"Arrantzales" africanos en Hondarribia El "Santa Gema Quinto" descansa en Guip¨²zcoa antes de partir a Dakar a faenar nueve meses.
La flota de bajura regresa a mediod¨ªa al muelle hondarribitarra para descargar anchoa. No todos han tenido la misma suerte. Algunos regresan de kale, como se denomina en el argot a quienes vuelven de vac¨ªo. A escasos metros, descansa un atunero, de unos 30 metros de eslora, ajeno a tal actividad. Es el Santa Gema Quinto. Por la cubierta asoman los rostros de Mamadou, Babacar y Anfrang. Ellos tambi¨¦n son ajenos al ajetreo de sus compa?eros de profesi¨®n. Los que descargan anchoa son de Hondarribia, una localidad en la que nunca han faltado pescadores. La reducida tripulaci¨®n del Santa Gema viene de Senegal. Los hondarribitarras no est¨¢n por la labor de embarcarse en un trabajo que les alejar¨ªa durante m¨¢s de nueve meses de sus casas. ??igo Guere?u es uno de los quince tripulantes del Gure cita. El a?o que viene, este barco partir¨¢ hacia Venezuela para permanecer all¨ª todo el a?o. "?Que si me embarcar¨ªa? Ni loco. Ya me buscar¨¦ otro barco aqu¨ª", responde. Los ¨²nicos lugare?os que partir¨¢n hacia Am¨¦rica ser¨¢n el patr¨®n y el oficial de m¨¢quinas. Es una coyuntura que beneficia a ambos: al armador, que contrata una mano de obra m¨¢s barata; y a la tripulaci¨®n, que cobra m¨¢s que en su pa¨ªs. Ese es el caso de estos tres senegaleses de Dakar, que un buen d¨ªa se enrolaron en este barco, que se dedica a la pesca del cimarr¨®n (un tipo de at¨²n) en las costas de Senegal y Mauritania, y desde el 9 de marzo est¨¢ en Hondarribia para ser reparado. Salieron el 20 de febrero de aquellas tierras. Mamadou Diong es el m¨¢s veterano de los tres beltzas, como les llaman cari?osamente los hondarribitarras. Este senegal¨¦s de 41 a?os, casado y con tres hijos, lleva seis trabajando en el Santa Gema Quinto, un barco en el que los ¨²nicos espa?oles son sus dos patrones y un par de maquinistas. El resto, hasta un total de 13, conforma una tripulaci¨®n formada por senegaleses. "Subo todos los a?os y siempre lo mismo: lluvia y m¨¢s lluvia", comenta en una mezcla de espa?ol, franc¨¦s, y su dialecto, el olof. Su vida durante estos meses es mucho m¨¢s tranquila que en su tierra. Lo dice Jos¨¦, el jefe de m¨¢quinas: un extreme?o afincado en Bermeo, que se pasa 10 meses al a?o fuera de casa. Aunque est¨¢n muy lejos de su tierra no muestran morri?a alguna. "S¨®lo me falta tener novia aqu¨ª", se?ala Mamadou, que bromea sobre el n¨²mero de mujeres que tiene. Todos tienen familia e hijos y parecen m¨¢s j¨®venes de lo que son. Babacar Diagne, de 31 a?os, es padre de tres hijos. Y el que menos habla de los tres, Anfrang Faije, de 30, tiene una hija. Los tres est¨¢n contentos porque "aqu¨ª, Pa¨ªs Vasco, no problema", dicen. Y, sobre todo, porque "cobramos mucho mejor". Mientras matan estos tres meses reparando el atunero siguen cobrando, a diferencia del resto de la tripulaci¨®n. El atunero Santa Gema Quinto, botado en abril de 1990 para faenar en el Cant¨¢brico (lo hizo hasta 1992), volver¨¢ a poner rumbo a mares africanos el pr¨®ximo 17 de mayo.
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