Grandes maniobras

ALGO se mueve en el frente diplom¨¢tico tras m¨¢s de un mes de bombardeos aliados sobre la Serbia de Milosevic. Por el momento es s¨®lo un magma, pero los indicios son suficientes como para alentar la esperanza de que en la tragedia de Kosovo prevalezca a corto plazo el argumento de la raz¨®n sobre el exclusivo de la fuerza. Tambi¨¦n los atisbos de disidencia en la c¨²pula pol¨ªtica serbia -poco relevantes, por circunscribirse por ahora a un personaje tan dudoso como Vuk Draskovic y provenir de un universo tan opaco y enrarecido como el de Belgrado- a?aden alg¨²n peso a la teor¨ªa de una situaci¨®n progresivamente insostenible, no s¨®lo en lo militar, para Milosevic. Draskovic, enemigo ac¨¦rrimo hasta enero del presidente yugoslavo y a partir de entonces uno de los cinco viceprimeros ministros del Ejecutivo serbio, fue destituido ayer por apoyar la presencia de fuerzas de la ONU en Kosovo y acusar a la maquinaria gubernamental de mentir a los serbios sobre lo que est¨¢ ocurriendo. El proceso diplom¨¢tico en ciernes tiene dos elementos fundamentales. Uno, que su epicentro se sit¨²a en Mosc¨², la ¨²nica potencia con acceso directo a Milosevic, escenario de una procesi¨®n de dirigentes occidentales y adonde la OTAN est¨¢ haciendo converger todos sus esfuerzos para lograr una salida a la guerra balc¨¢nica. Rusia tiene mucho que ganar apareciendo como la bisagra de una soluci¨®n negociada. Desde respetabilidad y estatura pol¨ªtica internacional, de las que est¨¢ muy necesitada, hasta, y sobre todo, un trato favorable de Occidente que evite su colapso econ¨®mico. Ret¨®rica aparte, el Kremlin sabe que sus dificultades son internas, como sabe que su protegido Milosevic es un personaje del pasado. Por eso, y a pesar del precipicio entre las exigencias aliadas a Belgrado y las divagaciones puestas en circulaci¨®n por el dictador serbio a trav¨¦s de los intermediarios rusos, la Alianza Atl¨¢ntica ve a Mosc¨² como un socio crucial. En cuesti¨®n de horas han visitado la capital rusa el subsecretario de Estado Talbott y el ministro alem¨¢n de Defensa, y est¨¢ en ella Kofi Annan. El mediador para Kosovo del presidente ruso, Chernormirdin, viaja hoy a Bonn y a continuaci¨®n vuela de nuevo a Belgrado.

El segundo factor clave de este intenso flujo diplom¨¢tico es la estatura creciente que va cobrando el secretario general de la ONU. Annan nombr¨® ayer a uno de sus dos enviados especiales para Kosovo, el eslovaco Eduard Kukan, y es inminente la designaci¨®n del segundo. Naciones Unidas se insin¨²a as¨ª como el ¨®rgano articulador de una eventual soluci¨®n negociada. Washington sugiri¨® en la reciente cumbre del cincuentenario de la OTAN que ser¨ªa flexible sobre la composici¨®n y el mando de una fuerza internacional en Kosovo. Y que estar¨ªa dispuesto a buscar el consentimiento previo del Consejo de Seguridad, donde Rusia tiene poder de veto. La visita de Annan a Mosc¨² se inscribe en este proceso de ablandar al Kremlin y se?alar a sus dirigentes d¨®nde est¨¢ su lugar en esta crisis. Kosovo es una tragedia de dimensiones hist¨®ricas para Europa, am¨¦n de una situaci¨®n descompuesta por a?os de incapacidad pol¨ªtica. Ser¨ªa ilusorio, pues, esperar milagros o soluciones m¨¢gicas. Pero se est¨¢ abriendo una ventana a la esperanza.