Hacienda reclam¨® s¨®lo 540.000 pesetas a la firma que De la Rosa us¨® para el pago de comisiones

Hacienda cerr¨® con un acta de 542.723 pesetas la inspecci¨®n correspondiente al a?o 1989 de la sociedad Aciesa, controlada por el equipo de Javier de la Rosa, pese a que declar¨® p¨¦rdidas de m¨¢s de 8.000 millones y estaba inactiva. Esta sociedad, que se us¨® de forma indiscriminada para pagar comisiones y cobrar dinero de Torras, acab¨® siendo investigada, y reclamada, en todas las causas relacionadas con el caso Torras, tanto en Londres como en la Audiencia Nacional y en el caso Grand Tibidabo. La fiscalizaci¨®n de esta sociedad, que gener¨® cierta pol¨¦mica en la Inspecci¨®n, se realiz¨® en diciembre de 1992, y era competencia del equipo dirigido por Jos¨¦ Mar¨ªa Huguet.

Esta fiscalizaci¨®n corri¨® a cargo de un equipo dirigido por el entonces jefe de la Inspecci¨®n en Catalu?a, Jos¨¦ Mar¨ªa Huguet, quien recibi¨® ingresos en Suiza procedentes del abogado de Torras Juan Jos¨¦ Folchi. Las actas de esta inspecci¨®n encendieron las luces de alarma en otros departamentos de la Delegaci¨®n de Catalu?a. Seg¨²n varias fuentes, la reacci¨®n de alg¨²n inspector de la Oficina Nacional de Inspecci¨®n (ONI) de Barcelona permiti¨® que otra sociedad de las mismas caracter¨ªsticas, Pinyer, corriera la misma suerte. Esta segunda inspecci¨®n no se cerr¨® y el informe realizado desde la ONI se envi¨® a los juzgados por presunto delito fiscal. En el caso de Aciesa, en la misma fecha se cerr¨® la inspecci¨®n de los a?os 1989, 1990 y 1991. La suma total reclamada a la sociedad por esos tres ejercicios fue de 10 millones de pesetas. ?Qui¨¦n era el accionista de Aciesa? Una sociedad holandesa llamada Hertili, de la que nadie se ha hecho responsable desde que su contabilidad acab¨® en los tribunales. Aciesa aparece en todas las operaciones extra?as realizadas por el equipo de De la Rosa durante los a?os en los que estuvo al frente del Grupo Torras.

En primer lugar, en el cobro de comisiones. As¨ª, Aciesa pag¨® 300 millones de comisi¨®n en 1991 en la venta de un edificio de Tibidabo, sociedad que controlaba De la Rosa, a la Generalitat de Catalu?a. En esta operaci¨®n, los peritos judiciales han asegurado asimismo que la Administraci¨®n catalana pag¨® un precio superior al de mercado. Otros miles de millones proced¨ªan de Torras, a quien cobraba por supuestos informes.

Fiscalmente, el reconocimiento por parte de la Inspecci¨®n de esas p¨¦rdidas de 8.544 millones de pesetas en 1989 era un magn¨ªfico negocio. En la pr¨¢ctica supone que la empresa no deber¨¢ pagar impuesto sobre beneficios mientras ¨¦stos no superan a las p¨¦rdidas.

Por ello, Aciesa fue durante esos a?os una verdadera ganga para un rosario de empresas y empresarios de Barcelona que realizaban operaciones que generaban beneficios a trav¨¦s de ella. Es decir, Aciesa aparec¨ªa como vendedora de inmuebles y acciones y no pagaba por los beneficios, que iban a compensar las p¨¦rdidas afloradas en 1989.

De esta manera, Aciesa aparece, por ejemplo, como vendedora de un edificio a la polic¨ªa auton¨®mica catalana, o de unos solares para la Universitat Oberta de Catalunya, ambos organismos dependientes de la Generalitat. Tambi¨¦n realiz¨® innumerables estudios que, seg¨²n fuentes conocedoras del proceder de la sociedad, generaron comisiones sin dejar rastro.

Tanto en la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n como en la propia Hacienda, las inspecciones sobre Aciesa han sido motivo de las m¨¢s variadas especulaciones. Especialmente desde que un tribunal de Londres acord¨® embargar los bienes de la empresa por su participaci¨®n como tapadera en las operaciones atribuidas a De la Rosa.