Belgrado inicia una retirada de Kosovo, pero la OTAN dice no tener pruebas
ENVIADO ESPECIALSonrientes, haciendo el signo de la victoria serbio con tres dedos en alto, m¨¢s de un centenar de soldados yugoslavos abordaron ayer los autobuses y comenzaron a abandonar sus posiciones en Kosovo como parte del "repliegue parcial" concebido por el Gobierno yugoslavo de Slobodan Milosevic para detener la ofensiva a¨¦rea aliada. En Bruselas, uno de los portavoces de la OTAN, el general alem¨¢n Walter Jertz, fue rotundo: "La Alianza no tiene una sola prueba" de la retirada.
Esta caravana rodada de autobuses repletos de soldados es la primera manifestaci¨®n visible de la anunciada intenci¨®n serbia de reducir sus fuerzas en la provincia kosovar "al nivel previo a la agresi¨®n" -eufemismo con el que Belgrado califica la presencia en la provincia de la guerrilla del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK)-. Esta medida deber¨ªa reducir los casi 49.000 hombres actuales a 12.000 entre miembros del Ej¨¦rcito Federal y de la polic¨ªa especial.El general Vladimir Lazarevic, jefe del destacamento de Pristina, asegur¨® ante un grupo de corresponsales extranjeros invitados especialmente a la localidad de Merdare para presenciar esta primera fase que "un buen n¨²mero de soldados" ya hab¨ªan comenzado a movilizarse para abandonar Kosovo. El militar inform¨® de que ese movimiento comenz¨® en la noche del mi¨¦rcoles. Aunque evit¨® ofrecer datos concretos sobre el n¨²mero de soldados implicados, otro oficial explic¨® que el ritmo se ve¨ªa dificultado por los incesantes bombardeos aliados contra sus hombres. Ning¨²n periodista de los presentes en Merdare vio movimiento alguno de carros de combate y blindados.
El Gobierno yugoslavo desea dar la mayor publicidad posible a este repliegue por dos motivos. En primer lugar, porque con ¨¦l sustenta el argumento (no respaldado por verificaci¨®n independiente alguna) de que sus Fuerzas Armadas han cumplido con el objetivo de destruir la guerrilla independentista del ELK, y que, por tanto, ya no es necesaria la presencia de una fuerza extraordinaria. En segundo t¨¦rmino, porque esta operaci¨®n de repliegue es una condici¨®n esencial para que pueda prosperar el plan de paz ruso y se apruebe en el Consejo de Seguridad de la ONU la presencia en Kosovo de una fuerza internacional de interposici¨®n bajo mandato y bandera de Naciones Unidas, algo que Belgrado ans¨ªa para detener la campa?a a¨¦rea de la OTAN sin tener que ceder de pleno a las condiciones de la Alianza.
El general Lazarevic dijo tambi¨¦n que el repliegue continuar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas en columnas reducidas "para evitar que ocurra lo mismo que en el pasado", en una referencia clara a los ataques que sufrieron las derrotadas tropas serbias durante su retirada de Bosnia en 1995. Cualquiera que sea la magnitud real del plan, el repliegue presenta ciertos obst¨¢culos (destrucci¨®n de puentes y carreteras) y alg¨²n que otro riesgo. Belgrado, por ejemplo, teme que la OTAN -que exige una retirada total- ordene ataques contra los convoyes militares aun en el caso de que ¨¦stos se est¨¦n retirando.
Ivica Dacic, portavoz del partido socialista de Slobodan Milosevic, rechaz¨® ayer en Belgrado que la retirada sea una mera maniobra propagand¨ªstica, como denuncian algunos pa¨ªses, pero advirti¨® de que su dimensi¨®n y ritmo depender¨¢n de la "eliminaci¨®n del peligro externo" para Yugoslavia. Es decir, de los bombeados aliados.
En Bruselas, los portavoces de la Alianza se muestran esc¨¦pticos. No ven, en palabras del general Jertz, "una sola prueba" de esta retirada, sino m¨¢s bien la existencia de "alg¨²n redespliegue t¨¦cnico" ocasionado por los bombardeos. El Reino Unido, por su parte, asegur¨® ayer que en los ¨²ltimos dos d¨ªas de ataques, los aviones de la OTAN han logrado infligir el mayor castigo a las tropas yugoslavas desplegadas en Kosovo, y neg¨® tambi¨¦n la existencia de datos que permitan hablar del inicio de una retirada serbia de Kosovo.
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