Los fabricantes de armas aprovechan la cumbre para vender sus productos
"Cuando las amenazas al dominio a¨¦reo de Estados Unidos emergen, el ma?ana se convierte en incierto. ?Qu¨¦ hace falta para prevenir una guerra en el futuro?". La respuesta a este anuncio -publicado estos d¨ªas en la prensa norteamericana por el fabricante de un sofisticado avi¨®n llamado F-22 Raptor coincidiendo con el derribo por el Ej¨¦rcito serbio del sofisticado avi¨®n F-118, un aut¨¦ntico orgullo nacional de la industria b¨¦lica de Estados Unidos- es comprar nuevo y m¨¢s sofisticado armamento. Se trata tan s¨®lo de un ejemplo, entre muchos otros, del clima de euforia que caracteriza a los grandes fabricantes del sector desde el comienzo de la guerra en Yugoslavia. Algo que contrasta con la actividad alica¨ªda del sector durante los ¨²ltimos a?os, muy afectado por los recortes presupuestarios del primer comprador del mundo y cl¨¢sico mercado de esa industria, Estados Unidos.
Coincidiendo con la cumbre de la actual OTAN, las grandes firmas est¨¢n desplegando grandes medios conscientes de que tienen ante s¨ª una gran oportunidad para recordar, aunque sea en una peque?a parte, los a?os dorados de la guerra fr¨ªa. Los mercaderes de la industria armament¨ªstica, sin ning¨²n tapujo, han comenzado a hacer lobby en torno a las delegaciones oficiales que asisten a la reuni¨®n de los l¨ªderes que se celebra en Washington.
Las principales firmas relacionadas directa e indirectamente con este sector, desde las armas a las telecomunicaciones, con nombres como Lockheed Martin, General Motors, Ford, Boeing o United Technologies, han organizado shows para presentar sus productos a las delegaciones asistentes a la cumbre. Entre ellas ocupan un papel privilegiado las de los pa¨ªses del Este de Europa, antiguos sat¨¦lites de la URSS, y que preven reequipar sus ej¨¦rcitos. Son el mercado de m¨¢s crecimiento potencial en la actualidad y nadie duda de que la parte del le¨®n ser¨¢ para la industria de Estados Unidos.
Algunas firmas han conseguido incluso colocar a sus presidentes como directivos del comit¨¦ organizador de la cumbre. Para ello han tenido que pagar 250.000 d¨®lares (unos 40 millones de pesetas) cada una. En total, estas industrias han contribuido a los fastos con ocho millones de d¨®lares.
El caso m¨¢s espectacular es el de Boeing, fabricante de aviones y armas, que ha contratado firmas de abogados de Washington para que gestionen ante los congresistas la aprobaci¨®n de nuevos programas de rearme de la l¨ªnea de misiles de crucero, arma empleada en la campa?a serbia y cuyas l¨ªneas de producci¨®n est¨¢n ahora cerradas.
De momento, firmas como Lockheed Martin ya han conseguido contratos de 3.000 millones de d¨®lares para la construcci¨®n de una nueva generaci¨®n de misiles. Rattheon Company ha sido contratada por la Marina para redise?ar una nueva gama de misiles, instalados en determinados buques, por un importe de 800 millones de d¨®lares.
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