Toreros seg¨²n y c¨®mo
La mayor¨ªa de los novilleros -se incluye la terna de esta pl¨²mbea funci¨®n- quieren ser toreros buenos, con fama y cortijo, pero seg¨²n y c¨®mo; es decir, no a toda costa. Toreros, s¨ª, para ir a los tentaderos, pasar amenos d¨ªas de campo, estrenar ternos, firmar aut¨®grafos, saludar a la afici¨®n y pegar derechazos, si Dios quiere. S¨®lo si Dios quiere.Eso de que el toro embista codicioso y jugarse el tipo para dominarlo es distinta cuesti¨®n. Eso de torear seg¨²n mandan los c¨¢nones, no va con ellos: no se lo han ense?ado.
Si a todo torero que empieza le explicaran qu¨¦ es torear como mandan los c¨¢nones, casi ninguno querr¨ªa ser torero.
?Situarse a la distancia adecuada dej¨¢ndose ver, cruzadito, ofreciendo el medio pecho, cargando la suerte cuando el toro llega a jurisdicci¨®n, embarcarlo en semic¨ªrculo, rematar detr¨¢s de la cadera sin pegar caderazos, ligar el siguiente pase ganando terreno para quedar de nuevo cruzado y repetir la operaci¨®n dice usted? ?Amos anda!
V¨¢zquez/ Montes, Soler, Julia
Novillos de Alejandro V¨¢zquez, de discreta presencia, inv¨¢lidos, mansos aunque manejables y la mayor¨ªa aborregados; 2? de encastada nobleza.Jos¨¦ Montes: pinchazo y bajonazo muy trasero (silencio); dos pinchazos, estocada corta -aviso- y dobla el novillo (silencio). Jos¨¦ Mar¨ªa Soler: estocada (algunos pitos); estocada trasera (silencio). Rafael de Julia: bajonazo, rueda de peones -aviso- y dos descabellos (silencio); pinchazo, otro hondo, rueda de peones, dos pinchazos -aviso- y estocada trasera (silencio). Plaza de Las Ventas, 1 de mayo. 3? corrida de feria. Lleno.
Los que empiezan se miran en el espejo de las figuras, que hacen cuanto qued¨® dicho s¨®lo que al rev¨¦s, y cobran un dineral por eso. Pero hay aqu¨ª un error de base; les falta un detalle crucial digno de tener en cuenta. Las figuras (casi todas) destacaron durante la etapa novilleril y se ganaron un cartel en los primeros a?os de matadores de toros toreando justo al rev¨¦s de como lo hacen ahora; es decir, seg¨²n mandan los c¨¢nones. Y cuando ya ten¨ªan un hueco en el Parnaso, y mandaban en el negocio, y no hab¨ªa quien les tosiera, se pusieron a torear al rev¨¦s porque ese toreo contrario resulta m¨¢s c¨®modo.
El listado de los que siguieron estos derroteros es interminable y quiz¨¢ baste citar algunos casos. Si nos vamos a lo antiguo, Antonio Ord¨®?ez, que en sus primeros a?os asombr¨® a los aficionados y despu¨¦s se convirti¨® en el paradigma del unipase. Si a lo moderno, Joselito, que tuvo una formaci¨®n t¨¢urica enciclop¨¦dica e iba para maestro, o Enrique Ponce, art¨ªfice del toreo depurado y hondo, y tan pronto alcanzaron la fama se transformaron en unos ventajistas pegapases.
El corte propio de los toreros buenos se le advirti¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Soler en unas ver¨®nicas embraguetadas, todas ellas y la media de excelente factura. Y en el principio de su primera faena, iniciada por bajo con torer¨ªa, seguida de una serie de redondos ligados sin trampa ni cart¨®n. Y, ante la general sorpresa, a partir de la siguiente -y ya para toda la tarde- se puso a ratonear, a meter el dichoso pico, a cortar las tandas, a correr y citar fuera de cacho. Que toreara as¨ª a su novillo primero fue imperdonable pues se trataba de un animal de encastada nobleza; que lo repitiera con el siguiente tampoco ten¨ªa justificaci¨®n pues result¨® ser un inv¨¢lido de borrega condici¨®n.
La aborregada invalidez constituy¨® la caracter¨ªstica de la novillada, seg¨²n costumbre. Debe de haber en los corrales un virus maligno (acaso un golfo) para que salgan as¨ª todos los toros, pr¨¢cticamente sin excepci¨®n. De manera que sal¨ªan, en efecto, y se ca¨ªan de bruces o se pegaban estrepitosas costaladas. Llegado el ¨²ltimo tercio, quiz¨¢ ya aliviado el s¨ªndrome, se ca¨ªan menos y los diestros les pegaban los derechazos. Se los pegaban de aquella manera. Jos¨¦ Montes, que tuvo el lote menos lucido -tambi¨¦n el m¨¢s aborregado- procuraba darlos con el medio-pecho por delante, cargando la suerte, aunque luego la ligaz¨®n no le sal¨ªa. Rafael de Julia, que instrument¨® un buen quite por chicuelinas, otro por ver¨®nicas, mostr¨® detalles de gusto, alguna trincherilla inspirada en los cl¨¢sicos, si bien no ligaba los pases ni parec¨ªa pretenderlo.
La terna al completo se march¨® bajo un sepulcral silencio, indicativo de la m¨¢s absoluta indiferencia. Se marcharon los tres con cara de incomprendidos. ?Acaso pretend¨ªa la afici¨®n que hicieran el toreo de parar, templar y mandar y que se jugaran el tipo? ?Amos anda!
La corrida de hoy, 4? de feria (fuera de abono): tres toros de Los Bayones y tres de Puerto de San Lorenzo para Espartaco, Manuel Caballero y Eugenio de Mora. Y otro para el rejoneador Lorenzo Hern¨¢ndez. A las 18 horas.
Babelia
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