Francisco Eguiagaray, periodista
Ayer por la ma?ana, en Viena como ¨¦l quer¨ªa, mor¨ªa el periodista y maestro de periodistas Francisco Eguiagaray, v¨ªctima de un c¨¢ncer y de un sistem¨¢tico derroche de humanidad. Llevaba tantos a?os diciendo que se mor¨ªa que hab¨ªa hecho creer a la legi¨®n de sus amigos y disc¨ªpulos que era inmortal. Ayer nos demostr¨® que, en eso, se hab¨ªa permitido enga?arnos.Cuando dej¨® la agencia Efe en Viena para irse a Mosc¨² de corresponsal de Radio Nacional -despu¨¦s lo ser¨ªa de TVE- le dijo un m¨¦dico austriaco que o se cuidaba o duraba seis meses. Once a?os despu¨¦s volvi¨® a Viena y descubri¨® que aquel galeno se hab¨ªa muerto jugando al tenis. Esa an¨¦cdota la repet¨ªa tanto como hac¨ªa repetir a las bandas de m¨²sica en Budapest, Praga, Varsovia, Berl¨ªn Oriental o Mosc¨² su melod¨ªa favorita, la Marcha de Radetzky.
Eguiagaray, nacido en Le¨®n en 1934, era doctor en Filosof¨ªa y periodista, pero ante todo era, por vocaci¨®n y por una naturaleza de apabullante generosidad, profesor. Nada le supon¨ªa mayor placer que dar. Era Eguiagaray un hombre que le¨ªa, aprend¨ªa, pensaba y entend¨ªa por un amor irrefrenable por la historia -la que fue y la que siempre est¨¢ siendo-, y por ese rigor en la b¨²squeda del conocimiento que hab¨ªa adquirido muy pronto interno en el colegio jesuita de Villafranca de los Barros. Pero ante todo por el gozo de regalar a los dem¨¢s el fruto de su profunda inteligencia y vast¨ªsima cultura. Esto explica que fuera la cabeza de referencia, "la biblioteca ambulante" que era su memoria prodigiosa, para los periodistas, no s¨®lo espa?oles, que han vivido e informado desde Europa central y oriental. Sus libros Los intelectuales espa?oles de Carlos V, El padre Feijoo y la filosof¨ªa de la cultura de su ¨¦poca, La operaci¨®n Perestroika y Europa del Este, la revoluci¨®n de la libertad reflejan su inmensa versatilidad. A veces dec¨ªa que hubiera preferido ser asesor del canciller Metternich durante el Congreso de Viena en 1815 o consejero ¨¢ulico del emperador Francisco Jos¨¦. Desde luego, los pol¨ªticos de los ¨²ltimos treinta a?os se habr¨ªan equivocado mucho menos en Rusia y en el este de Europa, tambi¨¦n en los Balcanes, si hubieran prestado mayor atenci¨®n a este hombre rebosante de humanidad y sabidur¨ªa.
En todo caso, para los periodistas en aquella parte del mundo que sab¨ªan escuchar y ten¨ªan intenci¨®n de entender lo que acontec¨ªa percibiendo "los latidos de la historia", Eguiagaray fue el m¨¢ximo referente que siempre buscaba contextos y brillaba en la ciencia period¨ªstica, tan ignorada hoy, de distinguir lo anecd¨®tico y superfluo de lo esencial y significativo. En estos tiempos de periodismo lenguaraz y faldicorto y cultura de solapa de libro, ¨¦l se consideraba, no sin raz¨®n, un anacronismo. Incapaz de conspirar y maniobrar, era candidato seguro a perdedor en todas las intrigas. Y como ant¨ªtesis del periodista trepador y ansioso por conseguir poder y fama barata, tan actual como es ¨¦l, era perfectamente incapaz de tener satisfacci¨®n en reveses ajenos.
Desde su juventud como delegado del SEU y, como sol¨ªa decir ¨¦l, "fascista airado de correajes", hizo un inmenso y rico trayecto hacia la benevolencia y la magnanimidad que muchos le negaron. En estos ¨²ltimos a?os sigui¨® escribiendo para Abc y para Radio Austria, en la ciudad que quiso y conoci¨® como muy pocos. All¨ª ha muerto. Como vivi¨®, como un gran se?or cuya actitud ante el pr¨®jimo era demasiado generosa para ser emulada por muchos. Pero muchos le debemos mucho y le damos las gracias.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.