Los susurros del artista
JOS? LUIS MERINO Sin gran aparatosidad, fiel a su manera de ser, el alav¨¦s Juan Mieg, miembro del reducido grupo Orain, que tuvo vida en los sesenta, presenta en la galer¨ªa Berta Belaza veintitr¨¦s lienzos de enorme sutileza visual. Cada obra contiene much¨ªsimas obras, porque el artista se rebela contra el foco ¨²nico. De ah¨ª los choques de planos diferentes. En todas las obras existen esos choques, los cuales van creando espacios flotantes, planimetr¨ªas, planos inclinados,... Sobre esas impresiones primeras, el espectador puede seguir atisbando en las obras. Percibir¨¢ signos que recuerdan a pinturas rupestres, cuando no a pictograf¨ªas. En tanto se siguen las peripecias de las l¨ªneas, abundantemente oblicuas, con la profusi¨®n de puntos y pespuntes, m¨¢s peque?os cuadraditos, y trozos de ¨®leo que salen del tubo como trazos vivaces, en tanto todo eso ocurre, asistimos al nacimiento del color sin saber por d¨®nde vino. Y dice color, y quiere decir decenas de colores que pululan por cada cuadro. Junto a graves oscuros resaltan los colores suaves, y se a?aden los colores primarios surgidos del tubo como reci¨¦n nacidos. Hay que a?adir aquellas zonas en las que su autor decide quitar, pintando encima otro pasaje, pero que sigue permaneciendo un eco, una resonancia que determina un delicado lirismo. Es preciso recorrer la mirada como si se tratara de observar el mapa de un territorio en el que cada palmo de terreno se tornar¨ªa crucial. Comprobar¨ªamos con ello que lo mirado es una suma de constelaciones de un universo mayor. Y ser¨ªa algo as¨ª como advertir que ese universo depende, inexorablemente, de esas peque?as constelaciones. Por eso, si nos fijamos bien, existen fragmentos hermos¨ªsimos, que son una delicia de inventiva. Es m¨¢s importante la inventiva que la ejecuci¨®n. Como en un poema: cuenta m¨¢s el motor sensitivo que lo mueve, antes que los utensilios gramaticales utilizados. A?adamos el valor de la luz en los cuadros de Juan Mieg. Busca las luces sin ser consciente de buscarlas. Sabe que en toda forma y en todo color vive la luz. Adentrarse en los misterios de la forma y el color, la luz de cada cuadro llega como las olas acaban llegando a su destino (ll¨¢mense arenal, costa o playa). Cabe a?adir que en estas obras se siguen buscando nuevas luces, no importa que el cuadro se haya terminado. En toda obra aut¨¦ntica siempre habr¨¢ nuevas luces que pod¨ªan a?adirse a las existentes, puesto que por ser aut¨¦ntica comporta en su esencia un interminable y constante inacabamiento. Con la luz, que la interacci¨®n del color y los trazos de la l¨ªneas han gestado, las obras acaban de conformar lo que Paul Klee denominaba universo original de improvisaci¨®n ps¨ªquica. En este punto, quienes conocen su trayectoria querr¨¢n asociar a Mieg con dos artistas de su generaci¨®n, tales como Zumeta, del grupo Gaur, y Ortiz de Elgea, del mismo Orain. Nada m¨¢s distante entre la obra de Mieg con las de los otros dos, en raz¨®n a que ¨¦l no se apunta a lo espectacular. Se abisma en la reflexi¨®n, lo que le conduce a una ejecuci¨®n lenta. Puede ser que en otro tiempo hubiera una cierta afinidad con ellos. Ahora no. Mieg posee una voz propia y distinta. Vive pendiente del acto sutil de connotar, sin importarle la acci¨®n compulsiva e impositiva de denotar. Que otros sean grito. A ¨¦l le va m¨¢s la constataci¨®n del susurro. ?sta es una de esas especiales veces en las que se vuelve grato y edificante hablar de un artista que, pese a ser citado siempre, nunca ha conseguido que se le considere como uno de los grandes nombres de artistas vascos contempor¨¢neos. Empero, gracias a su constante elaborar, a su masticaci¨®n lenta, cada d¨ªa se nos antoja m¨¢s cualificado, m¨¢s completo y uno de los mejores entre los artistas vascos. Es uno de esos privilegiados llamados a permanecer. Tal vez ha equivocado a muchos el hecho de que sea un hombre t¨ªmido, discreto, de gestos poco apabullantes y hasta de apariencia reservada. Craso error. Dentro de su cabeza bulle un r¨ªo desbordado. Las aguas que mueven ese r¨ªo est¨¢n formadas por inteligencia, sensibilidad y mucho talento. Aunque ha tardado, lo que ha conseguido vale mucho. Se lo ha ganado a pulso.
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