Invictos
Sin darle importancia, y tras recibir el premio Mies Van der Rohe, el arquitecto Peter Zumthor dijo que s¨®lo se dedica a "hacer casas para los dem¨¢s". En las monta?as suizas hay una iglesia en donde la madera parece seguir viva aunque ahora forma muros, suelos y vigas. La hizo Zumthor, pero si los ¨¢rboles tuviesen manos, ojos y cerebro no habr¨ªan construido nada distinto. Algunos arquitectos logran tal fraternidad con los materiales que se convierten en puros transmisores entre la tierra y los hombres que tratamos de habitarla. Ellos justifican un oficio que desde su origen inventa lugares y sugiere c¨®mo vivir en ellos. Fue un colega suyo, Ricard Balcells, quien me descubri¨® a Zumthor. Hace a?os nos caz¨® una ola de fr¨ªo en Florencia. La calle estaba a 10 bajo cero y por lo tanto vac¨ªa. Era la ocasi¨®n para admirar las perspectivas y los edificios sin ser estrujado por millones de turistas. Cada 10 minutos sal¨ªa yo del caf¨¦ donde me hab¨ªa refugiado con nuestras amigas y arrastraba a su interior a un Ricard ya de color azul viol¨¢ceo. Entre todos le d¨¢bamos unas friegas, se tragaba un ponche de mandarina, y se lanzaba de nuevo de cabeza a la congelaci¨®n forcejeando con quienes trataban de retenerle. Horas m¨¢s tarde hubo que inyectarle adrenalina y por poco se nos muere, pero en sus ojos bailaban todos los palacios de Florencia. Se hab¨ªa hecho piedra en Florencia, como Zumthor se hizo madera en Suiza.
"Me interesa mucho m¨¢s el arte que el espect¨¢culo", dijo tambi¨¦n Zumthor, respetando una diferencia que parece extinguida. A pesar de la presi¨®n que soportan para convertirse en unos irresponsables, algunos arquitectos no se rinden. Incluso en plena guerra alguien ha de cuidar de que las tiendas de campa?a sean amplias, est¨¦n bien orientadas y con las lonas bien tensas. Un arquitecto.
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