La guerra antiespect¨¢culo
"Es indecente llamar a esto una historia period¨ªstica", exclama Chris Cramer, presidente de CNN International en la sede de esa cadena de televisi¨®n en Atlanta, Georgia (Estados Unidos). "Es la vida de millones de personas, y en los Balcanes hay tanto drama que la televisi¨®n no necesita a?adir m¨¢s". La prensa de Estados Unidos se ha quejado de tener muy poca informaci¨®n del Pent¨¢gono y de la OTAN desde que empezaron los bombardeos aliados, y Bill Cramer justificaba de ese modo la carencia de im¨¢genes en directo que ha tenido su cadena en comparaci¨®n con la guerra del Golfo en 1991. Pese a las im¨¢genes de misiles que empiezan a recibirse, sigue siendo muy dif¨ªcil saber realmente qu¨¦ est¨¢ ocurriendo en Yugoslavia. La CNN sabe que Slobodan Milosevic es uno de sus 150 millones de espectadores en todo el mundo. CNN International, uno de los los 12 tent¨¢culos del grupo creado por Ted Turner en 1980, ha pasado de ser un espectador de la escena mundial a ser parte integral de los acontecimientos. "Eso no nos pone en una situaci¨®n inc¨®moda", dice Cramer, "porque al tener mayor responsabilidad lo haces mejor. Pero cr¨¦ame: nuestra relaci¨®n con el Gobierno estadounidense no es precisamente entra?able."
El estudio central de la CNN en Atlanta es un acuario virtual donde parece que se est¨¢ rodando una pel¨ªcula. Hay hasta un pasillo acristalado por donde pasan turistas. Tras varias semanas de guerra, los ¨¢nimos se han calmado e impera la rutina de una maquinaria informativa perfectamente engrasada. Pero de pronto estalla una discusi¨®n entre Will King y uno de sus colaboradores por una cr¨®nica de Brent Sadler, el ¨²nico enviado de la CNN que puede informar desde Belgrado. "A veces algo tan anecd¨®tico como poner una imagen antes que otra se interpreta como que est¨¢s mandando un mensaje determinado", dice King como explicaci¨®n. Nunca antes, ni en la guerra del Golfo, los medios americanos segu¨ªan tan de cerca la televisi¨®n del enemigo, y viceversa.
Apenas un d¨ªa antes, el decano del periodismo estadounidense, Walter Cronkite, reiteraba en el programa de Larry King una de las frases recurrentes del momento: "Cuando estalla una guerra, la primera v¨ªctima es la verdad". Al poco de iniciarse el ataque aliado, el analista Howard Kurtz escribi¨® en The Washington Post que la Casa Blanca estaba ejerciendo un "control meticuloso del flujo de informaci¨®n" y que por ello exist¨ªa "una gran frustraci¨®n period¨ªstica". Un exreportero de Time en Vietnam declar¨® a un peri¨®dico de Nueva York que "no hay una cobertura real. Todo el mundo est¨¢ repitiendo lo que le llega, excepto en el tema de los refugiados".
The New York Times protestaba por las "migajas" informativas del Pent¨¢gono y denunciaba, compar¨¢ndolo con Vietnam, "un estrangulamiento informativo" dise?ado por la OTAN "para protegerse de las cr¨ªticas sobre su fracaso por no preparar bien un ataque inicial m¨¢s intenso".
En total, la CNN tiene un equipo de 80 personas en los Balcanes, y asegura disponer de medios para que sigan all¨ª cuanto haga falta. Desde Belgrado s¨®lo pueden emitir las im¨¢genes de la televisi¨®n estatal Serbia, y conectan con su corresponsal Brent Sadler por tel¨¦fono. Pero Cramer afirma que "aunque parezca contradictorio, la televisi¨®n no depende siempre de la imagen: algunas de las cr¨®nicas m¨¢s impresionantes se hacen s¨®lo con audio". La CNN y otros medios tienen adem¨¢s p¨¢ginas de Internet donde por primera vez se reciben en tiempo real mensajes electr¨®nicos desde el frente.
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