La participaci¨®n de la discordia

El presidente de la Junta, Manuel Chaves, intenta buscar una fecha para las elecciones auton¨®micas que le permita satisfacer tres deseos: agotar al m¨¢ximo la legislatura, no coincidir con las generales y buscar la m¨¢xima participaci¨®n posible del electorado.La combinaci¨®n parece imposible y ha desatado todo tipo de conjeturas. Uno de los argumentos que esgrimen los dirigentes socialistas que auspician la coincidencia con municipales es, al margen de la supuesta bonanza de las encuestas, la garant¨ªa de una alta participaci¨®n, a la vista de los elevados ¨ªndices de abstenci¨®n que se han registrado en las ocasiones en las que los comicios regionales se han celebrado en solitario. Y completan el razonamiento con un dato extra¨ªdo de la reciente historia democr¨¢tica de Andaluc¨ªa: cuanto m¨¢s electorado ha acudido a una cita con las urnas, m¨¢s favorecido ha resultado el PSOE. Los profesores de la universidad de Granada Juan Montalbes y Javier Torres Vela -actual presidente del Parlamento-, que han estudiado el comportamiento electoral de los andaluces avalan esta tesis en su estudio Elecciones, partidos y proceso pol¨ªtico en Andaluc¨ªa (1977-1996), explican que el electorado socialista es muy susceptible de desmovilizarse en situaciones de normalidad, pero reacciona ante aqu¨¦llas de cierta excepcionalidad. La referencia m¨¢s clara la sit¨²an en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas y generales, celebradas el 3 de marzo de 1996. La situaci¨®n era especial: en Espa?a estaba anunciado el primer triunfo del Partido Popular (PP) y en Andaluc¨ªa se pronosticaba algo similar despu¨¦s de una legislatura muy dif¨ªcil, conocida como la etapa de la pinza, en la que el PSOE no tuvo mayor¨ªa para gobernar. Aquella jornada registr¨® el segundo ¨ªndice de participaci¨®n m¨¢s alto de la historia, 78%, y el resultado fue que los socialistas andaluces ganaron casi siete puntos en las generales respecto a 1993 y cinco en las auton¨®micas, lo que les permiti¨® recuperar siete esca?os en el Hospital de las Cinco Llagas. Techos En otras dos ocasiones, la participaci¨®n electoral alcanz¨® el 78%: en las elecciones generales de 1977, las primeras tras la muerte de Franco, y en las de 1982, las primeras ganadas por el PSOE. En esta ¨²ltima, los socialistas lograron el 60% de los votos, su techo hist¨®rico, ocho puntos m¨¢s que en las auton¨®micas celebradas s¨®lo cinco meses antes. Los datos son los que son, pero ofrecen matices muy diferenciados seg¨²n el ¨¢ngulo desde el que se observen. Hay ejemplos de una cosa y de la contraria. Tambi¨¦n del beneficio obtenido por el PSOE cuando se registr¨® el ¨ªndice m¨¢s alto de abstenci¨®n en Andaluc¨ªa. Los datos evidencian que las elecciones auton¨®micas son las que menos inter¨¦s despiertan para el electorado andaluz. S¨®lo se han celebrado dos veces en solitario. En 1982, primeras andaluzas, supusieron tambi¨¦n el primer triunfo socialista en unos comicios auton¨®micos. En 1990, se registr¨® la peor participaci¨®n de la historia, s¨®lo un 55%. Fue la primera vez que Chaves era candidato y acababa de estallar el caso Juan Guerra. Pero los socialistas consiguieron dos puntos y dos esca?os m¨¢s que las anteriores elecciones, junio de 1986, cuando coincidieron generales y auton¨®micas. Hay adem¨¢s otras circunstancias a tener en cuenta. Los profesores Montalbes y Fernando Fern¨¢ndez-Llebrez han comprobado que en Andaluc¨ªa es muy grande la influencia de los liderazgos nacionales y por ello las elecciones generales despiertan mayor inter¨¦s. El PSOE, por ejemplo, ha obtenido mejores resultados en las generales que en las auton¨®micas en las dos ocasiones en las que han coincidido (300.000 votos de diferencia en 1986 y 115.000 en 1996). As¨ª, habr¨ªa que considerar que la del 13 de junio es la primera cita electoral que los socialistas afrontan desde que Felipe Gonz¨¢lez dej¨® de ser secretario general. Tambi¨¦n es la primera vez que el Partido Popular defiende su hegemon¨ªa. De las 20 ocasiones en la que los andaluces han sido llamados a las urnas desde 1977, el PSOE s¨®lo ha perdido en las municipales de 1979 y 1995, ganadas respectivamente por UCD y el PP, aunque el pacto de izquierda le dio numerosas alcald¨ªas en 1979. Puede decirse que se trata de la primera vez que los socialistas someten a rev¨¢lida su oposici¨®n municipal. Nunca han coincidi¨® en la misma jornada en Andaluc¨ªa auton¨®micas y municipales.Los electores andaluces, adem¨¢s, son cada vez menos propensos al cambio de voto cuando hay doble urna. En 1986, un 14% eligi¨® de forma diferenciada entre auton¨®micas y generales; en 1994 un 10% cambi¨® de auton¨®micas a europeas y, finalmente, en 1996, el 7% discrimin¨® entre generales y regionales.