Transici¨®n paraguaya

Tras seguir con atenci¨®n los ¨²ltimos acontecimientos en Paraguay, muchos vaticinaron un futuro dudoso para la consecuci¨®n de una verdadera democracia en ese pa¨ªs. Al igual que en casi toda Am¨¦rica Latina, el respeto por las libertades y los derechos se ha convertido en una utop¨ªa para los paraguayos. Hace dos semanas asist¨ªan, como si de una novela de Bioy o Carpentier se tratase, a la huida de su presidente, Jorge Cubas, y del general Lino Oviedo, amparados por Brasil, Estados Unidos y el Vaticano. A pesar del derrumbamiento del Ejecutivo, la instituci¨®n supo reponerse r¨¢pidamente, y nombr¨® a Gonz¨¢lez Macchi, ac¨¦rrimo defensor del stroessnerismo. Cuando tom¨® posesi¨®n de la presidencia, afirm¨®: "En Paraguay ha terminado la violencia, la persecuci¨®n y el terror". Pero su ideolog¨ªa y la corrupci¨®n reinante en el Partido Colorado hacen que muchos desconf¨ªen de su ver-

dadera intenci¨®n democr¨¢tica. Ser¨ªa un error olvidar que el nuevo presidente es un "stroessnerista reciclado", que ha creado un nuevo Gabinete con otros simpatizantes del dictador. Sin embargo, y pese a sus ideas, es obvio que Gonz¨¢lez Macchi abre un nuevo ciclo pol¨ªtico en Paraguay. Consciente del caos sembrado en el pa¨ªs y de la ponzo?a existente en su partido, el nuevo presidente se ha comprometido con los valores democr¨¢ticos. Que su palabra sea verdadera s¨®lo se podr¨¢ confirmar con el transcurrir de la legislatura. Pero, por lo pronto, ha sabido reconocer que el progreso econ¨®mico y social de Paraguay, y de Latinoam¨¦rica en general, pasa por el mantenimiento y la transparencia de las instituciones democr¨¢ticas. Se inicia, por tanto, una nueva transici¨®n en Paraguay. S¨®lo cabe esperar que sea la definitiva.- .