Un gesto oportuno
M?S DE trescientas personas que abandonaron Espa?a por su supuesta relaci¨®n con la banda terrorista ETA podr¨¢n volver y normalizar su situaci¨®n legal. La decisi¨®n, anunciada el viernes, ata?e principalmente a simpatizantes sin delitos de sangre, individuos con delitos prescritos o causas sobrese¨ªdas y nombres que aparecieron en redadas o investigaciones policiales sin que fueran inculpados. El Gobierno ha puesto en marcha tel¨¦fonos de informaci¨®n y ha comunicado el caso a las embajadas para que faciliten los tr¨¢mites de regularizaci¨®n de quienes lo requieran. La sociedad espa?ola s¨®lo pide a cambio que, en palabras del portavoz Josep Piqu¨¦, "acepten el libre juego democr¨¢tico". Es un requisito m¨ªnimo y razonable; inevitable, en todo caso.En un momento en que arreciaban las denuncias, algunas en voz muy alta, procedentes del entorno del llamado Pacto de Lizarra, por la par¨¢lisis de decisiones del Gobierno en el proceso de paz en el Pa¨ªs Vasco, la normalizaci¨®n legal y ciudadana de esas trescientas personas es un paso significativo; quiz¨¢ sea menos espectacular que otros que probablemente volver¨¢n a reclamarse, pero es un gesto relevante si se tiene en cuenta que estamos en un proceso milimetrado, en el que todos los avances deben confirmar la firmeza del suelo pol¨ªtico que se pisa. Todas las decisiones que contribuyan a consolidar la tregua de ETA y convertirla en una paz permanente deben ser bien recibidos.
La sociedad espa?ola entiende que la iniciativa del viernes es compatible con otros gestos de aproximaci¨®n pol¨ªtica que el Gobierno est¨¦ dispuesto a hacer. Lo es, por ejemplo, con una mayor flexibilizaci¨®n penitenciaria; y el propio portavoz Piqu¨¦ la puso en relaci¨®n con la proposici¨®n de ley de v¨ªctimas del terrorismo. Son medidas que intentan facilitar el tr¨¢nsito hacia la paz permanente y consolidar la normalidad social en el Pa¨ªs Vasco. Pero ¨¦ste no es el momento de especular con lo que puede o no puede hacerse, sino el de conducir prudentemente un proceso de paz en el que se asegure al m¨¢ximo que no habr¨¢ un retroceso hacia el asesinato, y al mismo tiempo, que simplemente por el hecho de que ahora exista una negociaci¨®n pol¨ªtica no se van a conceder ventajas jur¨ªdico-penitenciarias para quienes hicieron del asesinato una opci¨®n pol¨ªtica ¨²nica.
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