Javier Reverte lleva a su ¨²ltima novela la "referencia moral" de la literatura
La ¨²ltima novela del escritor y periodista Javier Reverte, Todos los sue?os del mundo, ha tomado prestado el t¨ªtulo de unos versos de Fernando Pessoa y en su argumento es una clave fundamental la irrupci¨®n casual en la vida del protagonista de La Odisea, el Quijote y las obras completas de Shakespeare. Reverte (Madrid, 1944) explica que es un homenaje a la gran literatura, "una referencia moral para los hombres de todos los tiempos".
Reverte regresa con Todos los sue?os del mundo, el resultado de seis a?os de rachas de trabajo interrumpidas varias veces, a la novela tras la publicaci¨®n de dos obras de viajes (El sue?o de ?frica y Vagabundo en ?frica) con los que consigui¨® entrar en las listas de libros m¨¢s vendidos. La novela, que ayer present¨® en Bilbao, est¨¢ ambientada en el Madrid del fin de milenio, en el que sobreviven personajes ins¨®litos, desde escritores que no escriben porque se dedican en exclusiva a la vida social, a ancianos sin hogar, borrachos, transexuales y cazadores furtivos de cebras. Reverte explica que no ha querido hacer una novela de intriga, sino un relato que sea "como la vida, que siempre tiene un principio confuso y nunca tiene un final muy claro". Tres obras cl¨¢sicas Tres cl¨¢sicos de la literatura (La Odisea, el Quijote y las obras completas de Shakespeare) aparecen por casualidad en la historia para ordenar ese caos y logran cambiar la vida protagonista de la novela. Gracias a la lectura de esas obras maestras, el personaje empieza a creer en la esperanza. "Es un homenaje a la literatura" explica Javier Reverte, "pero, adem¨¢s, creo que la gran literatura es una referencia moral, con may¨²sculas, para los seres humanos de todos los tiempos". Reverte defiende que el papel de la literatura es hoy m¨¢s importante que nunca. "Todas las referencias ¨¦ticas y morales est¨¢n en crisis, muriendo o no han servido para nada", dice. "El hombre est¨¢ un poco perplejo y desarmado de cara al siglo pr¨®ximo. Todav¨ªa en la gran literatura podemos encontrar un peque?o grito de esperanza a favor del hombre. Al final, el protagonista dice que los libros le han servido para ser un hombre valiente". A lo largo de la obra, Reverte repite el juego literario de comenzar los cap¨ªtulos con referencias a distintos animales. Las relaciones entre los caracoles, los cerdos o los caballos, por ejemplo, y el g¨¦nero humano abren paso a la historia de Jaime Arbal, un gris empleado de una multinacional alemana de seguros. "Son como f¨¢bulas al estilo de Esopo, pero no con su fondo. No son f¨¢bulas morales, sino ir¨®nicas; son una broma en la que se contrasta el mundo animal y el humano, a favor de los animales", detalla el autor. "Pero no es el objetivo final del libro. Tratan de sacar al lector del hilo de la historia, sorprenderle y hacerle re¨ªr". El retrato del paisaje humano y f¨ªsico de un Madrid que alterna su cara m¨¢s cutre y su rostro luminoso, est¨¢ plagado de olores. Aromas agradables y tan repugnantes como el que se describe parecido al de "rabo de rata frita en aceite de soja". Reverte reconoce que descubri¨® el poder de los olores en sus viajes por ?frica. "No tuve m¨¢s remedio que incorporar los olores a los libros sobre ?frica", explica. "En esta novela tan urbana tambi¨¦n quise incorporar la percepci¨®n de los olores. Es parte de nuestra vida". Reverte anuncia que seguir¨¢ publicando libros de viajes y relatos de ficci¨®n, entre los que no ve un gran cambio de g¨¦nero literario. "No hay un salto: en ambos casos hablo de hombre. El ser humano est¨¢ en los libros de viajes por ?frica y en esta novela". Con su pr¨®ximo proyecto Reverte vuelve a los libros de viajes. Ya est¨¢ escribiendo la obra que publicar¨¢ en oto?o con las impresiones acumuladas el pasado verano siguiendo las huellas de la cultura griega. A lo largo de dos meses, Reverte fue un viajero que recorri¨® el Mediterr¨¢neo, desde la isla de Creta a Asia Menor para acabar en Alejandr¨ªa.
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