El Rayo vuelve a meterse en un l¨ªo
El Rayo sigue enred¨¢ndose y negociando con su candidatura al ascenso. Ayer cosech¨® la derrota m¨¢s dolorosa, ¨¦sa que llega en el ¨²ltimo suspiro y que es inmerecida. Pero el Rayo se l¨ªa solo, que conste. Ha perdido cuatro de sus ¨²ltimos cinco partidos, lo que lleva a pensar que el equipo est¨¢ moribundo, m¨¢s all¨¢ de que se mantenga segundo en la tabla. Podr¨ªa justificar su derrota maldiciendo a la mala suerte, al ¨¢rbitro o a la brisa de mayo, que siempre hay una excusa para un error. Y errores hubo ayer a mares.El primero naci¨® en la pizarra, en la alineaci¨®n inicial, de la que Juande Ramos borr¨® a Pablo Sanz y a Luis. La revoluci¨®n lleg¨® al Rayo y se lo devor¨®, quiz¨¢ porque estos experimentos quedan magn¨ªficos en la d¨¦cima jornada, no en la 36. El t¨¦cnico rayista es un tipo valiente y un buen estratega, que ha sabido comprender a un equipo hist¨®ricamente incomprensible. Mas ayer decidi¨® cambiarlo todo, con la mejor intenci¨®n pero con consecuencias funestas. Razones habr¨¢, sin duda, para ello. Como las habr¨¢ para que Jacques, reci¨¦n llegado, tenga patente de titularidad. Por ser brasile?o, quiz¨¢. Qui¨¦n sabe.
RAYO VALLECANO 1 COMPOSTELA 2
Rayo Vallecano: Lopetegui; Alc¨¢zar, Mu?iz, Amaya, Llorens; Est¨ªbariz, Tiago (Pablo Sanz, m.46), Pineda (Luis, m.59), Michel; Jacques (Michel II, m.59) y Bolo.Compostela: Carlos (Ponk, m.40); Mauro, Lekumberri, Bellido, Aguirretxu; Roberto (Coira, m.46), Passi, Fabiano, Viedma; Mauricio (Chiba, m.70) y Changui. Goles: 1-0. M.3. Bolo, tras pase de Est¨ªbariz. 1-1. M.51. Mauricio aprovecha un fallo de la defensa y cabecea desde cerca. 1-2. M.89. Changui remata a placer. ?rbitro: Pino Zamorano. Amonest¨® a Llorens, Pineda, Michel II, Carlos, Bellido, Passi, Chiba y Fabiano. Expuls¨® en del descanso al delegado del Rayo, V¨ªctor de la Cruz. Unos 7.000 espectadores en Vallecas.
Lo que s¨ª se sabe es que el Rayo comenz¨® a funcionar all¨¢ por el minuto 59, coincidiendo con la entrada de Luis. Qu¨¦ casualidad. El marcador andaba igualado en un envite en el que poco o nada le iba a un Compostela que se dej¨® la vida, como era su obligaci¨®n. El Rayo se encontr¨® con un gol en el minuto tres y a partir de ah¨ª renunci¨® a su habitual discurso. El equipo se empe?¨® en buscarle las cosquillas a Fabiano, un tipo de sangre caliente, con el prop¨®sito de que el ¨¢rbitro le ense?ara la segunda amarilla. Pero Fabiano sabe lat¨ªn y el Rayo no. As¨ª que ¨¦l sigui¨® all¨ª, mientras el Rayo se lanzaba al abordaje con tan magn¨ªfico criterio como poca punter¨ªa. Muerto estaba el partido cuando en una contra el Compostela peg¨® el petardazo. Con el bal¨®n durmiendo en la red, Lopetegui se arrodill¨®, se ech¨® las manos al rostro y dibuj¨® la estampa que mejor define al Rayo, la de un equipo que malvive a las puertas del para¨ªso.
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