Benjam¨ªn Netanyahu, el ¨²ltimo colono intransigente
Marcado por un estilo rudo, el primer ministro conservador saliente ha incumplido todos los acuerdos de paz
Benjam¨ªn Netanyahu es un hombre fuerte. Lo aseguraba su lema electoral -"Un hombre fuerte para un Israel fuerte"-, convertido al mismo tiempo en el epitafio de los tres ¨²ltimos a?os de la historia del pa¨ªs. Como si se tratara de un s¨ªmbolo, el primer ministro conservador saliente, miembro del Likud, ha aportado al Gobierno israel¨ª durante el tiempo que ha permanecido en el poder los gestos rudos y toscos de los colonos jud¨ªos que al este de Jerusal¨¦n tratan de mantener contra viento y marea los ¨²ltimos asentamientos."La guerra que tiene lugar aqu¨ª es por nuestra propia existencia", ha asegurado Netanyahu en uno de los postreros m¨ªtines de la campa?a electoral. Se dirig¨ªa a ese ej¨¦rcito de civiles que, con el arma colgada de la espalda o del cinto, suelen pasearse por las calles de Jerusal¨¦n mientras tratan de buscar en la ciudad un respiro a la tensi¨®n en la que suelen vivir en sus colonias, emplazadas m¨¢s all¨¢ de la frontera incierta de los territorios palestinos.
A la puerta de los 50 a?os y casado tres veces, la ¨²ltima con la locuaz Sarah, Netanyahu, arquitecto de profesi¨®n, licenciado en Administraci¨®n y Ciencias Pol¨ªticas, ha convertido a Israel en un verdadero ring de boxeo. Ha incumplido reiteradamente todas las reglas pactadas, incluidos los diferentes acuerdos con los palestinos, empezando por el de Hebr¨®n y continuando con el de Wye, firmado el pasado mes de octubre bajo la supervisi¨®n del presidente estadounidense, Bill Clinton.
"Benjam¨ªn Netanyahu ha convertido su personalidad en su propio programa pol¨ªtico", aseguraba hace pocos d¨ªas el exprimer ministro laborista Sim¨®n Peres, uno de los impulsores del proceso de paz. Peres ha tenido hacia el l¨ªder del Likud un sentimiento ambiguo, al haber compartido, como ministro de Defensa, el dolor por la tr¨¢gica muerte del hermano mayor de Netanyahu, Yoni, fallecido mientras dirig¨ªa en 1976 el rescate de los secuestrados de Entebbe (Uganda). Pero tambi¨¦n se ha visto obligado a presenciar c¨®mo el mismo Netanyahu destrozaba el proceso de paz que ¨¦l hab¨ªa edificado.
El esp¨ªritu rudo de colonos con el que Netanyahu ha impregnado el Gobierno del Likud quiz¨¢s haya sido una herencia cultural que el hasta ahora primer ministro recibi¨® durante los a?os en que vivi¨® en Estados Unidos, primero de ni?o, mientras su padre ense?aba historia del juda¨ªsmo en una universidad norteamericana, y luego como diplom¨¢tico en Washington y en la sede de Nueva York de Naciones Unidas. Netanyahu comenz¨® su carrera pol¨ªtica en 1988, cuando fue nombrado viceministro de Asuntos Exteriores en el Gabinete conservador de Isaac Shamir. Tres a?os despu¨¦s se convertir¨ªa en portavoz israel¨ª durante la Conferencia de Paz de Madrid. Pero hasta 1993 no irrumpi¨® en la pol¨ªtica interior, tras ser nombrado presidente del Likud y candidato a primer ministro en las elecciones de 1996, en las que derrot¨® a Peres.
Los tres a?os de Gobierno del Likud han llevado a Israel a una ca¨ªda por la pendiente de la crisis econ¨®mica, el aislamiento internacional y el descr¨¦dito, aseguran sus muchos de sus compa?eros de partido, que se disponen a repartirse sus despojos pol¨ªticos en cuanto se confirme su derrota. El m¨¢s voraz de todos parece ser el alcalde de Jerusal¨¦n, Ehud Olmert, a quien todos los observadores se?alan como su heredero.
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