Los bomberos de Alicante denuncian que el parque municipal incumple las normas de seguridad e higiene

Cuando salen raudos a apagar un fuego, los bomberos funcionan como una maquinaria de precisi¨®n: la organizaci¨®n es fundamental para dominar la situaci¨®n. De puertas adentro, el estado del Parque Municipal de Bomberos de Alicante deja mucho que desear. Estos trabajadores realizan turnos de 24 horas en unas condiciones que en ocasiones rayan el tercermundismo, dadas las irregularidades en higiene y seguridad en algunos ¨¢mbitos del parque. Los bomberos de Alicante duermen sobre un polvor¨ªn. En la planta baja, a un lado de la cochera, a medio metro de los camiones, hay una puerta met¨¢lica con la leyenda "carburantes" pintada en letras rojas y dos carteles que proh¨ªben fumar y advierten del peligro de explosi¨®n. Da acceso a un cuarto de unos cinco metros cuadrados donde se almacenan bidones de gas¨®leo, aceite para motor, disolvente y otros productos altamente vol¨¢tiles. Dos ventanucas permanecen cerradas y la ¨²nica ventilaci¨®n son unas rejillas practicadas en la puerta. En la habitaci¨®n contigua se encuentran las botellas de ox¨ªgeno para buceo y los equipos especiales para desastres qu¨ªmicos y nucleares. Los bomberos denuncian que apenas son revisados. Los camiones (el parque est¨¢ compuesto de 15 veh¨ªculos) deben arrancarse todas las ma?anas para garantizar que no habr¨¢ problemas durante las emergencias. El garaje se encuentra bajo el dormitorio, la cocina y comedor y el gimnasio, y el humo de los 15 tubos de escape se filtra por las ventanas y las trampillas e invade todas las dependencias. La plantilla decidi¨® hace unas semanas no hacer la comprobaci¨®n matutina de motores hasta que no se solucione el problema. La cocina tiene un aspecto insalubre e incumple varias de las normas previstas en la reglamentaci¨®n t¨¦cnico-sanitaria de comedores colectivos. Los bomberos deben cocinarse su propia comida. No hay nadie que disponga del carnet de manipulador de alimentos, nadie repone la vajilla y las cacerolas que se rompen, y nadie recibe dietas pese a pasar 24 horas de guardia. El sindicato CC OO cree que en la ra¨ªz de estas deficiencias se halla la voluntad del Ayuntamiento de degradar las instalaciones para forzar a los bomberos a aceptar su traslado al nuevo parque del Consorcio Provincial, algo que la plantilla rechaza porque se incrementar¨ªa el tiempo de respuesta. "El Ayuntamiento no da una peseta para el parque", denuncian desde el sindicato.