Juan Habichuela dice adi¨®s a los discos arropado por los grandes del flamenco

Es un aut¨¦ntico cl¨¢sico. Cincuenta a?os tocando para los mejores cantaores y junto a los mejores guitarristas le contemplan. Por eso, el disco de despedida de Juan Carmona, Habichuela (Granada, 1933), De la zambra al duende, est¨¢ lleno de tocaores ilustres (Paco de Luc¨ªa, Ca?izares, Tomatito, su hermano Pepe), pero tambi¨¦n de voces espl¨¦ndidas: Jos¨¦ Merc¨¦, Chano Lobato, Rancapino, la joven Montse Cort¨¦s... El maestro del tr¨¦molo ha recibido dos regalos especiales: una canci¨®n de Alejandro Sanz y la recuperaci¨®n de un viejo y m¨ªtico tema con Manolo Caracol.

"El cante me ha gustado m¨¢s que la guitarra, me ha embelesado, he disfrutado lo que no est¨¢ escrito oyendo cantar". Lo ha dicho muchas veces y lo repite ahora don Juan Carmona, Habichuela, entregado a la promoci¨®n de este disco hist¨®rico, un disco tan sentimental y a la vez tan profesional, un trabajo "hecho desde dentro" a lo largo de un a?o entero y rodeado de amigos y dem¨¢s familia.Ketama y Alejandro Sanz abren por buler¨ªas los 12 temas del disco (que se presenta el d¨ªa 17 con una fiesta en Madrid). Luego, Paco de Luc¨ªa y El Potito. Con el maestro, por tangos. Despu¨¦s, m¨¢s buler¨ªas, pero ¨¦stas "a mil por hora y con trabalenguas". Es decir, con su Chano Lobato. M¨¢s tarde aparece la sole¨¢ por buler¨ªa junto a la impresionante voz de la belleza de Montse Cort¨¦s, "un eco precioso". Sigue la pureza rancia de Rancapino en los fandangos, y una malague?a instrumental con Juan Manuel Ca?izares.

El disco est¨¢ ilustrado con fotos de ahora y de antes, textos de Jos¨¦ Manuel Gamboa y F¨¦lix Grande, y documentos hist¨®ricos, como la nota de agradecimiento firmada por Joan Kennedy, esposa del senador Edward Kennedy, tras una fiesta flamenca en Washington en la que particip¨® Juan Habichuela. M¨¢s hist¨®rica a¨²n es la grabaci¨®n que hizo el guitarrista con Manolo Caracol en 1968. "Una de las cosas m¨¢s grandes que he hecho en mi vida fue grabar con ese hombre. Le toqu¨¦ cuatro o cinco cosas, el resto lo hizo con el piano de Arturo Pav¨®n y una orquesta. Pero cuando me mand¨® llamar su hijo Enrique para que fuera a la Philips a tocarle cre¨ª que me iba a caer de la silla. Era un artista muy especial, un fen¨®meno". Juan Carmona no se olvida de dar sitio en su homenaje a la familia directa, una de las sagas fundamentales del viejo y el nuevo flamenco. Su sobrino Pepe Luis canta una sole¨¢ por derecho ("eso es lo que le va mejor, ah¨ª tiene que torear"); su hermano Pepe comparte con ¨¦l unos tangos espl¨¦ndidos dedicados al cabeza de familia, Jos¨¦ Habichuela... Antes del final, uno de los momentos m¨¢s emocionantes: la siguiriya de Jos¨¦ Merc¨¦, que Juan quiso dedicarle a Curro, el hijo perdido del cantaor. "Sal¨ª de la urna ¨¦sa donde se graba ahora con las l¨¢grimas cay¨¦ndome por la cara".

Tras la euforia por buler¨ªas con Tomatito, Habichuela remata la obra con otra dedicatoria especial, a su hermano Luis, el tercero, que muri¨® a los 47 a?os.

?No falta nadie, entonces? "Yo creo que s¨®lo faltan dos personas. Una es Camar¨®n, que en gloria est¨¦, y la otra Enrique Morente, que no pudo venir". Por lo dem¨¢s, a?ade con su humildad de siempre, "he puesto el alma ah¨ª, y me parece que todos los dem¨¢s han puesto el coraz¨®n". Nunca una palabra m¨¢s alta que otra, nunca una falseta para lucirse ante un cantaor. Como escribe F¨¦lix Grande en la car¨¢tula: "Nada m¨¢s y nada menos que un cl¨¢sico".