Tormenta de az¨²car
?Tormenta de arena? M¨¢s dulce, pero m¨¢s amarga por ins¨®lito: de az¨²car. Una historieta con la firma de Disney puede provocar una oleada de indignaci¨®n. El Defensor admite que le hubiese costado trabajo imaginar cu¨¢l pudiera ser el contenido de un c¨®mic de la acreditada factor¨ªa, dadas sus pautas habituales de conducta, que animase reacciones tan numerosas, pero ha ocurrido: un c¨®mic, publicado como serial en el suplemento infantil MiPa¨ªs del s¨¢bado d¨ªa 10 y que continu¨® ayer, titulado "Los peligros del az¨²car", ha desencadenado una serie de protestas que, en opini¨®n del Defensor -vaya por delante-, est¨¢n plenamente justificadas.
El texto de las vi?etas comienza as¨ª: "Un consumo de az¨²car excesivo puede estropear la dentadura". Hasta ah¨ª, nada que objetar, todos los excesos estropean algo. Pero la segunda vi?eta, con la cara de un ni?o salpicada de p¨²stulas repulsivas, a?ade que el az¨²car puede "provocar tremendas molestias a los adolescentes", y en la tercera, con un gr¨¢fico que sugiere inequ¨ªvocamente un ¨¢mbito hospitalario, se asciende en el tremendismo hasta estos extremos: "Sus efectos nocivos se manifiestan en forma de v¨¦rtigo, mareos y debilidad, unidos al deseo de tomar cosas dulces".
El dibujo siguiente, con otro primer plano de una boca bombardeada por las caries, adopta ya una decidida invocaci¨®n pedag¨®gica: "Recuerda todo esto la pr¨®xima vez que te apetezca una rica chocolatina".
Unir la imagen de una chocolatina con "tremendas molestias", "v¨¦rtigos, mareos y debilidad" parece, por decirlo de forma suave, un exceso injustificable.
As¨ª lo piensa Jorge Jordana, secretario general de la Federaci¨®n Espa?ola de Industrias de la Alimentaci¨®n y Bebidas (FIAB), para el que todas las afirmaciones anteriores, unidas a otras del mismo c¨®mic como que debemos "?olvidarnos completamente del az¨²car antes de que sea demasiado tarde!", o "debemos dejar el az¨²car ahora y para siempre", "son cuando menos alarmistas, de dudosa veracidad cient¨ªfica y, por lo tanto, irresponsables".
Jordana a?ade que les resulta "especialmente preocupante que este tipo de contenidos sean publicados sin ning¨²n control en un suplemento dirigido al p¨²blico infantil" y que esto ocurra "en un contexto social especialmente sensibilizado ante el incremento de enfermedades ps¨ªquicas y f¨ªsicas derivadas de deficientes h¨¢bitos alimentarios".
Alfonso de Claver, gerente del Instituto de Estudios Documentales del Az¨²car y la Remolacha (IEDAR), suscribe id¨¦nticas afirmaciones y a?ade que es deber de todos, "medios de comunicaci¨®n, empresas de entretenimiento infantil y organismos como este Instituto, velar por la seriedad y la veracidad de cualquier mensaje dirigido a ni?os y adolescentes y que afecte a su educaci¨®n y salud".
Admite que, "hist¨®ricamente, el az¨²car, como alimento, ha sido presa de prejuicios infundados y alarmistas", arguye que un atrac¨®n de az¨²car es tan malo como cualquier otro y concluye que "el az¨²car es un alimento sano y natural, necesario en una alimentaci¨®n equilibrada".
Fernando P¨¦rez Lope, director comercial de Azucarera Ebro Agr¨ªcolas, que cuenta en nuestro pa¨ªs con 12 f¨¢bricas y contrata las cosechas de 25.000 agricultores, piensa que en la historieta "se incluyen mensajes negativos, exagerados y tremendistas en relaci¨®n con el consumo de az¨²car que inducen a actitudes totalmente adversas contra este alimento".
A?ade que "las soluciones que se plantean a trav¨¦s de uno de los personajes son irresponsables, nada educativas y denigran el az¨²car", y cita, entre otros ejemplos, esta frase del c¨®mic: "No tenemos elecci¨®n: debemos dejar el az¨²car ahora y para siempre".
Lechuga y zanahoria
El c¨®mic, en su prop¨®sito pretendidamente did¨¢ctico, inclu¨ªa una vi?eta en el segundo cap¨ªtulo, que se public¨® ayer, en la que aparecen d¨¢ndose la mano todos los personajes mientras se juramentan en un extra?o prop¨®sito: "Nos encerraremos en nuestras habitaciones hasta ma?ana, sin m¨¢s suministro que zanahorias, lechuga y un par de lonchas de queso. Puede que as¨ª desaparezcan las ganas incontrolables de comer cosas dulces". En la vi?eta, la palabra "encerraremos" est¨¢ escrita en negrita, como una clara incitaci¨®n a una medida extrema que s¨®lo estar¨ªa justificada por prescripci¨®n m¨¦dica y ante casos aut¨¦nticamente patol¨®gicos.
El Defensor est¨¢ muy lejos de intentar un debate sobre diet¨¦tica. Ni es ¨¦sa su funci¨®n ni el fondo del problema que nos ocupa.
La cuesti¨®n, en t¨¦rminos estrictamente period¨ªsticos, puede resumirse as¨ª: ?debe plantearse un problema diet¨¦tico de forma tan tremendista, sobre todo cuando va expresamente dirigido a un p¨²blico infantil o adolescente? ?Puede un peri¨®dico, a trav¨¦s de un c¨®mic, cuyo posible apoyo cient¨ªfico desconoce, arremeter contra un producto alimenticio de uso com¨²n y generalizado? ?Un c¨®mic de este tono tan desmesurado, previsto para varias semanas, puede ser entendido como una campa?a contra el az¨²car?
Jes¨²s Ceberio, director de EL PA?S, ha respondido poniendo por delante sus disculpas al admitir que "han fallado los sistemas de control que deben velar por el cumplimiento de nuestro Libro de estilo en todos los contenidos del peri¨®dico. Tambi¨¦n, y muy particularmente, en los productos dirigidos a un p¨²blico infantil".
En opini¨®n del director, "el estilo de la historieta est¨¢ en las ant¨ªpodas del que es habitual de este peri¨®dico y parece m¨¢s propio de una publicaci¨®n amarilla y tremendista". "No pretendemos aterrorizar a nadie y menos a los ni?os".
Adem¨¢s, a?ade, "EL PA?S es un diario al¨¦rgico a cualquier tipo de campa?a, contra nada ni contra nadie. Estos dibujos tienen toda la apariencia de constituir un aut¨¦ntico empe?o contra el az¨²car, como si se tratara de una bomba biol¨®gica. Nunca ha sido ¨¦se el estilo con el que hemos abordado las complejas cuestiones relacionadas con la dieta, y el hecho de que se trate de una historieta infantil, lejos de ser una disculpa, agrava la responsabilidad del diario. Y a estos efectos es irrelevante que la firma sea de Disney".
El director admite tambi¨¦n que se ha reaccionado tarde, "por la imposibilidad t¨¦cnica de sustituir el segundo cap¨ªtulo, que se public¨® ayer, ya que el cuadernillo se imprime con varios d¨ªas de antelaci¨®n y los viernes las rotativas est¨¢n pr¨¢cticamente ocupadas durante toda la jornada", pero anuncia que ha ordenado la inmediata suspensi¨®n de su publicaci¨®n.
El Defensor piensa que al peri¨®dico le han metido un gol por la escuadra m¨¢s inesperada: una historieta infantil firmada por Disney, empresa que, a trav¨¦s de una de sus responsables comerciales en Espa?a, declin¨® el ofrecimiento para que explicase el contenido del c¨®mic.
Lo cierto es que se ha publicado y que tiene pocos elementos salvables: el ¨²nico personaje que defiende el consumo del az¨²car se representa con una figura obesa, mientras la animadora de la cruzada antiaz¨²car ofrece rasgos que la acercan a la anorexia. Un aut¨¦ntico desprop¨®sito que recuerda la necesidad de ponerse en guardia incluso ante contenidos que se presuponen inocentes.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor@elpais.es) o telefonearle al n¨²mero 91 337 78 36.
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