Rajoy ultima una reforma de la selectividad que apenas mejora la elecci¨®n de los alumnos

El proyecto de reforma de la selectividad que Mariano Rajoy presentar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas deja intacto el contenido y la estructura de la prueba y, seg¨²n los expertos, apenas mejora las posibilidades de los estudiantes de acceder a la carrera elegida, que es justamente el objetivo proclamado por el ministro de Educaci¨®n, como lo fue antes por Esperanza Aguirre. Dejando de lado las modificaciones de fondo, solicitadas en su d¨ªa por el Consejo de Universidades y el Senado, el equipo de Rajoy ha elaborado un real decreto que modifica, por tercera vez, una norma de 1991 sobre el acceso a la Universidad. Las dos modificaciones de la selectividad incluidas en las 19 p¨¢ginas del documento, que el pasado jueves recibi¨® el visto bueno del Consejo de Estado, son:

Las universidades y las comunidades podr¨¢n constituirse en distritos auton¨®micos o interauton¨®micos si as¨ª lo acuerdan. Es decir, en estos casos funcionar¨¢n como si fueran una sola universidad y, por tanto, los estudiantes podr¨¢n matricularse en cualquiera de sus centros, aunque sean de otras universidades o comunidades.

Los estudiantes podr¨¢n examinarse cuantas veces quieran para aprobar o mejorar nota. Las nuevas pruebas deben hacerse en la misma universidad, salvo que se justifique un cambio de residencia, y, en su caso, la mejor calificaci¨®n ser¨¢ la que cuente. Actualmente, el l¨ªmite es de otras tres convocatorias para los suspensos y de una m¨¢s para los aprobados que quieran mejorar.

Rajoy ha se?alado en diversas ocasiones que estos dos cambios permitir¨¢n a los estudiantes hacer la carrera elegida, aunque no tengan suficiente nota (promedio entre el expediente de bachillerato y las pruebas de selectividad), sin m¨¢s que volver a presentarse o cambiar de universidad.

Por el contrario, seg¨²n el criterio mayoritario de los expertos, ninguna de las dos medidas servir¨¢ para mejorar significativamente la capacidad de elecci¨®n.

La creaci¨®n de distritos universitarios m¨¢s amplios es una medida reclamada por la mayor¨ªa de la comunidad universitaria. Pero la gran objeci¨®n, un¨¢nimemente compartida, es que resultar¨¢ inoperante si no viene acompa?ada de un sustancial aumento de las partidas de becas. De otro modo, s¨®lo una peque?a parte de los alumnos estar¨ªa en condiciones econ¨®micas de desplazarse a otra ciudad.

El establecimiento de este marco de movilidad hipot¨¦tica (siempre a expensas de lo que decidan las comunidades y las universidades) se produce en una situaci¨®n financiera nada favorable. Espa?a es, con diferencia, uno de los pa¨ªses desarrollados que menos gasta en becas universitarias. Seg¨²n las cifras de 1995, como promedio, Espa?a destin¨® a becas por cada estudiantes matriculado 346 d¨®lares, por 591 de Francia, 635 de Austria, 801 de Alemania, 1.390 de Finlandia, 1.740 de Irlanda, 2.347 de Holanda, 2.692 de Dinamarca y 3.553 de Suecia.

Otros datos tambi¨¦n plantean dudas acerca de la eficacia de esta medida. Con el sistema de distrito compartido vigente, las universidades guardan al menos un 5% de sus plazas para los alumnos que quieran estudiar en un distrito universitario distinto al suyo. Pues bien, el a?o pasado se sacaron en Espa?a 14.793 plazas de distrito compartido y s¨®lo se cubrieron 6.295, el 43%. Estos datos reflejan, seg¨²n los expertos, dos hechos: el desinter¨¦s de los alumnos por moverse y las muy escasas facilidades de las que gozan.

En cuanto a la ampliaci¨®n del n¨²mero de convocatorias, los datos de los ¨²ltimos a?os confirman que septiembre no es precisamente el mes de las oportunidades. De hecho, despu¨¦s del verano nunca quedan plazas disponibles en las carreras m¨¢s disputadas, que son aquellas para las que parece pensada la medida, es decir, las que tienen una elevada nota de corte (la puntuaci¨®n del ¨²ltimo admitido). En la pr¨¢ctica, las ¨²nicas plazas libres en septiembre corresponden a carreras en las que la nota de corte es un 5, aquellas para las que no se necesita subir nota.

Con escasas excepciones, el a?o pasado, las universidades polit¨¦cnicas ni siquiera ofrecieron plazas en septiembre (s¨®lo algunas en centros privados asociados a ellas), y en el resto de las universidades ¨²nicamente quedaron en carreras de humanidades, Derecho y alguna que otra en Matem¨¢ticas o F¨ªsica.

Por ejemplo, la Universidad de Valencia ofreci¨® el a?o pasado 10.600 plazas (excluidos los centros asociados), de las que para septiembre s¨®lo quedaban disponibles 650, el 6%.

Actualmente existe la posibilidad de que el alumno repita en junio del a?o siguiente para subir nota, pero s¨®lo una vez. A esta repesca ¨²nicamente se presenta un 5% de los alumnos, lo que quiere decir que la mayor¨ªa de ellos prefiere encaminarse seg¨²n las posibilidades que se le brindan antes que quedarse esperando hipot¨¦ticas mejoras.

Los expertos aseguran que no habr¨ªa m¨¢s posibilidad real de que los alumnos accedieran a los estudios deseados que disponer de un n¨²mero ilimitado de plazas, lo que, visto de otra forma, ser¨ªa tanto como tener una universidad flexible y modificable a?o a a?o, algo obviamente imposible. Mientras tanto, tambi¨¦n se?alan otro factor que contribuir¨¢ a facilitar la elecci¨®n: la ca¨ªda demogr¨¢fica. Seg¨²n la proyecci¨®n del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, en el tramo 1997-2001 el n¨²mero de j¨®venes que cumplen 18 a?os, la edad de acceso a la Universidad, disminuir¨¢ en 104.000, y en el tramo 2001-2005, en 77.000.