Tres mil personas protestan en Denver contra la reuni¨®n de la Asociaci¨®n del Rifle
Los partidarios del derecho a llevar armas reunieron a 2.500 socios en su convenci¨®n anual
Dos Am¨¦ricas totalmente opuestas se vieron ayer las caras en Denver, y saltaron las chispas. Esta ciudad sigue de luto y con las emociones a flor de piel 11 d¨ªas despu¨¦s de la masacre del instituto Columbine, pero ayer la Asociaci¨®n Nacional del Rifle (NRA) cumpli¨® su promesa de celebrar su reuni¨®n anual en un hotel del centro. Al mismo tiempo, unas tres mil personas protestaban en la calle por la presencia de ese lobby, que defiende el derecho constitucional de usar armas de fuego. Su presidente, Charlton Heston, llevaba ayer un lazo plateado en la solapa, en honor a las v¨ªctimas de Columbine.
Heston quiso calmar las aguas diciendo al inicio de la reuni¨®n: "Ante todo, somos americanos".Pero los que se oponen a la NRA creen que sus buenas intenciones son una campa?a de imagen transitoria. Brian Morton, del grupo Handgun Control, declar¨®: "La NRA quiere quedar bien con el p¨²blico, pero en cuanto pase todo esto, volver¨¢n a hacer ruido y presi¨®n para introducir sus leyes". Despu¨¦s de la matanza de Columbine, el pasado 20 de abril, la NRA dijo que no har¨ªa una convenci¨®n por todo lo alto, tal como estaba programado. No hubo por tanto exposici¨®n ni mercado de armas, ni tampoco fiestas, pero s¨ª una reuni¨®n de unos 2.500 miembros que en teor¨ªa era s¨®lo para reelegir a su junta directiva. Su tono acab¨® estando muy marcado por los recientes acontecimientos.
Charlton Heston pidi¨® disculpas por el reducido alcance de la cita, y recrimin¨® al alcalde de Denver, Wellington Webb, por su campa?a en contra de la NRA. "El alcalde me dijo que no vini¨¦ramos", se?al¨® el protagonista de Los diez mandamientos y El planeta de los simios. "Pero yo he sido voluntario de guerra, he hecho un par de recados para este pa¨ªs en Vietnam, y le digo al alcalde que somos libres para viajar por este pa¨ªs. ?Que no vengamos? ?Ya estamos aqu¨ª!" Heston advirti¨® luego a los miembros de la NRA que los medios de comunicaci¨®n iban a estar especialmente alerta a ver si comet¨ªan una equivocaci¨®n, para ponerles en rid¨ªculo. Por eso reclam¨® mesura. "La naci¨®n nos est¨¢ observando", dijo. En este sentido, en el bando contrario estaba ocurriendo algo parecido, cuando el rabino de Denver Steven Foster pidi¨® a los manifestantes que condujeran su protesta con "solemnidad y dignidad". "No quer¨¢is echar la culpa a la NRA", dijo Foster, "ellos tampoco tienen la culpa de lo que pas¨® en Columbine".
A¨²n as¨ª, pocas veces se puede contemplar de una manera tan rotunda el abismo entre dos clases de estadounidenses. Los miembros de la NRA suelen llevar sombreros vaqueros o gorras con marcas de maquinaria agr¨ªcola. Lucen trajes beige con botas vaqueras y bigotones al estilo de Jos¨¦ Mar¨ªa ??igo, y a¨²llan y abuchean cada vez que escuchan el nombre de Bill Clinton. En cuanto a los manifestantes, reflejaban la reputaci¨®n liberal de Denver: sobre todo dem¨®cratas ilustrados y ecologistas, iban con sus hijos y sus amigos, vestidos con chubasqueros y ropa de monta?ismo, con dientes impecables y la piel tostada en las Monta?as Rocosas.
Ted Pascoe, uno de los organizadores, explicaba que la gente se hab¨ªa unido como nunca: "Queremos decir a la NRA que no son bienvenidos aqu¨ª. Que se vayan. Es una organizaci¨®n que explota los miedos de la gente y viene a inflamar la situaci¨®n". Seg¨²n Pascoe, en Canad¨¢, Gran Breta?a y Nueva Zelanda, donde hay miembros de la NRA, tambi¨¦n hubo ayer protestas parecidas.
"He venido aqu¨ª porque en Colorado se quiere aprobar una ley que permite llevar por la calle armas escondidas bajo la chaqueta, y porque quieren levantar todos los l¨ªmites locales a la compra de armas", dec¨ªa Steve, uno de los manifestantes. Seg¨²n Jacqueline Ehwaa, madre de una ni?a que muri¨® en un asesinato hace poco, "EEUU no es ahora la misma sociedad que hace cien a?os, cuando s¨ª era necesario el uso de armas para defenderse".
Llevar armas es un derecho contemplado en la segunda enmienda de la Constituci¨®n de los Estados Unidos. La NRA es un grupo de presi¨®n cuya misi¨®n es defender ese derecho. Al fundarse en 1871, la NRA desempe?aba una funci¨®n m¨¢s educativa, pero en los a?os 70 de este siglo se transform¨® en lobby (grupo de presi¨®n), tal vez el m¨¢s pol¨¦mico de EEUU en su actividad ante el Congreso y las instancias estatales. El legislativo de EEUU, en su mayor¨ªa republicano, est¨¢ mucho m¨¢s cerca ahora de la postura de la NRA que la administraci¨®n de Bill Clinton, un presidente odiado por la organizaci¨®n.
La NRA asegura que tiene 2,8 millones de miembros. B¨¢sicamente defienden que el uso de armas s¨®lo debe estar vetado a criminales convictos y enfermos mentales. "Hemos venido a Denver para cumplir nuestros estatutos", explica una portavoz. "Somos una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro y por eso estamos obligados por ley a celebrar una reuni¨®n anual de miembros".
Dos fornidos pero desconfiados miembros de la NRA, en la cola para entrar al auditorio, se niegan a hacer declaraciones a la prensa y delegan en su amiga Marliss, que s¨ª quiere hablar. "Las armas no matan a la gente, es la gente la que mata a la gente", afirma Marliss. "Es el precio de la democracia. Ninguna ley podr¨ªa haber prevenido la tragedia de Columbine".
Dentro del auditorio, Heston dijo durante su discurso que los miembros de la NRA son tan americanos como el que m¨¢s. "Est¨¢n en la industria, en la prensa, en la polic¨ªa y entre los bomberos que ayudaron a los ni?os de Columbine. Y tambi¨¦n algunos est¨¢n volando sobre Kosovo ahora mismo".
Mientras tanto en la manifestaci¨®n hab¨ªa pancartas como la siguiente: "Charlton Heston: mal actor, mala peluca, malas ideas, mal momento". Otro llevaba una cartulina con el lema: "Los usuarios de armas tienen una frustraci¨®n f¨¢lica".
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