La v¨¢lvula de escape de Barcelona
Una mujer de 80 a?os vecina de Sitges acudi¨® recientemente a Vilanova i la Geltr¨² para visitar a su hijo, que acababa de ser nombrado jefe de una sucursal en la capital del Garraf. Caminando por la Rambla, la mujer se sorprendi¨® gratamente del colorido de esta gran v¨ªa peatonal y de su intensa actividad comercial. "Qu¨¦ bonita es Vilanova", pens¨®. S¨®lo vive a 10 kil¨®metros, en la tur¨ªstica Sitges, pero nunca antes hab¨ªa puesto el pie en la industrial Vilanova. Poblaciones rivales que desde anta?o se han dado la espalda, Vilanova y Sitges creen llegado el momento de caminar juntas para afrontar de forma racional, la explosi¨®n demogr¨¢fica que est¨¢ revolucionando la comarca. Desde 1986, el Garraf ha pasado de 77.000 habitantes a casi 100.000. Se calcula que en el 2010 la poblaci¨®n rondar¨¢ los 150.000 habitantes. Este crecimiento afecta a los seis municipios del Garraf (Vilanova, Sitges, Sant Pere de Ribes, Cubelles, Canyelles i Olivella), una comarca no mucho m¨¢s grande que el Barcelon¨¨s, pero donde a¨²n se disfruta de cierta calidad de vida. La descongesti¨®n del ¨¢rea metropolitana de Barcelona se ha convertido en una realidad en el Garraf gracias a la mejora de las comunicaciones. En 1992 se abrieron los t¨²neles del Garraf, que registran una circulaci¨®n media diaria de unos 12.000 veh¨ªculos y gracias a los cuales se puede llegar de Sitges a la plaza de Espanya de Barcelona en 25 minutos. Pero el peaje de la A-16 -620 pesetas por recorrer los 15 kil¨®metros de los t¨²neles- es prohibitivo para la mayor¨ªa de los conductores. Por su parte, a principios de los noventa, Renfe moderniz¨® sus trenes de cercan¨ªas, que en las horas punta llegan a pasar cada 15 minutos. Grandes convoyes formados por vagones de dos pisos transportan a miles de pasajeros diariamente entre el Garraf y el Barcelon¨¨s. Se trata de la l¨ªnea C-2 Sur, la que m¨¢s ha crecido en n¨²mero de pasajeros, con un aumento del 7%, seg¨²n datos de Renfe. Cada d¨ªa, 16.300 personas cogen el tren en la estaci¨®n de Vilanova; 10.200 en Sitges y 1.600 en Cubelles. Estas cifras suponen que la cuarta parte de la poblaci¨®n del Garraf se traslada de lunes a viernes a Barcelona. El crecimiento demogr¨¢fico es tan arrollador que incluso da miedo a los pol¨ªticos locales, a los ecologistas y a los payeses porque por casi todas partes aparecen gr¨²as de la construcci¨®n. En Colls-Miralpeix, un bosque litoral situado entre Sitges y Vilanova, varias promotoras pretend¨ªan construir una gigantesca urbanizaci¨®n de alto nivel. Los grupos ecologistas y vecinales se movilizaron para impedirlo y los ayuntamentos de las dos poblaciones decidieron conservar este espacio natural en su mayor parte. Frente a las cautelas de los que limitan el crecimiento a trav¨¦s de los planes urban¨ªsticos, el sector de la construcci¨®n vive su mejor ¨¦poca. Este sector se ha convertido en la locomotora del Garraf y la tasa de paro, que hace 10 a?os era una de las m¨¢s altas de Catalu?a, se ha situado ahora en el 7%, por debajo de la media catalana. Paralelamente a las gr¨²as, de la noche a la ma?ana han aparecido decenas de agencias immobiliarias. Se calcula que en el Garraf ya hay m¨¢s de medio centenar de ellas. De momento, los precios de la vivienda siguen siendo m¨¢s baratos que en Barcelona. Un piso nuevo de cuatro habitaciones que en Barcelona costar¨ªa 25 millones de pesetas se puede adquirir por 16 en Vilanova, pero este mismo piso en Sitges no baja de los 30. El elevado precio del metro cuadrado en la selecta poblaci¨®n de Sitges, uno de los m¨¢s altos de Catalu?a, ha provocado el ¨¦xodo de muchos j¨®venes, que deben instalarse en el pueblo vecino de Sant Pere de Ribes. Pero ni el precio de la vivienda ni el del peaje de los t¨²neles ha sido obst¨¢culo para que otras muchas personas decidieran instalarse en Sitges. Es el caso de directivos europeos de empresas multinacionales o de una gran parte de la plantilla extranjera del FC Barcelona. Su t¨¦cnico, Louis Van Gaal, declaraba recientemente en una entrevista que se sent¨ªa "muy feliz" viviendo en esta localidad del Garraf, pese a que casi no ten¨ªa tiempo para pasear por sus playas. Pero el problema de Van Gaal, la falta de tiempo, no lo es para muchos reci¨¦n llegados, que quieren disfrutar en sus ratos libres de las playas kilom¨¦tricas del Garraf y de sus 300 d¨ªas de sol al a?o. Sin embargo, en los nuevos barrios y urbanizaciones en los que residen no todo son ventajas porque la Administraci¨®n p¨²blica va por detr¨¢s del crecimiento demogr¨¢fico y responde tarde a las demandas vecinales. Por ejemplo, el servicio de correos sufre importantes retrasos porque la plantilla no ha crecido al mismo ritmo. Una prueba llevada a cabo por el peri¨®dico local L"Hora del Garraf constat¨® que diferentes cartas, depositadas en el buz¨®n de la oficina de correos de Vilanova el mismo d¨ªa, llegaban cinco d¨ªas antes a Vitoria o a Castell¨®n, que a La Collada o a L"Aiguacit, dos barrios nuevos de Vilanova situados en la periferia. La plantilla de polic¨ªa tambi¨¦n necesita refuerzos, en los geri¨¢tricos de la comarca hay saturaci¨®n y listas de espera, mientras que la red viaria comarcal se ha quedado peque?a y est¨¢ casi saturada. Los ayuntamientos del Garraf pretenden ahora poner l¨ªmites al crecimiento. En Vilanova no quieren tener m¨¢s de 65.000 habitantes (ahora son 50.100), en Sitges desean como m¨¢ximo 30.000 (ahora ya son 18.200), y en Sant Pere de Ribes se ha fijado el tope en 38.000 (ahora hay 21.000), seg¨²n consta en los planes urban¨ªsticos de estas localidades. Los pol¨ªticos empiezan a reconocer que deber¨¢n poner en marcha nuevos servicios mancomunados -se habla de un cementerio supramunicipal, de telecomunicaciones y de nuevas carreteras-. El territorio es peque?o y debe acomodarse con prudencia a las nuevas necesidades.
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