Reformas no tan apremiantes

La furia reformadora de los anteriores responsables del Ministerio de Educaci¨®n y Cultura parece haberse aplacado. Despu¨¦s de la tormenta levantada con el curr¨ªculo de la historia y su posterior encalmamiento ante la dificultad para ponerse de acuerdo unos y otros (MEC y comunidades con competencias educativas), el departamento sinti¨® la necesidad de hacer algo, aunque fuera menos sonado, circunscribi¨¦ndolo al ¨¢mbito de las comunidades en que entonces ten¨ªa competencias (Asturias, Castilla y Le¨®n, Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid y Murcia) y a las tres que las hab¨ªan recibido recientemente (Arag¨®n, Cantabria y La Rioja).Se hablaba de reformar el bachillerato. Ciertamente, no existe plan perfecto. A unos les parece que las ciencias no son humanas; a otros, que las humanidades impregnan todas las ¨¢reas de conocimiento. En el bachillerato, quitar horas de unas materias y ponerlas en otras, sin m¨¢s, parece, ?ojal¨¢ no lo fuera!, el intento de conformar a los grupos corporativos m¨¢s influyentes, m¨¢s fuertes o mejor organizados. No pongo en duda la gran importancia de la filosof¨ªa, pero ?por qu¨¦ no se aborda el conjunto de forma m¨¢s integral? ?Por qu¨¦ se propone derogar los contenidos de actitudes en vigor, en todas las materias, que suponen de hecho una transversalidad human¨ªstica cuando casi no han tenido un desarrollo en la pr¨¢ctica? Y qu¨¦ decir de las propuestas de perfeccionamiento de la ESO. Una de las reivindicaciones en los a?os setenta y ochenta, por parte de los movimientos de renovaci¨®n pedag¨®gica y de las asociaciones de padres, fue la necesidad de posponer la edad de toma de decisiones respecto al futuro acad¨¦mico y profesional, que en aquella ¨¦poca era la de 14 a?os (fin de la EGB y elecci¨®n alternativa de bachillerato o formaci¨®n profesional). La LOGSE determin¨® que tal elecci¨®n se har¨ªa a los 16, en que habr¨ªa de elegirse entre bachillerato y FP. A esta edad, la madurez de los alumnos ser¨ªa mayor, y la elecci¨®n, m¨¢s adecuada. Pues bien, uno de los aspectos que se pretend¨ªan modificar atenta contra este principio al introducir en cuarto de ESO la especializaci¨®n (t¨¦cnica, t¨¦cnico-cient¨ªfica y cient¨ªfico-humanista) que ahora se inicia en bachillerato.

De entrada, a falta de unos meses para concluir los procesos de transferencias educativas no universitarias a las CCAA que a¨²n no las tienen, no parece acertado hacer incursiones que bien podr¨ªan calificarse de intrusivas, aunque fueran legales, en lo que va a ser pr¨®ximamente un campo de actuaci¨®n propio. Si a?adimos la falta de publicidad y debate, queda de manifiesto la falta de pertinencia del planteamiento.

Ante las dificultades para mejorar consensuadamente la LOGSE, el MEC dudaba entre estas cuatro posibilidades: a)modificarla raudo, a golpe de decreto; b) retirar el proyecto presentado por la titular anterior; c) corregir ¨²nicamente aquellos apartados en que la contestaci¨®n corporativa fuera menor o inexistente, y d) anunciar que la va a reformar, pero sin declarar cu¨¢ndo lo har¨¢. A mi juicio, el nuevo equipo ministerial ya se ha decantado por la ¨²ltima opci¨®n. El titubeo caracter¨ªstico de los anteriores responsables va a devenir, como consecuencia de las cercanas citas electorales auton¨®micas, municipales y europeas, en un aplazamiento para no turbar la favorable coyuntura que las encuestas sobre intenci¨®n de voto dan al Partido Popular. As¨ª las cosas, tendremos que dejar para m¨¢s adelante la petici¨®n de negociaci¨®n, de b¨²squeda de consenso o bien de la retirada de los proyectos.