Extra?os en un tren
JAVIER MINA Seg¨²n parece, Alfred Hitchcock hubiera tenido que cumplir pronto cien a?os, pero no los ha cumplido m¨¢s que en el recuerdo. Son gajes de las efem¨¦rides: siempre versan sobre los ausentes, porque la muerte homenajea poco. Lo cual no quita para que tengamos que estarle agradecidos por evitarnos que algunos nos dieran la tabarra durante 400 o 500 a?os. S¨ª, a la muerte. De hecho, viaja en nuestro mismo tren s¨®lo que con otro tipo de equipaje. Basta asomarse a la pel¨ªcula que da t¨ªtulo a esta divagaci¨®n para comprobar c¨®mo se cuela de matute entre los dos extra-?os. Porque hay dos extra?os, dos extra?os en un tren. Dos extra?os que sellan t¨¢citamente un pacto por el que se comprometen a desembarazarse mutuamente de los respectivos seres queridos que les obstruyen el porvenir. O as¨ª lo entiende al menos uno de ellos, que se pone manos a la obra sin que el otro consiga comprender que aquello fuera algo m¨¢s que una macabra fantas¨ªa. S¨ª, la muerte era la m¨¢s extra?a de cuantos viajaban aquel d¨ªa en el tren. Ya estoy viendo a los m¨¢s vivillos intuir que ahora toca hablar del famoso tren de Lizarra y del pacto asim¨¦trico suscrito entre el nacionalismo A y el nacionalismo B, para lo cual me habr¨ªa zorramente servido del introito hitchcoquiano. Pues bien, se equivocan de medio a medio, mejor dicho, se equivocan de tren porque quisiera seguir hablando del catedr¨¢tico del suspense. En la c¨¦lebre entrevista que le hizo Truffaut y que apenas cabe en un libro, el tuno cineasta recordaba c¨®mo en los tiempos del cine mudo bastaba con cambiar los di¨¢logos que aparec¨ªan en los r¨®tulos para cambiar por completo una pel¨ªcula. Dado que el actor s¨®lo simulaba hablar, se le pod¨ªa hacer decir cualquier cosa. "Por este procedimiento se salvaron malas pel¨ªculas. Si un drama se hab¨ªa rodado mal, se hab¨ªa interpretado mal y resultaba rid¨ªculo, se escrib¨ªa entonces un di¨¢logo de comedia y la pel¨ªcula alcanzaba un gran ¨¦xito porque se la consideraba como una s¨¢tira". ?Acab¨¢ramos! Con este h¨¢bil volat¨ªn se nos est¨¢ queriendo indicar que un buen di¨¢logo puede salvar los rollos m¨¢s malos... ?Y por qu¨¦ no que hay pol¨ªticos que parecen ventr¨ªlocuos de los peores parlamentos que les escribe nada menos que la Historia o su propia versi¨®n de la misma? Lo lamento mucho, querido lector, pero no van por ah¨ª los tiros. ?Pues ya ir¨¢n, seguro! Craso error. Pel¨ªculas hizo el gran maestro que podr¨ªan servir de excusa para introducir el tema de la identidad; ah¨ª estan Recuerda o V¨¦rtigo, pero dif¨ªcilmente dar¨ªan para traducir la enormidad de que ETA es la OTAN, como ha dicho HB en esa fabulilla que se ha montado acerca de Kosovo (que a lo mejor es Navarra porque contiene lo vasco m¨¢s sagrado). Adem¨¢s, me he prometido no utilizar Los p¨¢jaros para aludir a un Arzalluz estornino encabezando a los aguiluchos kurdos en la toma de un Ajuria Enea enjaulado; ni La ventana indiscreta para asomarnos a los impuestos de Piqu¨¦ o Borrell, tampoco la Cortina rasgada para que Anguita se percate de cu¨¢nto de izquierdas es Milosevic, ni El hombre que sab¨ªa demasiado o N¨¢ufragos para tratar de Seti¨¦n, a¨²n menos de Encadenados en estricta alusi¨®n a Egibar y Otegi, o de La sombra de una duda a fin de exasperar a algunos m¨¦ntandoles las pocas que tiene Mayor Oreja, por no introducir expresamente la barbarie terrorista con Sabotaje. ?Tendr¨ªa que ver Psicosis con la excesiva preocupaci¨®n por una lengua o Falso culpable con las c¨¢rceles de exterminio? No, lament¨¢ndolo mucho no habr¨¢ nada de eso en el art¨ªculo de hoy, sino el m¨¢s encendido de los homenajes a un autor que, en palabras de Truffaut, "no se ha preocupado por saber lo que dicen exactamente sus pel¨ªculas y menos a¨²n por comunicarlo", pero que supo describir como nadie, en la entrevista que con ¨¦l mantuvo, "los vericuetos que hab¨ªa seguido para escoger aquellas historias que ¨¦l gustaba contarse a s¨ª mismo cont¨¢ndoselas al espectador". Ahora que la muerte les ha atrapado a ambos por encima de los talones y que ya viajan en el mismo tren como dos extra?os todav¨ªa m¨¢s extra?os, s¨®lo resta quitarse el sombrero. O la rebeca de Rebeca.
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