Nombre de feria: ni apellidos, ni cargo
Las casetas de Sevilla obran el milagro: los adversarios pol¨ªticos se fotograf¨ªan juntos y la banca comparte manzanilla
Juan Manuel L¨®pez Benjumea y Braulio Medel brindan con manzanilla. Unicaja y Caja San Fernando sonr¨ªen a la c¨¢mara. Tambi¨¦n se fotograf¨ªan juntos Alejandro Rojas-Marcos y Antonio Romero, el presidente del Partido Andalucista y el coordinador andaluz de IU , respectivamente. Es el escenario, sin duda; una caseta de feria. En la de la SER se concentr¨® ayer todo el mundo. Para citarlos sin consumir toda una columna de este art¨ªculo, habr¨ªa que pasar por alto las reglas de estilo de este peri¨®dico y decir, por ejemplo: Luis Carlos andaba a la caza y captura de un plato de carne con tomate, pidi¨® prestado uno de langostinos (del que no se volvi¨® a saber nada) y no se quit¨® sus gafas de sol en ning¨²n momento. Sin apellidos ni cargos, al fin y al cabo, as¨ª van los famosos a la feria: Soledad lleg¨® con su vestido azul de gitana salpicado de lunares blancos y Magdalena repiti¨® vestuario: "No repito este a?o, repetir¨¦ al siguiente y al siguiente, y as¨ª hasta que engorde, que no hay dinero como para cambiar cada feria". Su traje de volantes es rojo. Este a?o y el siguiente ejercicio. Otros son m¨¢s conocidos por el apellido, sin embargo. Pezzi lleg¨® acompa?ado de, al menos, cinco rectores magn¨ªficos, el de M¨¢laga, C¨®rdoba, Ja¨¦n, C¨¢diz y Sevilla. M¨¢s de media educaci¨®n andaluza estaba en la caseta radiof¨®nica, a pesar de haber sintonizado una frecuencia calurosa. Luego est¨¢n los que tienen nombre art¨ªstico y por ¨¦l se les conoce, sea o no el de pila. Sentado en una mesa al lado de los cortinajes que dan a la calle com¨ªa un aperitivo el humorista Paco Aguilar y justo en el otro extremo de la caseta depart¨ªan fluidamente Los del R¨ªo. Y detr¨¢s de unas gafas que la cubr¨ªan la cara apareci¨® Luz (que antes era adem¨¢s Casal). Todo el mundo estaba ayer en la SER, era lo que tocaba. Y para recibirlos como se merecen, la caseta se llen¨® de profesionales de la radio. Eran los anfitriones. Entre ¨¦stos, en muchos casos no hay nombres, ni apellidos. Estos, en su mayor¨ªa, son los an¨®nimos. No todos. De la Morena dej¨® aparcados sus deportes por un momento y se tom¨® unos vinos con los sevillanos de la feria. Y los sevillanos de la SER: Mar¨ªa Esperanza S¨¢nchez, con sus volantes marrones y su pa?uelo de color, y el maestro Ara¨²jo. En estas reuniones de calor, jam¨®n y gambas, hay otros personajes que son famosos s¨®lo por su cargo: el decano del colegio de abogados, el alcalde de C¨®rdoba o el delegado del Gobierno en Andaluc¨ªa. Hay otros que son candidatos a que se les conozca por el nombre y por los apellidos: Monteseir¨ªn se daba aire con el abanico floreado que regalaban a la entrada de la caseta. Y De la Borbolla (que, puestos a hacer bloques estancos por nombres o apellidos, casar¨ªa bien con De la Morena y con Los del R¨ªo) lo hac¨ªa con su propio abanico, el peque?o que usa siempre, siguiendo la costumbre que ¨¦l mismo puso de moda. Porque hac¨ªa calor en la caseta, hac¨ªa calor en la feria y hac¨ªa calor en Sevilla, a pesar de que la ma?ana amaneci¨® nublada e incluso llovi¨® un poco, pero no lo suficiente como para que los farolillos pasaran a mejor vida. Ya dar¨ªa igual: la feria arranc¨® bien y atraviesa el ecuador sin incidentes dignos de apellidos compuestos. Y ?qui¨¦n llevaba con m¨¢s arte el traje de flamenca? Pues la que tiene m¨¢s cuerpo para ello: Raquel Revuelta, otrora miss de Espa?a, tambi¨¦n se dio una vuelta por la caseta a beber unos finitos y picar algo. Pero sin pasarse, profesi¨®n obliga. Al menos, nadie la vio persiguiendo un plato de carne con tomate o a la carrera por unos langostinos. ?O eran gambas?
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