El Barcelona no aprieta
El Atl¨¦tico mejora, se adelanta tras el descanso, pero acaba desinflado y a merced de los azulgrana
El Barcelona no gan¨®, que ya es noticia; el Atl¨¦tico tampoco alcanz¨® el triunfo, pero eso se ha convertido en el pan nuestro de cada d¨ªa. En lo que acab¨® la reuni¨®n fue en empate, de modo que ninguna de las rachas extremas del campeonato, la mejor (43 puntos de los ¨²ltimos 48 posibles llevaban los azulgrana) y la peor (tres de 33, los rojiblancos), saltaron ayer bruscamente por los aires. No se repiti¨® el Atl¨¦tico-Bar?a de los ¨²ltimos tiempos, la cita anduvo escasa de espect¨¢culo y goles, pero ambos equipos abandonaron el Calder¨®n con una mueca feliz: el Bar?a, porque se sabe m¨¢s campe¨®n, con la misma ventaja y menos camino por delante, y el Atl¨¦tico, porque mejor¨® de veras cosido al montaje t¨¢ctico que Antic ide¨® en Parma, esa especie de 4-2-3-1 con Valer¨®n por el centro con galones de almirante. El l¨ªder no se comport¨® como tal. No, desde luego, en la segunda mitad, donde se advirti¨® cierto pasotismo general y la dimisi¨®n de sus cracks. El Barcelona no necesita los puntos, le sobran, y eso jug¨® ayer en su contra y en beneficio del rival, al que s¨ª le urg¨ªa sumar. Por una vez, el Atl¨¦tico gan¨® en actitud a su adversario. A los rojiblancos le van m¨¢s los equipos grandes que los d¨¦biles, y tiene su l¨®gica la paradoja: ante las escuadras de alcurnia, el Atl¨¦tico acepta su inferioridad, vigila las virtudes del rival, asume sus propias carencias y juega en funci¨®n de lo que tiene. El Atl¨¦tico se meti¨® ayer en la contienda por la v¨ªa del ardor, la concentraci¨®n y el orden. Y as¨ª sali¨® vivo del cruce con el futuro campe¨®n.
ATL?TICO 1
BARCELONA 1Atl¨¦tico: Molina; Aguilera, Santi, Chamot, Serena; Jugovic (Njegus, m.75), Valer¨®n; Mena, Juninho, Juan Gonz¨¢lez (Roberto, m.73); y Jos¨¦ Mari (Loren, m.83). Barcelona: Hesp; Reiziger, Abelardo, Frank de Boer; Celades (Anderson, m.67), Guardiola, Sergi; Figo, Luis Enrique (Roger, m.85), Rivaldo; Kluivert. Goles: 1-0. M.55: Frank De Boer despeja el bal¨®n cuando Jos¨¦ Mari se dispon¨ªa a culminar un contragolpe del Atl¨¦tico; Valer¨®n recoge el rechace en la frontal, controla y bate a Hesp con un derechazo raso. 1-1. M.64: Abelardo cabecea a placer una falta lanzada por Rivaldo desde la izquierda. ?rbitro: Iturralde Gonz¨¢lez. Amonest¨® a Chamot y Jugovic. 55.000 espectadores en el Vicente Calder¨®n. El equipo cadete del Atl¨¦tico, que ayer se proclam¨® campe¨®n de Liga invicto, dio una vuelta de honor antes de comenzar el partido.
Salvo en un cuarto de hora, el que sucedi¨® al descanso, el Bar?a se apropi¨® de la pelota. Sin la soltura de otras veces, incordiado m¨¢s de la cuenta por la agresiva presi¨®n y la escrupulosa organizaci¨®n del Atl¨¦tico, pero se la qued¨®. Y la mand¨® constantemente de viaje de un lado a otro del campo, a la b¨²squeda de la distracci¨®n primero y el pase letal despu¨¦s. Guardiola tom¨® de salida la batuta, Kluivert empez¨® a hacer estragos con sus movimientos por la zona de entrel¨ªneas y Figo arm¨® revuelo con media docena de recortes y tres o cuatro deliciosos pases interiores. En ese tramo inicial el Barcelona s¨ª se pareci¨® a s¨ª mismo. Y hasta Rivaldo, aunque a su egoista manera, como jugando un partido paralelo en el que poco ten¨ªan que ver el resto de sus compa?eros, hizo dos o tres diabluras. Pero los azulgrana se estrellaron contra Molina , que le sac¨® un mano a mano a Luis Enrique y adivin¨® todo el veneno de Rivaldo a bal¨®n parado.
El Atl¨¦tico era otro. Inferior al Bar?a, claro, pero nada que ver con el equipo enfermizo, desidioso y distante de fechas recientes. Condenado sin remisi¨®n en el combate puramente futbol¨ªstico, el equipo de Antic aguanto el arre¨®n inicial del Bar?a con atenci¨®n extrema, esp¨ªritu de lucha y equilibrio, el que aporta el nuevo plan t¨¢ctico.
Guiados por Valer¨®n, tres jugadores se rehabilitaron en el bando rojiblanco, probablemente los que m¨¢s deudas tienen con el desastre de la temporada: Mena, Juninho y Jugovic. Mena hizo el primer tiempo de su vida: cerr¨® a Sergi, al que dobl¨® hasta en bravura, le dio siempre una correcta salida a la pelota y se invent¨® dos pases letales que Juan Gonz¨¢lez, solo en el coraz¨®n del ¨¢rea, mand¨® al garete. Juninho fue el mejor Juninho del curso: r¨¢pido, decidido y exitoso en el regate. Y Jugovic, pese a que el Calder¨®n tard¨® en comprender su partido, fue decisivo en el equilibrio del Atl¨¦tico: de guardaespaldas de Valer¨®n en la primera mitad y asumiendo riesgos en la segunda, cuando a sus compa?eros les empezaba a faltar el aire.
Se alcanz¨® el descanso con el Barcelona al volante, dominador indiscutible del choque, pero con un Atl¨¦tico serio y comprometido. En cualquier caso, nada hac¨ªa presagiar lo que sucedi¨® en el arranque del segundo periodo: el Atl¨¦tico le meti¨® un plus de ambici¨®n a su sesi¨®n t¨¢ctica, se ali¨® con el buen f¨²tbol y arrincon¨® durante un cuarto de hora al Bar?a, que se vio sorprendido, incapaz de contestar la embestida rival. Del achuch¨®n, el Atl¨¦tico sac¨® cinco ocasiones poderosas y un gol.
Despu¨¦s de ese cuarto de hora infernal, el Bar?a se recompuso y el Atl¨¦tico se reencontr¨® con el fatalismo: perdi¨® a Jugovic por una lesi¨®n ins¨®lita -no fue una dura entrada lo que le rompi¨®, sino un quiebro de Rivaldo que le dej¨® seco- y encaj¨® el empate en el primer despiste -Abelardo entr¨® a cabecear con toda libertad-.
Restaban 25 minutos y el Atl¨¦tico estaba roto t¨¢cticamente (sin Jugovic, el entramado se vino abajo) y desinflado, sin aire. Era el momento del Bar?a. Pero el conformismo infect¨® entonces la camiseta azulgrana y sus figuras, con Figo y Rivaldo a la cabeza, dimitieron. Y el Atl¨¦tico escap¨® vivo.
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