ACNUR denuncia la matanza el martes de m¨¢s de 100 albanokosovares en edad militar
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El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) inform¨® ayer de lo que denomin¨® como una de las mayores matanzas conocidas ocurridas en Kosovo en las ¨²ltimas cinco semanas. Seg¨²n los testimonios recogidos por la ONU entre los 2.000 deportados que entraron ayer en Albania, las tropas serbias perpetraron una matanza en la ciudad de Jakova el martes. All¨ª fueron ejecutados de 100 a 200 hombres. El secuestro y asesinato de varones es, desde el inicio de esta fase de la limpieza ¨¦tnica, un m¨¦todo sistem¨¢tico de las fuerzas de seguridad serbias.
Morina, al norte de Albania, vuelve a ser un vomitorio de refugiados. En las ¨²ltimas horas, m¨¢s de 2.000 kosovares han cruzado este paso fronterizo. Proceden de Jakova (Jakovica en serbio) y traen historias espantosas del horror vivido. La polic¨ªa especial serbia ha seguido el patr¨®n de costumbre: expulsi¨®n sumaria, quema de casas y separaci¨®n del grupo de los varones en edad militar. A los hombres se les emplea como escudos humanos o se les obliga, como en el caso de Prizren y Zhuk, a cavar zanjas en las que despu¨¦s se colocan minas anticarro. La Alianza Atl¨¢ntica ha denunciado en varias ocasiones la existencia de lo que, desde el aire, parecen fosas comunes. Los testimonios terribles de los ¨²ltimos refugiados llegados a la frontera albanesa confirman este sistema brutal de trabajo y demuestran que aquellos hombres que, por edad, podr¨ªan integrarse en el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK) son asesinados.
Testimonios desgarradores
Mujeres, ni?os y ancianos, a pie o en tractor, arribaron en la ¨²ltimas horas a Morina con l¨¢grimas en los ojos. Nada saben de sus hombres arrancados del grupo a punta de pistola o de fusil. En el caso de Jakova han sido, adem¨¢s, testigos de la matanzas. Muchos hablan de decenas de cuerpos tirados en la calle. Denuncian que para ellos la vida en Jakova era ya insostenible: sus vecinos serbios les negaban la comida y los kosovares de religi¨®n cat¨®lica -los ¨²nicos que les socorr¨ªan- han sido sacados de la ciudad y trasladados a la fuerza a los pueblos cercanos. La ¨²nica opci¨®n era huir. Estos deportados llegan a Morina sin manipular. No han podido escuchar la radio ni leer la prensa. No se encuentran abrumados por las entrevistas. Son gente que carga con su propia historia. La credibilidad de sus relatos es, pues, alt¨ªsima. ACNUR sostiene que nuevas oleadas de refugiados se dirigen hacia Albania. En Kukes, donde se ha producido en los ¨²ltimos d¨ªas de relativa calma un intento bald¨ªo por vaciar plazas y campamentos y trasladar familias enteras al sur, la tensi¨®n es grande. Las organizaciones no gubernamentales afirman que la situaci¨®n es explosiva y que muchos de esos refugiados recluidos en tiendas de lona o en sus tractores se hallan al borde del amotinamiento.
El af¨¢n de ACNUR y de la OTAN de evitar que Kukes se transforme en un permanente campo de desplazados ha impedido generar a tiempo las infraestructuras m¨ªnimas necesarias para garantizar el reparto racional de los alimentos y la higiene de los deportados. Kukes es para la Alianza una de las puertas naturales de entrada en Kosovo, a trav¨¦s de la cual se producir¨ªa cualquier invasi¨®n terrestre. Esta zona de Albania, a unos cinco kil¨®metros en l¨ªnea recta de las posiciones serbias al otro lado de la frontera, se halla tambi¨¦n bajo el riesgo evidente de ser bombardeada.
Pero esta pol¨ªtica de limpieza ¨¦tnica que realiza el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, tiene sus extra?as excepciones. El pasado fin de semana, este corresponsal pudo comprobar en Morina que en la localidad de Vlashaj, cerca de Prizren, la polic¨ªa especial serbia cambi¨® el m¨¦todo habitual. All¨ª retuvo a las mujeres y ni?os y expuls¨® a los varones mayores de 16 a?os.
Zoltan Imecs, un observador de la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE), no comprend¨ªa bien esa nueva situaci¨®n. "La verdad es que no s¨¦ qu¨¦ puede significar que ahora favorezcan la huida de los hombres y retengan a las mujeres y ni?os; tal vez sea un modo de evitar que los varones se pasen a la guerrilla". Pero la hip¨®tesis de Imecs es d¨¦bil. Besim Marina, de 18 a?os, que cruz¨® Morina el viernes procedente de Rahovac, declar¨® nada m¨¢s llegar: "Lo primero que voy a hacer es alistarme en el ELK y luchar por el retorno a mi pa¨ªs".
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