Por Do?ana
A la cat¨¢strofe de Aznalc¨®llar le falt¨® una figura: la de la dimisi¨®n, que es figura con garant¨ªa de calidad democr¨¢tica. No arregla las cosas pero las sit¨²a pol¨ªticamente en el lugar exacto, con lo que el r¨ªo del desprop¨®sito catastrofista se encauza y eso que ganamos los ciudadanos. A un a?o de aquellos tristes d¨ªas de abril, es cierto que el trabajo realizado para tratar de superar las consecuencias del vertido t¨®xico ha sido bueno, seg¨²n los expertos. Sin embargo, nadie parece creer las declaraciones de los pol¨ªticos sobre el control del peligro en Do?ana. Lo crean o no, la figura de la dimisi¨®n hubiera sido una fuente de credibilidad para este momento de rendir cuentas sobre el trabajo realizado. En este a?o nos hemos fiado m¨¢s de los cr¨ªticos que de los pol¨ªticos en el asunto Do?ana y ellos deben saberlo si no lo saben y aprender la lecci¨®n. Pero adem¨¢s, este a?o hasta los menos sensibles a la protecci¨®n de la naturaleza han aprendido que necesitamos a los ecologistas como voz de la conciencia colectiva. Pero tambi¨¦n son imprescindibles los juicios ponderados y razonados de los cient¨ªficos y desde luego necesitamos medios de comunicaci¨®n al tanto de la verdad, sin sensacionalismos ni precipitaciones catastrofistas. Con el desastre de Aznalc¨®llar hemos aprendido a ser m¨¢s exigentes con quienes tienen la obligaci¨®n de que las cosas funcionen de manera que la naturaleza no sufra agresiones como la que hace un a?o sufri¨® Do?ana, a sus puertas, o en sus entra?as, que acaso todo est¨¦ por ver. En todo caso y para que la verdad se imponga al catastrofismo, los responsables pol¨ªticos deber¨ªan asumir ahora otra obligaci¨®n esencial en democracia: la de informar con rigor. Acaso Do?ana, ya que no tuvo dimisiones, merezca aunque sea con un a?o de retraso un "gabinete de crisis" al que lleguen todos los datos cient¨ªficos sobre el tratamiento de su mal, y desde el que se informe a los ciudadanos con todo detalle. No s¨®lo porque tenemos derecho, sino porque cuanto m¨¢s espacio se le da a la informaci¨®n, menos se le deja a la especulaci¨®n. Y por Do?ana y su futuro.
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