Emilio Lled¨® advierte del riesgo de convertir a los j¨®venes en "robots" profesionales
"La obsesi¨®n por ganarse la vida es la forma m¨¢s f¨¢cil de malgastarla, y no merece la pena vivir as¨ª". As¨ª de contundente se muestra el acad¨¦mico y catedr¨¢tico em¨¦rito de la Universidad Complutense de Madrid Emilio Lled¨® al hablar de la educaci¨®n que reciben la mayor¨ªa de los j¨®venes de hoy. Seg¨²n Lled¨®, se educa a los estudiantes en la b¨²squeda de la "utilidad" y de la "profesi¨®n", y esto supone la muerte del saber y del conocimiento. Una opini¨®n compartida por los profesores de filosof¨ªa que le acompa?aron en el debate que cerr¨® la semana pasada el ciclo La educaci¨®n que queremos, organizado por el Grupo Santillana.
El acad¨¦mico tach¨® de "lamentables" la mayor¨ªa de los m¨¦todos de ense?anza actuales: "Son m¨¢s bien instrucciones de uso para crear robots", dijo, y atribuy¨® los "errores garrafales" que, en su opini¨®n, se han cometido en la planificaci¨®n de las humanidades a "ignorantes con grumos ideol¨®gicos y aires de modernidad". Lled¨® achac¨® a la ceguera de los gobernantes el que la ense?anza de las humanidades se considere algo in¨²til. Puso de ejemplo que el adjetivo "humanitario" no estar¨ªa tan "tristemente de moda" si se ense?aran valores como libertad, justicia, solidaridad o concordia.
El profesor ofreci¨® como ¨²nica alternativa a la ense?anza actual lo que llam¨® la pedagog¨ªa del amor: "Contagiar amor es contagiar inter¨¦s". Asimismo defendi¨® el est¨ªmulo que supone el conocimiento de la filosof¨ªa para la capacidad de hacerse preguntas que acompa?a al ser humano desde su infancia. En el debate se apunt¨® la necesidad de implicar a los alumnos, planteando las clases de filosof¨ªa a partir de sus experiencias.
Ciencia y filosof¨ªa
Otro asunto que preocupa a los profesores es que la sociedad se olvide de la filosof¨ªa y, a cambio, le d¨¦ cada vez m¨¢s importancia a la tecnolog¨ªa. La conclusi¨®n un¨¢nime fue que ciencia y filosof¨ªa deben ir unidas, ya que la historia demuestra que son saberes complementarios, y no antag¨®nicos como se les suele presentar. "La tecnolog¨ªa es importante, pero la seudotecnolog¨ªa es peligrosa. El verdadero saber no est¨¢ en Internet, sino en el cerebro", zanj¨® Lled¨®. Tampoco la ense?anza de la historia parece estar en su mejor momento. El acad¨¦mico y catedr¨¢tico em¨¦rito de la Universidad Aut¨®noma de Madrid Miguel Artola explic¨®, en el debate anterior, dedicado a la geograf¨ªa y la historia, que hace falta ense?ar la historia general para comprender el presente; pero advirti¨® de que los departamentos de educaci¨®n prefieren ense?ar lo m¨¢s pr¨®ximo y "dejar lo general para no se sabe cu¨¢ndo". Artola explic¨® que hay dos formas de ense?ar la historia: "Podemos creer que nuestra visi¨®n de la realidad es la mejor o comprobar que, adem¨¢s de nosotros, hay mucha m¨¢s gente en el mundo".
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