La Liga se le hace inc¨®moda al Madrid El Fuenlabrada estuvo a punto de conseguir el triunfo en el ¨²ltimo segundo
El final de temporada se est¨¢ volviendo tortuoso para el Real Madrid. Se ponga como se ponga, no logra tener un partido c¨®modo. Ayer puso en franquicia su eliminatoria ante el modesto Fuenlabrada, al sumar su segunda victoria. Pero no debe fiarse. Para hacerlo, tuvo que sufrir hasta el ¨²ltimo segundo. Y la eliminatoria no daba para tanto.
Como quiera que el Real Madrid esta para sopitas de un tiempo a esta parte, trat¨® de hacerse la vida agradable aprovechando la segunda visita del Fuenlabrada, su entusiasta vecino del sur. Era hasta cierto punto l¨®gico. El Madrid pretend¨ªa, sin ir m¨¢s lejos, un partido c¨®modo, jugado a velocidad de crucero, de esos que te permiten mover el banquillo, quemar un poco de calor¨ªas, dar rienda suelta a algunas jugadas de Sal¨®n y certificar el tr¨¢mite sin mayor ruido. Llegado al descanso, el Madrid presentaba algunos s¨ªntomas no demasiado preocupantes, pero s¨ª ofrec¨ªa la sensaci¨®n de que, a estas alturas de la temporada, no est¨¢ en condiciones de vivir c¨®modamente ning¨²n partido.
Marcador igualado
El Fuenlabrada salt¨® a la cancha con las ganas de costumbre, apoyado por algo m¨¢s de un centenar de seguidores que se bastaban para hacer m¨¢s ruido que los habituales del pabell¨®n, un pabell¨®n por cierto que va camino de quedarse grande visto la desproporci¨®n que hay entre oferta y demanda en la capital en lo que al Madrid de baloncesto se refiere. Sin hacer demasiadas cosas, se encontr¨® con un marcador igualado. Sin hacer demasiadas cosas quiere decir que supo sobrevivir con mucha dignidad a pesar de que su artillero principal, Perasovic, parec¨ªa tener alg¨²n problema con el punto de mira.
Del otro lado, el Madrid dosificaba a los Albertos, a quienes hizo coincidir muy al final del primer periodo, con ¨¢nimo de demostrar que no le hac¨ªa falta poner toda la carne en el asador. Entre las ausencias de unos y otros, el partido fue discurriendo• sin especial brillo, pero con el marcador igualado.
En otros tiempos, no habr¨ªa resultado preocupante: el grande tensa un poco la cuerda y el habitual vecino del sur dobla la rodilla ante la desproporci¨®n de medios de uno y otro. Pero, no es que los tiempos hayan cambiado, es que este Madrid de finales de temporada no parece tener mucha conversaci¨®n. A los cinco minutos de la reanudaci¨®n, el Fuenlabrada superaba los 10 tantos de ventaja (44-55), sin necesitar de una canasta de Perasovic. Su entusiasmo comenzaba a desbocarse y su fe en la victoria ganaba enteros. A eso se le llama tener problemas.
Y los problemas no acabaron de resolverse por mucho que Perasovic no lograra reconciliarse con la canasta y, sin embargo, el Madrid tuviera que poner a pleno rendimiento a los Albertos. Herreros, sobre todo, dispuso de una serie contundente que dio la impresi¨®n de ser lo suficientemente letal (el Madrid se puso 65-61 a favor) como para darle la vuelta al partido. Pero Herreros se fue enfriando y el asunto hubo de llegar al cara o cruz. Bien es cierto que Perasovic lograba su primer triple para poner al Fuenlabrada en m¨ªnima ventaja (78-79) a falta de 30 segundos.
Era el cara o cruz, la circunstancia que no hab¨ªa previsto el Madrid para este partido. Era la coyuntura indeseable de tener que jug¨¢rselo todo en un par de acciones. En ese cara o cruz, Ferr¨¢n L¨®pez fall¨® laca nasta decisiva a dos metros del aro. Era el ¨²ltimo segundo, pero era un final al que no debi¨® llegar el Madrid. Est¨¢ claro, la Liga se le ha vuelto muy inc¨®moda.
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