Hamelin se pasea por el Barri G¨°tic

Dos mujeres francesas de mediana edad pasean en bicicleta por los callejones del Barri G¨°tic. De pronto, un armonioso sonido procedente de una plaza cercana llama su atenci¨®n. Descienden de sus veh¨ªculos y, empuj¨¢ndolos con la mano, van en busca de la fuente sonora que, como un Hamelin moderno, las atrae poderosamente. Su sorpresa aumenta cuando, en la plaza de la Reial Acad¨¨mia de les Bones Lletres, se topan con un concierto con todas las de la ley, al aire libre y entrada gratuita, impartido por m¨²sicos de etiqueta que interpretan a Beethoven con sentimiento y profesionalidad. Con numerosas variaciones, la escena se repiti¨® ayer a lo largo de todo el d¨ªa gracias a la cuarta edici¨®n del Fringe, feria de m¨²sicos j¨®venes que se desarrolla tambi¨¦n durante todo el d¨ªa de hoy y sirve de antesala al 22? Festival de M¨²sica Antigua de Barcelona, organizado por la Fundaci¨®n La Caixa. El Fringe es un escaparate para la promoci¨®n de j¨®venes int¨¦rpretes en el que participan este a?o ocho grupos, ninguno de ellos espa?ol, seleccionados por los organizadores entre los 35 que se presentaron a la convocatoria. La iniciativa abarca un total de 24 conciertos (repartidos en tres sesiones diarias, a las 12.00, las 18.00 y las 19.00 en los escenarios improvisados del patio del Palacio Episcopal, la plaza de Sant Felip Neri, el patio de la Reial Acad¨¨mia de les Bones Lletres y la plazuela de Manuel Rib¨¦) que pueden ser importantes para la trayectoria de los int¨¦rpretes, puesto que son presenciados por programadores musicales. Pero m¨¢s all¨¢ del significado profesional, los conciertos tienen una innegable proyecci¨®n social y son acogidos con gratitud por numerosos mel¨®manos y transe¨²ntes despistados. En la plaza de Sant Felip Neri, las tres componentes del grupo alem¨¢n Ensemble l"Enjouement esperan a que las campanas de la catedral terminen de celebrar la llegada del mediod¨ªa del s¨¢bado para desgranar los primeros compases de una pieza de Jean-Philippe Rameau. La plaza, receptora habitual de turistas y motivo continuo de fotograf¨ªas para el recuerdo, empieza a recibir un goteo de paseantes. Pero el tiempo medio de visita crece considerablemente respecto a otros d¨ªas: sentados en las sillas de verbena dispuestas por la organizaci¨®n o recostados en la fuente de piedra de la plaza, todos se toman su tiempo para disfrutar de la m¨²sica. "Estas chicas son maravillosas", le susurra un hombre a la mujer que le acompa?a, entrados los dos en a?os. Ambos integran el grupo de los que ten¨ªan de antemano noticia del concierto y lo siguen de principio a fin, sin levantarse de sus asientos. Otros, deseosos de no perderse la oportunidad de descubrir alguna peque?a joya -en cada sesi¨®n se celebran simult¨¢neamente cuatro conciertos- van itinerando por los distintos escenarios en los que act¨²an los grupos. Para algunos turistas, la imagen de la plaza quedar¨¢ asociada para siempre al conjunto musical, que inmortalizan con sus c¨¢maras. Aunque para algunos aficionados se est¨¢ convirtiendo en una cita anual que tener en cuenta, el Fringe supone todav¨ªa una grata sorpresa para muchas de las personas que disfrutan de sus conciertos. "Yo no ten¨ªa ni idea de que se hicieran cosas de este estilo. Y deber¨ªan repetirse m¨¢s a menudo", asegura una trajeada se?ora que ha seguido con un pie suspendido en el aire el ritmo de los distintos temas interpretados por el Ensemble Anim¨¦ en la plazuela de Manel Rib¨¦. La afluencia de espectadores, informados o espont¨¢neos, y la calidez de los aplausos de todos ellos al final de las actuaciones, avalan el acierto de la convocatoria.