"La operaci¨®n terrestre puede producirse en un entorno m¨¢s permisivo o m¨¢s dif¨ªcil"
El secretario general de la Alianza Atl¨¢ntica, Javier Solana, explica en esta entrevista -realizada en la ma?ana de ayer, a punto de cumplirse un mes de la intervenci¨®n militar aliada, y minutos antes de volar para Washington- que los planificadores militares de la OTAN ya est¨¢n elaborando el plan de la operaci¨®n militar terrestre en Kosovo. Actualizan el borrador elaborado hace un a?o. Contempla dos hip¨®tesis: la entrada en Yugoslavia de la fuerza militar internacional de pacificaci¨®n con permiso de Belgrado, o cuando "el acuerdo no se haya alcanzado todav¨ªa", es decir, sin permiso, tambi¨¦n con misi¨®n de combate. Pero de momento la estrategia aliada sigue circunscrita a los ataques a¨¦reos. Optimista sobre la evoluci¨®n y el papel de Rusia en el conflicto, concreta que el nuevo "concepto estrat¨¦gico" de la Alianza -que debe ser aprobado por los 19 en la cumbre de Washington que se inicia hoy-, fija un l¨ªmite geogr¨¢fico a su actuaci¨®n, "de Canad¨¢ a Kazakst¨¢n". Pregunta. ?Impulsar¨¢ la cumbre la intervenci¨®n terrestre?
Respuesta. L¨®gicamente se convertir¨¢ en una cumbre fundamentalmente centrada sobre la situaci¨®n de Kosovo. Los jefes de Gobierno analizar¨¢n la situaci¨®n y demostrar¨¢n de forma colectiva, como han hecho individualmente, su determinaci¨®n para ver esta operaci¨®n terminada de la manera que la comunidad internacional ha decidido que termine, logrando los cinco puntos . La cumbre no tomar¨¢ ninguna decisi¨®n de encargar la puesta al d¨ªa de los planes, porque los planes se actualizan de forma natural. Una de las obligaciones que tienen los mandos militares es poner al d¨ªa todas las opciones que pol¨ªticamente han sido aprobadas. Por tanto, en la cumbre no habr¨¢ decisi¨®n en esa direcci¨®n, porque ya se est¨¢ haciendo.
P. ?Se est¨¢ haciendo?
R. S¨ª, todas las opciones se mantienen al d¨ªa.
P. Lo que a¨²n no se ha hecho es entrar en un plan detallado terrestre.
R. Depende de qu¨¦ entendamos por "detallado". La ¨²ltima concreci¨®n de los planes depende de la evoluci¨®n real del conflicto. Hay una parte del plan no se puede concretar hasta que no se analizan todas las coordenadas del problema en el momento en que se va a tomar la decisi¨®n.
P. Acaba de declarar que era imposible contemplar una intervenci¨®n terrestre sin seguir mermando previamente la capacidad operativa de Milosevic con la actual campa?a a¨¦rea. ?Ha matizado su posici¨®n tradicional? ?Es ahora m¨¢s favorable a la intervenci¨®n terrestre?
R. No, realmente no. Una operaci¨®n terrestre est¨¢ contemplada desde el principio, con dos objetivos, garantizar la seguridad de Kosovo y el retorno de los refugiados. ?En que condiciones se producir¨ªa esa actuaci¨®n? Puede producirse en un entorno m¨¢s permisivo o en una situaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil, en la que el acuerdo no se haya alcanzado todav¨ªa.
P. Los mandos militares aliados pidieron grandes refuerzos cuando a¨²n no hab¨ªan pasado tres semanas de campa?a. ?Es que el plan de la operaci¨®n a¨¦rea era militarmente insuficiente, o pol¨ªticamente demasiado optimista, al prever una r¨¢pida cesi¨®n de Belgrado?
R. El plan estaba hecho para una campa?a que l¨®gicamente deb¨ªa ir in crescendo, si ello resultaba necesario. Una campa?a creciente, sujeta al ritmo necesario de intensificaci¨®n, pero siempre dentro de los mismos objetivos, debilitar el aparato militar y policial de Milosevic.
P. Cuentan con los hombres m¨¢s cualificados y la mejor tecnolog¨ªa, y sin embargo se han producido errores, ?por qu¨¦?
R. Cuando se han producido, los hemos lamentado profundamente y los hemos reconocido. Tambi¨¦n quiero decir que no ha habido en la historia una operaci¨®n militar que se haya realizado con mayor cuidado para evitar da?os a civiles. Me gustar¨ªa poder dar a conocer las ¨®rdenes con que vuelan los pilotos, son absolutamente estrictas y la prueba es que muchas veces se vuelven sin haber lanzado sus bombas. Cuando ¨¦sto acabe, se podr¨¢n conocer.
P. Las guerras se desbrozan en el aire, pero se ganan por tierra.
R. Depende. En cualquier caso, la campa?a a¨¦rea es absolutamente necesaria, ya sea para disminuir las capacidades militares y policiales de Milosevic a fin de que acepte las condiciones, ya sea para que en una situaci¨®n de mayor debilidad, el riesgo de las fuerzas de seguridad internacionales sea menor.
P. La resurrecci¨®n de la hip¨®tesis de intervenci¨®n terrestre ?responde a un intento de recuperar la desventaja de haber anunciado que estaba descartada, lo que dio seguridades a Belgrado?
R. La estrategia que los Gobiernos han decidido es la que se est¨¢ llevando a cabo, y no hay ninguna raz¨®n para cambiarla. Los Gobiernos est¨¢n comprometidos, un¨¢nimente y m¨¢s all¨¢ de su composici¨®n ideol¨®gica, a llevarla hasta el final. Esta es una batalla contra la barbarie que est¨¢n decididos a ganar. L¨®gicamente, todas las opciones deben estar abiertas, pero la estrategia no se va a cambiar.
P. Salvo que sea imprescindible.
R. Eso va de suyo.
P. Entrar por tierra ?no ser¨ªa caer en la trampa, ante un Ej¨¦rcito entrenado desde la ¨¦poca de Tito a defender el terreno palmo a palmo?
R. Nadie quiere hacer la guerra a Serbia. Los 19 no est¨¢n luchando contra los serbios, sino contra un dictador que ha demostrado con creces su brutalidad y que representa todos los valores contrarios a ellos.
P. ?Asumir¨ªan las opiniones p¨²blicas el coste en vidas humanas que supone entrar por tierra?
R. No se lo puedo decir. Lo que veo con claridad es que las opiniones p¨²blicas, con car¨¢cter mayoritario, comparten con sus Gobiernos la decisi¨®n de que esta barbarie debe acabarse. Comprenden perfectamente lo que est¨¢ en juego. No est¨¢ en juego el petr¨®leo ni las materias primas, ni la conquista de un territorio, ni la apertura de nuevas rutas comerciales. Nada de eso. Aqu¨ª lo ¨²nico que est¨¢ en juego son unos valores humanos y unos principios democr¨¢ticos. Si no los defendi¨¦ramos, Europa entrar¨ªa en una bancarrota moral. Los ciudadanos europeos no se han recuperado del todo de lo que en cierta manera supuso un fracaso en la guerra de Bosnia, y est¨¢n dispuestos a que eso no se vuelva a repetir. No es posible que Europa entre en el siglo XXI sin tener la estatura moral suficiente como para que de su territorio quede excluida la barbarie.
P. No todo el mundo lo tiene as¨ª de claro.
R. No s¨®lo hay que proclamar los principios y los valores. Hay que estar tambi¨¦n dispuestos a defenderlos. Una nueva generaci¨®n de l¨ªderes europeos, que no hizo la II Guerra Mundial y es hija de 1968, est¨¢ demostrando que es capaz de hacer ambas cosas, proclamarlos y defenderlos.
P. Usted acu?¨® una frase de impacto: "Milosevic est¨¢ perdiendo y ¨¦l lo sabe". Pero no parece dar muestras de doblegarse. ?Tiene pruebas de su presunto aislamiento personal?
R. Lo digo hoy con m¨¢s ¨¦nfasis si cabe que ayer. Est¨¢ perdiendo y ¨¦l lo sabe. Algunas informaciones que poseo ni son ni pueden ser p¨²blicas, como las que propaga la televisi¨®n serbia, que es lo contrario a un medio libre, porque por ella transita s¨®lo lo que quiere Milosevic. Pero hay otros medios de saber lo que est¨¢ ocurriendo en su entorno m¨¢s cercano. Y yo lo s¨¦, lo sabemos muy bien, con todo detalle, tengo pruebas, pero por el momento no debo a?adir m¨¢s. En cuanto al aislamiento externo, mire el mapa: todos los pa¨ªses vecinos, pr¨®ximos o lejanos, de la exYugoslavia, est¨¢n de una u otra forma comprometidos con nosotros, entre ellos Bulgaria y Rumania.
P. Usted ha dicho que la Alianza ganar¨¢. Pero, ?cu¨¢ndo?
R. A veces perdemos la memoria. Recuerdo los ¨²ltimos meses de 1995. Yo era ministro de Asuntos Exteriores de Espa?a y presidente del Consejo de la UE. A final de agosto se decidi¨® una operaci¨®n militar semejante a la de ahora contra el Estado serbio en Bosnia. Aquella operaci¨®n era m¨¢s f¨¢cil que ¨¦sta. Dur¨® un mes y dio como resultado los acuerdos de Dayton y el final de la guerra en Bosnia. Nadie podr¨ªa pensar que esta situaci¨®n, mucho m¨¢s dif¨ªcil, se podr¨ªa resolver en 24 horas. Lo importante es que los pa¨ªses est¨¢n decididos a que la barbarie no prevalezca.
P. ?Bastar¨¢ el efecto acumulativo de los bombardeos?
R. Esto no es una guerra. No se trata de conquistar un pa¨ªs. Es una operaci¨®n de car¨¢cter militar para conseguir fines pol¨ªticos. Los objetivos internacionales est¨¢n sobre la mesa, est¨¢ en manos de Milosevic cumplirlos.
P. En caso contrario, ?habr¨¢ que esperar al colapso de su r¨¦gimen?
R. No entrar¨¦ en cu¨¢l ser¨¢ el destino de Milosevic. Pero s¨ª puedo decir cu¨¢l ser¨¢ el destino de sus v¨ªctimas. Volver¨¢n a su pa¨ªs y tendr¨¢n un futuro por delante. Ese es el compromiso que hemos adquirido. No me interesa tanto la suerte del dictador como la de su pueblo. Quiero que los ojos de los refugiados que vemos cada d¨ªa vuelvan a brillar. Quiero que vuelvan a sonre¨ªr.
P. Si fracasan, la OTAN y la UE quedar¨ªan tocadas, y tambi¨¦n la preeminencia mundial de los EEUU.
R. Estoy seguro de que las instituciones no est¨¢n en juego. En todo caso, eso no ser¨ªa lo m¨¢s grave, porque son s¨®lo instrumentos al servicio de los ciudadanos. Si al final el conflicto no se resolviese con la derrota de los comportamientos brutales, el da?o grave lo recibir¨ªa la estatura moral de nuestras sociedades. Lo que est¨¢ en juego es el principio de cortar el paso a la barbarie: ?qu¨¦ significa la expresi¨®n limpieza ¨¦tnica. Significa que a punta de fusil y con la protecci¨®n de un Ej¨¦rcito, se entra en un pueblo, se prende fuego a la cosecha, se expulsa a las familias y se destruyen todos los documentos demostrativos de que esa gente vivi¨® alguna vez en esa aldea, en ese pa¨ªs. Es inaceptable.
P. ?Considera suficientemente s¨®lidas las actitudes de los Gobiernos y las opiniones?
R. La decisi¨®n de usar la fuerza fue el ¨²ltimo recurso. Cuando se nos critica por qu¨¦ no intervenimos antes, respondo que deb¨ªamos agotar, hasta la extenuaci¨®n, todas las v¨ªas diplom¨¢ticas, que no hubiera ninguna duda de ello. Y tampoco se pod¨ªa actuar m¨¢s tarde pues Milosevic estaba preparando meticulosamente su ofensiva de primavera. Fue una decisi¨®n de 19 jefes de Gobierno -conmigo-, que demostraron una gran altura para enfrentarse a una pol¨ªtica intolerable.
P. ?Se agotaron absolutamente todas las v¨ªas?
R. Le cuento una experiencia personal. La ¨²ltima vez que vi a Milosevic, en octubre, tuvimos una largu¨ªsima sesi¨®n, que se adentr¨® en la noche. Trat¨¢bamos de que retirase sus fuerzas desplazadas en Kosovo, que ya estaban cometiendo barbaridades. Hasta ese momento el Ej¨¦rcito no se hab¨ªa involucrado -a diferencia de lo que sucede ahora- en la mayor parte de las operaciones de limpieza ¨¦tnica, ejecutadas por la polic¨ªa. En un momento dado, su jefe de Estado Mayor, el general Perisic, intervino dejando traslucir que quer¨ªa apartar al Ej¨¦rcito de los planes de Milosevic. A los pocos d¨ªa se anunci¨® su cese. Me di cuenta de hasta d¨®nde pretend¨ªa llegar el dictador, y hasta d¨®nde iba a implicar al Ej¨¦rcito.
P. Declaran que el papel de Rusia es decisivo, pero, ?qu¨¦ le piden?
R. Mosc¨² ha participado en todas las iniciativas diplom¨¢ticas. Uno de los tres negociadores de Rambouillet era ruso. En Rusia muchos tienen el coraz¨®n partido entre el desprecio que sienten por Milosevic y los profundos lazos que les unen al hermano eslavo. Les pedimos que opten claramente por el hermano eslavo, por el pueblo serbio y se sumen definitivamente a las propuestas de la OTAN, de la UE, del secretario general de la ONU, que son las mismas. Chernomirdin, con quien ya he estado en contacto, inicia hoy su misi¨®n en distintos pa¨ªses con esta intenci¨®n, y Kofi Annan ir¨¢ a Mosc¨² el d¨ªa 28 con la misma idea.
P. ?Qu¨¦ lugar tendr¨¢ Mosc¨², cu¨¢l la ONU?
R. Veo un esquema pol¨ªtico con Rusia incorporada plenamente al proceso, posiblemente con una reuni¨®n ministerial del G-8. Y preveo una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad -en aplicaci¨®n del cap¨ªtulo 7 de la Carta- que codifique las condiciones y la estructura de la fuerza militar internacional de pacificaci¨®n.
P. Pero ¨¦sa es precisamente la ¨²nica discrepancia entre los occidentales y Rusia.
R. S¨ª.
P. ?Hay signos de que la postura rusa, siempre contraria ante ese despliegue internacional en territorio yugoslavo, est¨¦ evolucionando?
R. Sin duda, Rusia est¨¢ evolucionando. Llegaremos a un acuerdo sobre la arquitectura de la fuerza internacional. La fuerza desplegada en Bosnia, la Sfor, est¨¢ compuesta por casi 30 pa¨ªses, entre ellos Rusia. No es un mal modelo a seguir.
P. Otro asunto de la cumbre es el concepto estrat¨¦gico de la Alianza, la reelaboraci¨®n de su doctrina ?servir¨¢ Kosovo como referencia?
R. El concepto estrat¨¦gico est¨¢ construido sobre las experiencias vividas. Desde 1995, con el despliegue de Bosnia, hemos seguido el esquema de pasar de la pr¨¢ctica a la teor¨ªa. No dispon¨ªamos de teor¨ªa cuando se desplegaron los soldados para parar la guerra en Bosnia, y si hubi¨¦ramos esperado a completarla, seguramente todav¨ªa estar¨ªamos en la guerra de Bosnia. Hubo que tirarse a la piscina y simplemente, hacerlo. El concepto estrat¨¦gico es la codificaci¨®n de la experiencia, incluida la de Kosovo, que no es muy diferente a la de Bosnia, sobre c¨®mo se hacen misiones de interposici¨®n y pacificaci¨®n, mediante grandes coaliciones pol¨ªticas, que funcionan mediante consenso, sin votar. Una de las principales funciones del secretario general es actuar como catalizador de ese consenso.
P. ?Cu¨¢l es la idea central que inspira el nuevo concepto?
R. Que afortunadamente hemos pasado de la confrontaci¨®n a la cooperaci¨®n. Como secretario general presido un Consejo Euroatl¨¢ntico de 44 pa¨ªses, antes adversarios y hoy asociados, que van desde Canad¨¢ hasta Kazajist¨¢n. Es la construcci¨®n de una Europa sin l¨ªneas divisorias, donde la regla sea la colaboraci¨®n en lugar del enfrentamiento.
P. La defensa estricta del propio territorio ya no es suficiente. ?Hasta d¨®nde debe ir el designio de volcarse hacia fuera?
R. La Alianza, y la Identidad Europea de Defensa en su seno, seguir¨¢ contemplando la defensa territorial, pero no vemos en el horizonte que alg¨²n d¨ªa haya que ponerla en pr¨¢ctica. Las nuevas obligaciones ser¨¢n m¨¢s bien de mantenimiento e imposici¨®n de la paz, tambi¨¦n al servicio de una pol¨ªtica exterior y de seguridad europea.
P. ?Se modificar¨¢ su ¨¢mbito de actuaci¨®n, abri¨¦ndose a m¨¢s operaciones "fuera de zona", para convertirla en un "gendarme" mundial o regional?
R. La ¨²nica organizaci¨®n universal es la ONU. Las dem¨¢s son geogr¨¢ficamente limitadas. No veo que nuestras responsabilidades deban ir m¨¢s all¨¢ de la zona geogr¨¢fica comprendida aproximadamente entre Canad¨¢ y Kazajist¨¢n. Esa es el ¨¢rea de cooperaci¨®n adecuada.
P. Tambi¨¦n discuten sobre la legitimaci¨®n de sus operaciones, si deben contar siempre con el paraguas de una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad o basta con atenerse a la Carta de Naciones Unidas. ?Cu¨¢l es su opini¨®n?
R. Estamos y estaremos siempre dentro de la Carta. Todos nuestros socios son miembros de la ONU y cinco de ellos pertenecen al Consejo de Seguridad. Por tanto, es inconcebible que pudiera actuarse contra el esp¨ªritu de lo que representa Naciones Unidas. Despu¨¦s del 24 de marzo hubo un intento de promover una resoluci¨®n condenando a los pa¨ªses involucrados , que s¨®lo obtuvo tres votos, los otros doce miembros del Consejo de Seguridad votaron en contra. Y hace pocos d¨ªas, la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la ONU conden¨® la limpieza ¨¦tnica de Milosevic con un solo voto en contra.
P. Ha aplaudido la reciente actuaci¨®n del secretario general, Kofi Annan.
R. Annan no s¨®lo ha apoyado los cinco puntos que defienden la Alianza y la Uni¨®n Europea en este conflicto. Ha expresado de forma muy clara en su importante discurso de Ginebra el nuevo pensamiento sobre el "derecho de ingerencia". Comprendo que requerir¨¢ tiempo de reflexi¨®n, pero no dudo de que pronto formar¨¢ parte del acervo com¨²n de nuestras sociedades.
P. ?Qu¨¦ aportar¨¢ la OTAN al Pacto de Estabilidad para los Balcanes que dise?an los europeos?
R. En la Alianza no s¨®lo estamos preocupados por terminar con la crueldad de Milosevic, sino que hacemos todo lo posible por ayudar a sus v¨ªctimas, y para afrontar globalmente el problema de los Balcanes. El 9 de marzo lanc¨¦ en Londres la idea de que deb¨ªamos pasar de una Asociaci¨®n por la Paz a una Asociaci¨®n por la Prosperidad, que hoy se concreta en la iniciativa de un Pacto de Estabilidad econ¨®mico, pol¨ªtico y de seguridad. La OTAN est¨¢ dispuesta a contribuir en este ¨²ltimo cap¨ªtulo. Se ver¨¢ en Washington. Deber¨ªamos haber lanzado este enfoque global antes, es un error que reconozco y en el que llevo mi parte.
P. Han recibido otras cr¨ªticas, por su tarea en la ayuda humanitaria.
R. Tenemos 12.000 soldados en Macedonia y 8.000 en Albania, que han construido campos de refugiados en el tiempo r¨¦cord de tres d¨ªas. Se ha interpretado mal, tambi¨¦n en su peri¨®dico, la frase de que la Alianza "no es responsable" de los refugiados, como si demostrase inhibicionismo, cuando todos los soldados desplegados han estado y est¨¢n al servicio de ACNUR y de la Cruz Roja, y cuando esa frase ten¨ªa el sentido de reconocer el protagonismo de esas organizaciones. Nos preocupa de verdad la situaci¨®n humanitaria. En realidad, estamos ah¨ª para ayudar, con los medios que tenemos, al retorno de los refugiados y a que, mientras tanto, sobrevivan y se recuperen.
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