Milosevic s¨®lo admite intervenciones de la ONU
El enviado ruso no logra avances significativos en la resoluci¨®n de la crisis de Kosovo
Slobodan Milosevic, el presidente yugoslavo, est¨¢ dispuesto a aceptar la presencia "de organizaciones internacionales" bajo bandera de la ONU en Kosovo. Eso es lo que asegur¨® ayer V¨ªktor Chernomirdin, el ex primer ministro y enviado especial de Mosc¨² para tratar la crisis de Kosovo, tras nueve horas de negociaci¨®n. El compromiso pone de manifiesto lo que Milosevic hab¨ªa declarado horas antes en una entrevista: "En ning¨²n caso se desplegar¨¢n fuerzas mililtares". Las declaraciones de Chernomirdin se conocieron a trav¨¦s de la agencia rusa Itar-Tass que tambi¨¦n reprodujo las lagunas de este supuesto acuerdo. "?Qu¨¦ clase de presencia internacional sea o de qu¨¦ pa¨ªses es algo a¨²n por discutir", dijo el enviado ruso.
Bajo la sombra de incesantes bombardeos aliados que se intensifican cada hora —esta madrugada los misiles alcanzaron la sede de la televisi¨®n serbia—, los desesperados esfuerzos diplom¨¢ticos rusos por impedir una ampliaci¨®n del conflicto en los Balcanes volvieron a toparse con la postura de Slobodan Milosevic. La aparente concesi¨®n inicial de Milosevic, difundida por la agencia oficial rusa, contemplaba el despliegue de "fuerzas internacionales". Sin embargo, en la madrugada espa?ola, la misma agencia reconoci¨® su error: Chernomirdin no dijo "fuerzas", sino "organizaciones internacionales" bajo bandera de la ONU. La postura nada tiene que ver con las exigencias de la OTAN: no hay compromiso sobre retirada de tropas serbias de Kosovo y Milosevic no parece dispuesto a que esa "presencia internacional" incluya a nacionales de los pa¨ªses "agresores".
V¨ªktor Chernomirdin, que present¨® la situaci¨®n como "dif¨ªcil, pero solucionable", decidi¨® anoche pernoctar en Belgrado con la esperanza de intentar convencer hoy a Milosevic de que lo ¨²nico que le queda frente al desastre es la aprobaci¨®n serbia de una presencia "neutral" en Kosovo. Sin embargo, el propio l¨ªder serbio hab¨ªa declarado antes, en una entrevista a una emisora de televisi¨®n de Tejas (EE UU), que no aceptar¨¢ un Kosovo "independiente porque los albaneses ya tienen su Estado, que es Albania", y que s¨®lo est¨¢ dispuesto a permitir la presencia de "una misi¨®n civil de la ONU que ejerza labores de control". La televisi¨®n rusa ORT difundi¨® fragmentos de la entrevista esta madrugada sin especificar que era una reproducci¨®n. Ese hecho provoc¨® una confusi¨®n: los medios de comunicaci¨®n Occidentales pensaron que era posterior a la reuni¨®n con Chernomirdin.
M¨¢xima reserva
Pero en realidad, no se sabe casi nada de lo que ocurri¨® tras las m¨¢s de nueve horas de reuni¨®n entre ambos pol¨ªticos. Chernomirdin no fue expl¨ªcito cuando habl¨® parcamente a los periodistas de su pa¨ªs despu¨¦s del di¨¢logo con Milosevic en un lugar no determinado de Belgrado. Al fin y al cabo, tras el ataque contra una de sus residencias, el l¨ªder electo de Serbia est¨¢ tomando precauciones y con raz¨®n. Los medios estatales de comunicaci¨®n se limitaron a dar explicaciones breves y ambiguas.
La carpeta de Chernomirdin no conten¨ªa, aparentemente, una f¨®rmula m¨¢gica para impedir que la OTAN contemplara una ofensiva a¨²n mayor: la invasi¨®n de Kosovo. Se limit¨®, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas en Belgrado, a exponer el plan que la v¨ªspera hab¨ªa explicado el ministro ruso de Exteriores, ?gor Ivanov, y que no contemplaba despliegue alguno de tropas.
A diferencia de otras reuniones con representantes de la c¨²pula rusa, incluidas las visitas simb¨®licas, pero infructuosas, del primer ministro Yevgueni Primakov y del m¨¢ximo exponente religioso, el patriarca Alejo II, la visita de Chernomirdir fue un asunto publicitariamente escueto. Nadie en la Embajada rusa estaba anoche en condiciones de resumir el alcance de su empresa y el efecto de su prop¨®sito para poner fin a la guerra.
Era imposible, por ejemplo, calibrar la preocupaci¨®n rusa ante lo que parece una inexorable marcha hacia una guerra cuerpo a cuerpo, la guerra terrestre a la que los serbios dicen no temer. Un veterano analista de Belgrado estaba pasmado anoche ante las expresiones que hab¨ªa recogido en la calle. "He escuchado decir entre los j¨®venes serbios que est¨¢n dispuestos a enfrentarse con la maquinaria militar m¨¢s potente del planeta. Me han dicho cosas como 'arrancaremos con los dientes el coraz¨®n de los invasores de Serbia".
En Belgrado no se percibe mayor preocupaci¨®n ante que parece una intensificaci¨®n de los esfuerzos b¨¦licos de la Alianza. Las sirenas de alarma suenan cotidianamente y ya nadie se mueve. Los conciertos de rock en el coraz¨®n de Belgrado est¨¢n registrando una ca¨ªda de asistentes. Los puentes ya no son el teatro del nacionalismo serbio. Si la moral sigue fuerte, ¨¦sta ya no es tan visible.
Chernomirdin debi¨® haber registrado esos y muchos datos durante su viaje de emergencia desde la capital de un pa¨ªs donde el 80% de la poblaci¨®n (si es que no es m¨¢s) denuncia la operaci¨®n de la OTAN como un intento imperialista y expansivo. La f¨®rmula aparente del Kremlin consiste en impedir que la agresi¨®n contra Yugoslavia arrastre a los rusos a la primera l¨ªnea de fuego. Consideraciones geopol¨ªticas aparte, los rusos est¨¢n sumamente preocupados por el efecto yugoslavo en sus futuras relaciones con Washington y, lo que es quiz¨¢s mas importante, con el Fondo Monetario Internacional (FMI) cuya sede, en la capital estadounidense, siempre ha estado en sinton¨ªa con la Casa Blanca.
Lo cierto es que si Mosc¨² est¨¢ de verdad tratando de impedir una guerra, no lo est¨¢ haciendo con demasiado ¨¦xito, a juicio de algunos analistas, como Artur Demek, el comentarista militar del semanario Nin. "Rusia ha fracasado", dec¨ªa anoche Demek. "Y ahora nadie, nadie sabe lo que va a pasar".
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