Los asesinos actuaron en pleno uso de sus facultades mentales

Dylan Klebold y Eric Harris no hab¨ªan consumido alcohol ni drogas cuando se lanzaron a cometer la mayor carnicer¨ªa en un centro escolar de EE UU. Esta informaci¨®n, facilitada ayer por el forense que realiz¨® las autopsias, volvi¨® a estremecer al pa¨ªs. "La actitud de esos muchachos me asusta mucho m¨¢s al saber que estaban en plena posesi¨®n de sus facultades mentales, que no hab¨ªan ingerido ning¨²n producto t¨®xico", dijo Dave Thomas, el fiscal encargado de la investigaci¨®n de lo que ocurri¨® el pasado d¨ªa 20 en el instituto de Colorado.

Las autoridades de Littleton se preguntaban ayer si podr¨ªan haber hecho algo para impedir que Klebold y Harris acribillaran a 12 condisc¨ªpulos y un profesor y se suicidaran. El pasado a?o, los dos chicos, en uni¨®n de sus padres, comparecieron ante un juez, Jack DeVita, a ra¨ªz de su intento de robar una camioneta. El juez les dedic¨® cinco minutos a cada uno y les conden¨® a 45 horas de trabajo comunitario y disculparse ante el propietario. Cuando se produjeron estos hechos, los dos j¨®venes ya estaban planeando su matanza.

La novia compr¨® armas

La polic¨ªa inform¨® ayer de que Roby Anderson, novia de Klebold, compr¨® dos o tres de las armas usadas en la carnicer¨ªa. Anderson, de 18 a?os, adquiri¨® legalmente las armas (dos escopetas y un rifle) y la polic¨ªa no ha podido demostrar a¨²n que estuviera al corriente de los planes homicidas. El lunes, la joven fue interrogada y puesta en libertad, aunque podr¨ªa ser acusada de haberle pasado las armas a menores de edad. Eso no es delito en Colorado si se trata de pistolas o rev¨®lveres, pero s¨ª en el caso de las armas largas, como es el caso de varias de las utilizadas en el colegio de Denver por los ds estudiantes asesinos.

Las autoridades investigaban ayer una informaci¨®n facilitada por un vendedor de armas de Colorado Springs seg¨²n la cual Harris era uno de los cinco muchachos que le intentaron comprar una fusil ametrallador en un d¨ªa determinado del pasado mes de marzo.

El propietario de la tienda Dragon Arms asegura que cuatro chicos con gabardinas negras (uno de ellos Harris) y una muchacha quisieron comprarle un M-60 y una pistola con silenciador, pero ¨¦l los ech¨® del comercio.

El incidente fue grabado en todo momento por una c¨¢mara de v¨ªdeo de las que disponen algunos comercios de armas en Estados Unidos. MUchos otros, sin embargo, carecen de las m¨¢s m¨ªnimas medidas de seguridad.