Universidad y formaci¨®n profesional

Poco despu¨¦s de llegar a Educaci¨®n, Mariano Rajoy sorprendi¨® con una propuesta desconcertante, supuestamente concebida para expresar su inter¨¦s y preocupaci¨®n por la formaci¨®n profesional: "Estoy pensando en crear una Escuela Universitaria de Formaci¨®n Profesional". ?Por qu¨¦ ser¨¢ tan atrevida la ignorancia? ?Es que ya no existen en el MEC asesores que eviten que el ministro cometa este tipo de dislates? ?O es que pretende emular las manifestaciones "atrevidoignorantes" de su predecesora? No obstante, que el ministro ignore las relaciones entre universidad y formaci¨®n profesional no significa que no existan; m¨¢s a¨²n, cada d¨ªa resulta m¨¢s urgente analizarlas y aclararlas. La tesis que aqu¨ª se defiende es que los centros universitarios, adem¨¢s de ser centros de producci¨®n cient¨ªfica e investigadora, son centros de formaci¨®n profesional. De ah¨ª que resulte un sinsentido crear una "Escuela Universitaria de Formaci¨®n Profesional", ya que todos los centros universitarios deben ser centros de formaci¨®n profesional.

Junto a argumentos legales (el art¨ªculo 1 de la LRU establece como objetivo de la universidad "la preparaci¨®n para el ejercicio de actividades profesionales"), apoyan esta tesis argumentos de ¨ªndole socioeducativa. El proceso de democratizaci¨®n-masificaci¨®n de la universidad espa?ola es similar, en sus efectos, al fen¨®meno que sufrieron hace unas d¨¦cadas las ense?anzas medias. Cuando cerca del 40% de j¨®venes de la cohorte 18-25 a?os est¨¢ accediendo a la universidad, no tiene sentido seguir atribuyendo a esta instituci¨®n la formaci¨®n de los "cuadros superiores", basada en el conocimiento profundo de los fundamentos te¨®ricos, metodol¨®gicos y cient¨ªficos de las disciplinas acad¨¦micas.

El mill¨®n y medio de estudiantes universitarios han convertido en anacr¨®nica la ecuaci¨®n "formaci¨®n universitaria = formaci¨®n de ¨¦lites" y reclaman otro tipo de formaci¨®n. Es cierto que algunos est¨¢n interesados sencillamente en ampliar y profundizar su formaci¨®n general; que otros reclaman formaci¨®n para la investigaci¨®n; pero la gran mayor¨ªa, a mi juicio, reclama formaci¨®n profesional, esto es, cualificaci¨®n profesional para entrar en el mercado de trabajo. Ello supone que, sin dejar de atender a sus funciones investigadoras, los centros universitarios deben convertirse cada d¨ªa m¨¢s en centros de formaci¨®n profesional superior. El corolario es que la universidad precisa una reforma de sus ense?anzas similar a la de las ense?anzas profesionales que llev¨® a cabo la LOGSE en el nivel no universitario.

La formulaci¨®n de este objetivo surge a partir de la constataci¨®n de que la universidad, salvo excepciones (medicina, enfermer¨ªa, algunas ingenier¨ªas t¨¦cnicas...), no imparte una formaci¨®n orientada a la cualificaci¨®n profesional. La formaci¨®n que ofrece es, por lo general, de car¨¢cter acad¨¦mico, determinada por los intereses acad¨¦mico-investigadores del profesorado; y, por ello, probablemente ¨²til para el escaso n¨²mero de estudiantes que prosiguen una carrera docente-investigadora, pero relativamente in¨²til para el futuro profesional de la mayor¨ªa. Las consecuencias derivadas de este objetivo tienen que ver con la reforma de los planes y de las metodolog¨ªas, con la intervenci¨®n de profesionales en su dise?o, con la identificaci¨®n de las cualificaciones profesionales que demanda el mercado de trabajo, con una configuraci¨®n de los estudios m¨¢s pr¨®xima a las profesiones y con el desarrollo de programas de formaci¨®n continua.