La denuncia de tres v¨ªctimas permiti¨® las detenciones
La valiente confesi¨®n en noviembre pasado de tres rumanas que hab¨ªan sido ingresadas en el Centro de Internamiento de Extranjeros por carecer de papeles permiti¨® a la polic¨ªa iniciar las investigaciones que acabaron con la red. Las mujeres denunciaron la explotaci¨®n a la que estaban siendo sometidas supuestamente en el hotel Olimpo de la carretera de A Coru?a y en la Casa de Campo. Tras esta denuncia, los agentes inspeccionaron el hotel y comprobaron que en este establecimiento viv¨ªan veinte mujeres, por lo que procedieron a la detenci¨®n del encargado del establecimiento y del responsable del control de las j¨®venes.
Pese a ello, la polic¨ªa no dio por cerrada la investigaci¨®n porque sospechaba que detr¨¢s hab¨ªa una red europea m¨¢s poderosa para falsificar documentos, cruzar las fronteras y controlar a las mujeres. A mediados de abril, los investigadores ya conoc¨ªan la presunta implicaci¨®n de algunos de los detenidos.
Las pesquisas se confirmaron cuando a mediados de la pasada semana localizaron a otras 20 ciudadanas rumanas en la Casa de Campo. El testimonio de una de ellas, declarada testigo protegido, fue esencial para la investigaci¨®n, ya que confirm¨® que incluso hab¨ªa sido violada por tres de los cabecillas de la red.
La mayor¨ªa de las 40 mujeres rumanas liberadas regresar¨¢n muy pronto a su pa¨ªs tras pasar por el centro de Internamiento de Extranjeros de Moratalaz. Tres de las v¨ªctimas permanecen refugiadas en los centros tutelados para mujeres de la Comunidad de Madrid.
Ayuda
Desde los colectivos humanitarios que trabajan en contacto directo con las prostitutas se se?al¨® ayer que la principal dificultad para denunciar las redes mafiosas radica en la falta de medidas para protegerlas. ?D¨®nde van? ?Qu¨¦ hacen esas mujeres una vez que se deciden a denunciar a sus proxenetas?, se preguntaban ayer tarde en la sede de uno de esos colectivos. "Para que la mujer que se decide a denunciar se quede tranquila deber¨ªa haber pisos para situaciones de extrema emergencia. Una red de casas que permita responder de manera inmediata a esa necesidad de alojamiento que tienen las mujeres que temen por su vida", a?adieron. Pero esa opci¨®n es muy dificil de poner en marcha mientras la financiaci¨®n de esos colectivos dependa de subvenciones que se renuevan anualmente. Por ello, los colectivos reivindican que, al igual que ocurre en otros pa¨ªses europeos, se establezcan convenios plurianuales que permitan desarrollar programas a medio y largo plazo.
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