Una biograf¨ªa muestra el perfil privado de Ram¨®n y Cajal

Es un mito nacional, un cient¨ªfico que cuenta con calles dedicadas en multitud de ciudades y pueblos espa?oles. Pero, de modo parad¨®jico, la trayectoria vital de Santiago Ram¨®n y Cajal (Petilla de Arag¨®n, Navarra, 1852-Madrid, 1934) es muy desconocida. El periodista cient¨ªfico Antonio Calvo (Madrid, 1960) ha pretendido cubrir ese hueco con Cajal, triunfar a toda costa, libro publicado por Alianza Editorial y que fue presentado esta semana. "Mi intenci¨®n ha sido", comenta Calvo, "ofrecer un perfil humano y privado m¨¢s que cient¨ªfico del sabio espa?ol que lleg¨® a obtener el Premio Nobel de Medicina en 1906. He buscado un estilo de ensayo divulgativo para que sea una obra comprensible por cualquier tipo de p¨²blico".Tras rese?ar Antonio Calvo que, salvo una biograf¨ªa ya cl¨¢sica de Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez Pi?ero, el resto de trabajos sobre Cajal le parecen hagiograf¨ªas, el periodista declara: "Mi objetivo ha sido situar a Cajal en su tiempo y mostrar los claroscuros de su personalidad, las luces y las sombras. Quiz¨¢ por ello, a los descendientes del cient¨ªfico no les ha gustado mi libro".

Antonio Calvo destaca que Cajal estaba m¨¢s motivado por una ambici¨®n patri¨®tica que por el deseo de gloria o de riquezas. "El maestro ped¨ªa a sus disc¨ªpulos que la ausencia de nombres espa?oles en tratados de ciencia les sirviera de est¨ªmulo para investigar y para inscribir el nombre de Espa?a en esas listas", comenta el autor. A juicio de Antonio Calvo, tres rasgos de personalidad sobresalen en Santiago Ram¨®n y Cajal y explican las razones de su ¨¦xito como investigador: "En primer lugar, Cajal estaba dotado de un talento excepcional. En segundo t¨¦rmino, el tes¨®n y la constancia en sus trabajos marcaron toda su vida. Pero, adem¨¢s, Cajal cultiv¨® y perfeccion¨® algunas aficiones, como la pintura y la fotograf¨ªa, que le resultaron muy ¨²tiles para su tarea investigadora".

El libro desmonta tambi¨¦n el mito de que Cajal fue una excepci¨®n en un desierto de cient¨ªficos en Espa?a. "Ni estuvo solo ni careci¨® de ayudas", dice el autor.