en Berl¨ªn nunca previ¨®: rebaj¨® un 20% los recursos para la pol¨ªtica exterior. Y suponen "m¨¢s Europa", contra el lema minimalista que los Quince han impuesto al pr¨®ximo presidente de la Comisi¨®n, Romano Prodi: "En Bruselas se decidir¨¢n pocas cosas importantes".
El plan alem¨¢n cae bien a Rusia. Los Quince evitaron discutirlo para no aparentar un desespero por negociar, lo que mermar¨ªa la credibilidad de los ataques. Pero es un gui¨®n importante. No puede endosarlo por las bravas la OTAN, actor del conflicto; ni su ac¨®lito, la UE, pues lo reducir¨ªan a esquema de parte -de adversario o enemigo- y ni Mosc¨² ni Belgrado lo leer¨ªan. Le ser¨¢ ¨²til a Kofi Annan. Su entrada en escena abre una esperanza, aunque consumir¨¢ tiempo antes de declamar, como ocurri¨® con Irak. El tiempo que tarde la firmeza en ablandar a Belgrado.
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