Muere un mendigo tras ser apaleado por una cuadrilla en Getxo. El p¨¢rroco culpa al "vac¨ªo legal" de que la v¨ªctima viviera a¨²n en la calle
Alejo Aznar, un drogadicto sin techo de 33 a?os, muri¨® en la noche del s¨¢bado en el barrio de Romo, en Getxo, tras ser apaleado junto a los soportales de la iglesia de San Jos¨¦, donde sol¨ªa dormir. "Fue una cuadrilla de chicos, eran seis o siete, muy normales", relat¨® ayer una vecina, cuyo marido presenci¨® la agresi¨®n desde su casa. Era antes de la medianoche. El vecino hab¨ªa salido al balc¨®n a fumar un cigarrillo cuando vio como un grupo de j¨®venes pegaba al mendigo con una barra de hierro, adem¨¢s de patearle. Un portavoz de la Ertzaintza confirm¨® que los agresores fueron grupo de "entre seis y diez" j¨®venes. Sin embargo, eludi¨® precisar si han sido identificados, aunque asegur¨® que no se hab¨ªan producido detenciones. A pocos metros del lugar del suceso existe un par de bares. La barra con la que fue agredido, de unos dos metros de longitud, es de las marcan el espacio reservado a los contenedores de basura. Suele haber una a cada lado, fijadas en el suelo con cemento, para evitar que los coches, al aparcar desplacen los dep¨®sitos de basura. Ayer no hab¨ªa rastro de ninguna barra. La v¨ªctima era muy conocida en el barrio. Los vecinos relataron que se enganch¨® en la adolescencia y que vagaba desde hace a?os por all¨ª. El p¨¢rroco de la iglesia donde ocurri¨® la agresi¨®n, Juanjo Elezcano, se?al¨® que Aznar estaba enfermo y muy d¨¦bil. "Parec¨ªa un cad¨¢ver andante", en palabras del sacerdote. Otro vecino de la zona record¨®: "?ltimamente estaba muy chungo, m¨¢s en la otra vida que en ¨¦sta". Aznar falleci¨® a los 15 minutos de ser trasladado en ambulancia al hospital de Cruces, en Barakaldo. Al ingresar, su pron¨®stico era reservado y no presentaba heridas punzantes. El hospital no revel¨® las causas del fallecimiento. El sacerdote se?al¨® que "¨¦l mismo dec¨ªa que ten¨ªa sida, hepatitis y tuberculosis" pero que se negaba a ser acogido por alguna instituci¨®n p¨²blica. El sacerdote, que no vio la paliza, baj¨® a la calle -vive en el bloque contiguo a la iglesia- al o¨ªr sirenas. "Pens¨¦, otra vez se llevan a Alejo. Pero hoy [por ayer] he llamado a Osakidetza y me han dicho que hab¨ªa fallecido". Elezcano pidi¨® en la misa que celebr¨® ayer que cualquiera que hubiese presenciado la agresi¨®n le avisara. "Pero no ha venido nadie". El p¨¢rroco de la iglesia San Jos¨¦ de Getxo, Juanjo Elezcano, conoc¨ªa desde hace tiempo a la v¨ªctima. "Alejo era el hijo de todos y el problema de todos". No era lo ¨²nico que ten¨ªa ayer claro el sacerdote. "Lo m¨¢s tr¨¢gico es que existe un vac¨ªo legal, que impide que una persona como Alejo est¨¦ acogida en alg¨²n sitio". Elezcano recuerda que el indigente no quer¨ªa ni o¨ªr hablar de centros de acogida, hospitales o sanatorios. "Al m¨ªnimo descuido se escapaba". El sacerdote considera que, dado su precario estado de salud, en los ¨²ltimos tiempos, el indigente fallecido no deb¨ªa haber seguido en la calle. Porque, seg¨²n subraya, "la vida que llevaba no era vida". Su familia se desentendi¨® hace a?os de ¨¦l, agotada por la situaci¨®n. Elezcano se mostr¨® convencido de que Aznar no era due?o de sus actos, por m¨¢s que ning¨²n medico hubiera determinado que no fuera capaz de decidir por s¨ª mismo. Los intentos de los responsables de la parroquia, en cuyos soportales dorm¨ªa muchas noches -en otras ocasiones sol¨ªa hacerlo junto a unas escuelas cercanas, seg¨²n una vecina- para que alguna instituci¨®n se ocupara de ¨¦l han sido muchos. Todos resultaron infructuosos. La ¨²ltima medida que hab¨ªan pensado era dr¨¢stica: denunciar a Aznar por sus continuas intrusiones en los locales eclesi¨¢sticos, situados junto a una guarder¨ªa. La denuncia iba a ser presentada hoy mismo. Juanjo Lezcano explic¨® que lo que pretend¨ªan con esta medida era que un juez, o quien fuera, tomara cartas en el asunto y decretara su ingreso obligado en una instituci¨®n. En los ¨²ltimos meses hab¨ªan hecho gestiones, siempre en vano, ante el departamento municipal de Bienestar Social.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Getxo
- Servicios sociales
- Alejo Aznar
- Delincuencia juvenil
- Agresiones f¨ªsicas
- Ayuntamientos
- Marginados
- Bizkaia
- Administraci¨®n local
- Pol¨ªtica social
- Integridad personal
- Narcotr¨¢fico
- Delincuencia
- Asesinatos
- Pa¨ªs Vasco
- Espa?a
- Administraci¨®n p¨²blica
- Sucesos
- Delitos contra salud p¨²blica
- Delitos
- Justicia
- Marginaci¨®n
- Grupos sociales
- Problemas sociales
- Sociedad