El urbanismo, asignatura pendiente

El arquitecto Antonio Palacios proyect¨® en 1934 el primer Plan de Ordenaci¨®n Urbana de Vigo, uno de los pioneros en Espa?a. No obstante, el estallido de la guerra civil abort¨® su aplicaci¨®n. La ciudad ya crec¨ªa entonces con rapidez, pero fue en las d¨¦cadas de los 50 y los 60, con la implantaci¨®n de Citro?n, primero, y el desarrollismo, despu¨¦s, cuando estallaron sus costuras demogr¨¢ficas y urban¨ªsticas.El Ministerio de la Vivienda, intuyendo lo que se avecinaba, inst¨® al Ayuntamiento en 1960 a redactar con urgencia un Plan General de Urbanismo. Pero ¨¦ste no estuvo listo hasta 1970 y s¨®lo sobre el papel, ya que resultaba inaplicable de pura incoherencia en su normatividad. De este modo, la estructuraci¨®n de la ciudad moderna concit¨® durante 20 a?os un sinn¨²mero de desafueros y arbitrariedades que, pese a los parcheos normativos posteriores y por unas razones u otras, no decaen y siguen pesando como una fatalidad sobre la identidad urbana viguesa.

El alcalde actual, Manuel P¨¦rez, paraliz¨® un plan urban¨ªstico consensuado por unanimidad en el anterior mandato, incluido su voto, aduciendo que fomentaba la inseguridad jur¨ªdica. Su primer proyecto alternativo, para la playa de Samil, choc¨®, sin embargo, con una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, que lo consider¨® ilegal. El resto de los planes parciales que acometi¨®, todos desde el oscurantismo, fueron anulados por la Consejer¨ªa de Pol¨ªtica Territorial, dirigida por Xos¨¦ Cui?a, que, invocando la necesidad de consenso sobre el tema, acab¨® por negarle la revisi¨®n del planeamiento general que propon¨ªa. No cabe, pues, mandato m¨¢s plano en relaci¨®n con el aspecto urban¨ªstico.