La "mala imagen" persigue a las empresas de trabajo temporal
A mediados del pasado mes de abril, sindicatos y patronal, ante la atenta mirada del secretario de Empleo, Juan Chozas, hac¨ªan a?icos la posibilidad de culminar con ¨¦xito una reforma pactada de las empresas de trabajo temporal (ETT). Cuando el Partido Socialista, all¨¢ por 1994, bajo los auspicios del ministro de Trabajo de la ¨¦poca, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, decidi¨® introducir las ETT en Espa?a, la falta de di¨¢logo entre los interlocutores sociales presidi¨® el proceso produciendo importantes consecuencias. La ausencia de este consenso est¨¢ en la base de la "mala imagen" que desde su llegada a Espa?a tienen estas compa?¨ªas, seg¨²n el secretario general de la Asociaci¨®n de Empresas de Trabajo Temporal (AETT), Ricardo Rodr¨ªguez Casta?¨®n. El discurso de los sindicatos sobre la presencia de las ETT en Espa?a ha sufrido cambios notables. Las centrales reclamaron primero su abolici¨®n, pero unos a?os despu¨¦s han pasado a asumir que su crecimiento es "imparable". Tras una primera etapa de lucha radical contra su existencia, tanto UGT como CC OO mantienen ahora que el objetivo primordial es controlar la evoluci¨®n futura de este tipo de empresas, que han registrado un vertiginoso crecimiento. A ello se une la apuesta del Gobierno del PP, que considera estas empresas "necesarias" y juzga que "juegan un papel importante". La equiparaci¨®n salarial entre los trabajadores de una ETT y los de la empresa usuaria ha sido la piedra filosofal de la estrategia de los sindicatos. Por su parte, la AETT, patronal del sector integrada en la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE), que representa a 146 de las 450 empresas de trabajo temporal registradas, se present¨® a la mesa tripartita con un punto clave: que las ETT pudieran prestar sus servicios en todos los sectores productivos sin ninguna limitaci¨®n. Ambas partes, patronal y sindicatos, estaban totalmente de acuerdo, adem¨¢s, en eliminar del mapa del trabajo temporal a las ETT piratas que no cumplen con el convenio o con la legislaci¨®n. Tras la apertura del proceso negociador, se iniciaron los contactos formales e informales entre los interlocutores para ir perfilando una agenda de temas susceptibles de entrar dentro de la reforma. Pero los primeros desacuerdos no tardaron en llegar. Mientras UGT, CC OO y el Ministerio de Trabajo eran favorables a un cambio radical del conjunto normativo que rige al sector, la patronal, a pesar de mostrase "abierta" a analizar todos los aspectos, prefer¨ªa una modificaci¨®n presidida por la moderaci¨®n. "La patronal no quer¨ªa una verdadera reforma, porque esta muy c¨®moda en la situaci¨®n actual", seg¨²n el secretario de acci¨®n sindical de la UGT, Toni Ferrer. A instancias del nuevo ministro del ramo, Manuel Pimentel, el Consejo de Ministros aprob¨® un decreto prohibiendo a las ETT actuar en actividades y ocupaciones peligrosas, como la miner¨ªa, una medida que supuso un ataque directo a la principal exigencia de la patronal en el mesa tripartita. A pesar de estas dificultades iniciales, la AETT insist¨ªa en la "buena sinton¨ªa" de las conversaciones con los sindicatos. As¨ª, poco antes de iniciarse la ronda final, CC OO plante¨® una propuesta seg¨²n la cual se obligaba legalmente a las ETT a hacer fijos en sus plantillas a un determinado n¨²mero de los trabajadores que ceden a las empresas usuarias. Para establecer dicho porcentaje se tendr¨ªa en cuenta la duraci¨®n, las categor¨ªas profesionales y el total de los contratos laborales firmados por cada empresa temporal. La patronal, por su parte, propuso la creaci¨®n de un ¨®rgano denominado Centro Nacional de Seguimiento y Control del Trabajo Temporal, que contar¨ªa con la presencia de empresarios y sindicatos, aunque no de la Administraci¨®n. Tanto UGT como CC OO se opusieron a esta composici¨®n, ya que sin la presencia del Ejecutivo la instituci¨®n carecer¨ªa de "operatividad". Adem¨¢s, ambos sindicatos apostaron por el establecimiento de "medidas sancionadoras" para las ETT. Tras la reanudaci¨®n de la mesa tripartita, la patronal se mostraba favorable a la exigencia sindical de equiparaci¨®n salarial pero con matices. La AETT condicionaba su aceptaci¨®n a la eliminaci¨®n de "los factores y costes a?adidos" para configurar un "escenario no discriminatorio", seg¨²n el secretario general Rodr¨ªguez Casta?¨®n. Esto ven¨ªa a significar la erradicaci¨®n de las indemnizaciones por final de contrato, que los empleados temporales no tuvieran cotizaciones mayores que el resto de trabajadores por desempleo y formaci¨®n. Las centrales sindicales se mostraron dispuestas a aceptar la aplicaci¨®n de lagunas de estas exigencias, como la eliminaci¨®n de la sobrecotizaci¨®n. Pero en ning¨²n caso a admitir la anulaci¨®n de todos los sobrecostes soportados por estas compa?¨ªas, como la indemnizaci¨®n por final de contrato. Adem¨¢s, los sindicatos consideraban "il¨®gico" evitar la redacci¨®n de un reglamento de actividades peligrosas donde las ETT no pudieran enviar sus servicios. Es decir, tras meses de contactos, sindicatos y patronal se lanzan ahora torpedos a la l¨ªnea de flotaci¨®n de sus respectivos objetivos. La AETT sugiere que el Gobierno ha "inducido" a la ruptura y CC OO apunta "la falta de inter¨¦s negociador" de la patronal. Este fracaso de la mesa negociadora abre las puertas para que el Gobierno acometa una reforma unilateral del sector del trabajo temporal. Una reforma que, a buen seguro, contrastar¨¢ un compromiso en firme adquirido por el ministro Pimentel.
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