Maragall afirma que el "oficialismo gobernante" ha rezagado a Catalu?a respecto a Madrid

Madrid-Regi¨®n le ha tomado seis a?os de ventaja a Catalu?a-Barcelona. Este es el diagn¨®stico de Pasqual Maragall sobre la competencia entre las dos comunidades, consideradas como grandes sistemas urbanos. La causa de que Barcelona haya quedado atr¨¢s es, seg¨²n el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, la ausencia de un proyecto global, el agotamiento del "oficialismo gobernante" desde hace 20 a?os. Maragall escogi¨® Lisboa para afirmar que, como los Juegos Ol¨ªmpicos para Barcelona y la Expo para la capital portuguesa, Catalu?a necesita ahora un gran proyecto que galvanice sus energ¨ªas. "Vamos a intentarlo", dijo.

Maragall se entrevist¨® ayer por la ma?ana en el palacio de Bel¨¦m con el presidente de la Rep¨²blica portuguesa, Jorge Sampaio. Un antiguo amigo de cuando ambos eran alcaldes. Luego visit¨® la zona de la Expo lisboeta, que se reconvierte al ritmo previsto en un nuevo centro urbano siguiendo el modelo que Maragall defini¨® como Lisboa / Barcelona. A mediod¨ªa almorz¨® con medio centenar de ejecutivos y empresarios espa?oles en Lisboa. Estimulado por esta visita, se explay¨® sobre la necesidad de un cambio pol¨ªtico en Catalu?a. La situaci¨®n que vive Catalu?a no es mala, seg¨²n el candidato a suceder a Jordi Pujol; pero en los ¨²ltimos a?os pierde oportunidades, una tras otra, sobre todo industriales y econ¨®micas. La ¨²ltima, la privatizaci¨®n de Iberia. Para convertir Barcelona en una gran ¨¢rea log¨ªstica a escala mediterr¨¢nea le hubiera ido muy bien, asegur¨®, que empresas catalanas participaran en el capital de la principal compa?¨ªa a¨¦rea espa?ola. Nadie ha apostado por esa baza y en su opini¨®n, entre otras razones, porque el Gobierno de Pujol carece ya de ideas y no ejerce la funci¨®n de "acompa?amiento" de grandes proyectos que movilicen a la sociedad. Como pura met¨¢fora, Maragall dijo que ahora a Catalu?a le hace falta algo como unos Juegos Ol¨ªmpicos. A Catalu?a y a Barcelona les fue bien el periodo de los Juegos, record¨®, pero luego se ha dejado dormir el gran proyecto que deb¨ªa ser su continuaci¨®n. De los 400.000 millones de pesetas previstos para el plan del delta del Llobregat se ha invertido apenas la mitad. Entretanto, Madrid "ha reaccionado bien" porque comprendi¨® que deb¨ªa competir con Barcelona y porque dispon¨ªa de un "gobierno joven" que en vez de dedicarse a discursear ha actuado. Con el resultado de que ha consolidado a la regi¨®n como gran capital econ¨®mica y la ha adecuado en este periodo a las necesidades del siglo XXI. Un metro que dobla al del ¨¢rea de Barcelona, el gran recinto del Parque de las Naciones y una feria que compite con ventaja con la de Barcelona. Va a hacer falta toda la imaginaci¨®n de los catalanes para hacer frente a este reto, afirm¨® Maragall. Mostr¨® su confianza en que las elecciones auton¨®micas de oto?o sean la ocasi¨®n para el "salto adelante" que ¨¦l preconiza. Para eso ser¨¢ necesario que se resuelva esa contradicci¨®n entre la idea, tan extendida, admiti¨®, de que Catalu?a no va mal, de que su Administraci¨®n no es funesta, aunque sea mala, por un parte, mientras que, por otra, tanta gente, la misma, se da cuenta de lo que define como "agotamiento de las formas oficiales". Es decir, de 20 a?os del mismo gobierno. La renovaci¨®n que Pujol est¨¢ intentando merece para Maragall el calificativo de "gesticulante", por mucho que se acompa?e de estudios realizados por profesores universitarios, como el que utiliza como apoyatura de su nueva reformulaci¨®n nacionalista, presentada d¨ªas atr¨¢s. Lo que no hay en Pujol, critic¨® Maragall, es "un proyecto ambicioso para seducir a la gente", como el que existi¨® en los a?os ochenta cuando, autocit¨¢ndose, proclam¨®: "Lo bueno para Barcelona es bueno para Catalu?a y lo bueno para Catalu?a es bueno para Espa?a".