Duros contra la violencia
Un grupo de rockeros juegan un partido de f¨²tbol para protestar contra las agresiones
Saltaron del escenario al c¨¦sped. Cambiaron el micr¨®fono, la guitarra el¨¦ctrica, la bater¨ªa y el rock duro por una tarde de f¨²tbol. Jugar, divertirse y protestar. ?sa era la consigna de un numeroso grupo de rockeros espa?oles que se dio cita ayer en el estadio de La Peineta para manifestarse en contra de las agresiones en la vida diaria y en el deporte (como la muerte del seguidor de la Real Sociedad, Aitor Zabaleta). "Cuando muri¨® Aitor, pensamos hacer este partido para protestar. Y no s¨®lo por eso, sino tambi¨¦n por la guerra en Yugoslavia y por los malos tratos a mujeres", explic¨® Kosta, del grupo Boikot."Hubiera sido muy f¨¢cil hacer un concierto, pero decidimos que era mejor jugar este partido para demostrar a los grup¨²sculos fascistas que se esconden en el f¨²tbol que no compartimos su violencia", se?al¨® Fernando, voz de Reincidentes. La tarde dio para todo. Para lamentarse de incontables ocasiones de gol que se perdieron al borde del arco, de cabezazos que no se dirig¨ªan a ninguna parte y de pases errados que ¨²nicamente reflejaban la baja forma f¨ªsica de los jugadores. No hubo esquemas t¨¢cticos ni entrenamiento previo. S¨®lo un pu?ado de hombres que saltaron al terreno de juego intentando perseguir el bal¨®n y anotar alg¨²n gol. Pero en el intento fallaron m¨¢s de una vez.
A muchos de ellos el trago se les hizo demasiado amargo, por eso prefirieron pedir relevo una y otra vez cuando faltaba el aire. "Yo mejor sigo de cantante; esto no es para m¨ª", dec¨ªa un integrante del grupo Hamlet. Otros ca¨ªan rendidos en el c¨¦sped y, entre bromas, ped¨ªan ox¨ªgeno para no sucumbir. "Y pensar que parece otra cosa cuando uno ve los partidos desde fuera", se lamentaba un guitarrista. Pero, m¨¢s que jugar, la intenci¨®n era "pasarlo bien". Volver a ver a viejos amigos, reencontrarse con el p¨²blico y tambi¨¦n con el deporte. "La ¨²ltima vez que jugu¨¦ de portero ten¨ªa 12 a?os", cont¨® el cantante del grupo Reincidentes.
Esta vez, los chavales que presenciaron el partido no bailaron y gritaron al comp¨¢s de las notas del hard-core, heavy-metal, funk, y hip-hop de sus ¨ªdolos. M¨¢s bien se dejaron llevar por un espect¨¢culo de piernas delgadas, largas cabelleras y pintas alternativas que ofrecieron los rockeros.
S¨®lo hubo risas y aplausos. Y buenas intenciones. Porque, en materia de f¨²tbol, los grupos que participaron asumieron con resignaci¨®n su mal juego: "Yo s¨¦ que no juego bien. Entr¨¦ al campo y ni siquiera sab¨ªa en qu¨¦ posici¨®n me tocaba. Lo ¨²nico que hac¨ªa era correr detr¨¢s del bal¨®n", cont¨® Eugenio, guitarrista del grupo Clandestinos. "Es que hemos venido s¨®lo por cumplir, porque era un buen motivo", agreg¨®.
Para el recuerdo quedar¨¢ un 4-2 a favor de los jugadores que vest¨ªan camiseta negra. Aunque los de blanco no aceptaron del todo la derrota: "Les dejamos ganar", dijo, sonriente, un bater¨ªa.
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