La hora de la recompensa
Aznar paga a su ex consejero los muchos menosprecios que hubo de soportar por parte de su propio partido
Jes¨²s Posada, el nuevo ministro de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n, ocup¨® la Presidencia de la Junta de Castilla y Le¨®n desde el 15 de septiembre de 1989 hasta el 4 de junio de 1991 tras tomar el relevo de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Pero lo que, en principio, pareci¨® ser un premio a su sacrificio tras el acuerdo de Aznar con el Centro Democr¨¢tico y Social (CDS), se convirti¨®, sin embargo, en una carrera de menosprecios e ignorancias hacia este soriano nacido en 1945, de talante dialogante y buen sentido del humor, que rebosa de pasi¨®n por el golf y posee "un buen h¨¢ndicap y una mejor cintura", seg¨²n sus compa?eros de juego.Una de las peores etapas de Aznar al frente de la Presidencia castellano-leonesa se centr¨® en los meses anteriores al pacto de la antigua Alianza Popular (AP) con el CDS por el que los centristas consolidaban el Ejecutivo regional, aprobaban los presupuestos de la comunidad, se apartaban de sus intenciones de presentar una moci¨®n de censura y colocaban a Jos¨¦ Luis Sagredo y Jos¨¦ Mar¨ªa Monforte en las consejer¨ªas de Medio Ambiente y Fomento.
Posada, un pol¨ªtico formado en las filas de la Uni¨®n del Centro Democr¨¢tico (UCD), ingeniero de Caminos, ex gobernador civil de Huelva y ex director general de Transportes con el Gobierno de la UCD, hubo de ceder precisamente la titularidad en el ¨²ltimo de los departamentos mencionados en funci¨®n de dicho acuerdo.
Cuatro meses m¨¢s tarde de su cese como consejero, Posada fue recompensado por su sacrificio. Llamado Aznar a encabezar la candidatura de los populares en las elecciones generales, Posada asumi¨® la direcci¨®n de la Junta con un programa de gobierno heredado de Aznar y que, seg¨²n la oposici¨®n, ten¨ªa m¨¢s de propagand¨ªstico que de efectivo y real para las necesidades de Castilla y Le¨®n: Plan Joven de Empleo, anulado recientemente por una sentencia del Tribunal Supremo, o fuertes inversiones en la miner¨ªa privada que terminar¨ªan desencadenando el esc¨¢ndalo del mismo nombre, y todo ello mezclado con fuertes cr¨ªticas a las actuaciones del Ejecutivo central, presidido por el socialista Felipe Gonz¨¢lez, en todo lo relativo a la pol¨ªtica auton¨®mica.
Desde septiembre de 1989 hasta el final de la legislatura regional, Posada ejerci¨® una presidencia sin altibajos a pesar de tenerse que enfrentar a un menosprecio que en muchos casos incluso le lleg¨® desde su propio partido en Madrid.
Aznar ten¨ªa que pagar las buenas ma?as de Juan Jos¨¦ Lucas, que en enero de 1989 fue nombrado secretario de Organizaci¨®n de la renovada Alianza Popular tras hacerse cargo nuevamente Manuel Fraga de la direcci¨®n de la formaci¨®n conservadora. El submarino Lucas fue, sin duda, uno de los mu?idores de la candidatura de Aznar a la Presidencia del Gobierno y a la direcci¨®n nacional de los populares.
Tras permanecer Posada dos a?os al frente de Castilla y Le¨®n, Aznar pag¨® los favores debidos a Lucas y le nomin¨® candidato a la Presidencia del Ejecutivo castellano-leon¨¦s sin importarle las ampollas que pudiera levantar en el reconvertido PP regional.
Hasta el primer nombramiento de Lucas las aguas, en efecto, no bajaron muy claras por los cauces populares. Posada lo hab¨ªa hecho bien: un bon vivant eficaz y dialogante que asent¨® el pacto de gobierno, colabor¨® con los sindicatos y se rode¨® incluso de m¨¢s simpat¨ªas que Aznar en su momento. Pero Aznar ya ten¨ªa su candidato y Posada, por muy efectivo que hubiera sido, no entraba en su quiniela.
Entre medias, el ahora sustituto de Loyola de Palacio en el Ministerio de Agricultura, se manifest¨® como un pol¨ªtico respond¨®n que incluso lleg¨® a pedir una votaci¨®n secreta en el Comit¨¦ Electoral Regional al estar seguro de los apoyos con que contaba para su nominaci¨®n. Sin embargo, fue desestimada desde las altas instancias y, finalmente, la mano alzada de los integrantes del comit¨¦ llevaron a Lucas a encabezar la candidatura oficial.
Posada fue el gran perdedor de una batalla que libr¨® sabiendo ¨¦l mismo que estaba perdida y que incluso se librar¨ªa con malas artes.
Demostrando una gran capacidad de encaje y cintura, como en el golf, soport¨® golpes bajos desde la sede de la madrile?a calle de G¨¦nova, como la convocatoria de una convenci¨®n de cargos p¨²blicos mientras ¨¦l se encontraba ausente, realizando un viaje institucional, o la anulaci¨®n de unas encuestas encargadas por su partido que pon¨ªan de manifiesto que ¨¦l era mucho m¨¢s conocido y mejor valorado que su paisano Lucas.
As¨ª, pues, Aznar, con el actual nombramiento de Posada, cumple una parte de la promesa que le realiz¨® en un mitin electoral: la de hacerle ministro.
La otra est¨¢ todav¨ªa pendiente de ser cumplida, puesto que el apellido del departamento al que pensaba destinarle se relacionaba con las infraestructuras. De los campos, afirmaba ayer una voz critica del propio PP castellano-leon¨¦s, "Posada tan s¨®lo conoce el n¨²mero de hoyos que tienen para jugar al golf". Desde la oposici¨®n socialista fue el presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, quien m¨¢s critic¨® el nombramiento de Posada, que, en su opini¨®n, ofende a las personas que viven y trabajan en regiones agr¨ªcolas. Adem¨¢s, a?adi¨®, "va a heredar la nefasta gesti¨®n de su predecesora en el cargo". Seg¨²n Ibarra, Aznar ha puesto a Posada al frente de Agricultura porque "cree que los agricultores son analfabetos y no saben". "Por eso", agreg¨®, "se ha permitido pagar un favor a un amiguete".
Por contra, las organizaciones ASAJA y UPA de Soria destacaron ayer el "esp¨ªritu flexible y tolerante" de Posada y le animaron a continuar negociando en Bruselas los flecos de la reforma de la pol¨ªtica agraria com¨²n.
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