Las elecciones dejan un Parlamento m¨¢s atomizado y con m¨¢s peso de los religiosos

La sangr¨ªa de esca?os que los dos partidos mayoritarios en Israel, Likud y Laborista, han sufrido en las elecciones legislativas celebradas el lunes ha servido para reforzar al mismo tiempo a los partidos integristas jud¨ªos y las organizaciones rivales laicas. Las dos formaciones m¨¢s importantes del pa¨ªs han perdido conjuntamente 20 diputados -7 los laboristas y 13 el Likud- en una C¨¢mara compuesta por 120 esca?os, mientras que el frente ultraortodoxo y los seculares lograron un avance total de 17 diputados. Los Laboristas retroceden de 34 a 27 esca?os y el Likud cae de 32 a s¨®lo 19.

El conservador Likud y el Partido Laborista han perdido en las pasadas elecciones el apoyo de los sectores radicales de sus respectivas organizaciones. Es el resultado de unas campa?as electorales casi id¨¦nticas, en la que las dos formaciones hegem¨®nicas decidieron estrat¨¦gicamente batallar por el mismo objetivo: captar los votos del centro electoral.Los frutos de esta campa?a ambigua y descafeinada del Likud y del laborismo no ha sido del agrado de sus bases, que han preferido entregar sus votos a formaciones pr¨®ximas, pero m¨¢s definidas ideol¨®gicamente.

Mientras el Likud perd¨ªa votantes por la derecha, al pasar un sector de su electorado a los partidos religiosos ultraortodoxos, especialmente el sefard¨ª Shass, que ha obtenido 17 esca?os, el Partido Laborista ced¨ªa terreno por la izquierda, traspasando los votos y los esca?os a las organizaciones laicas, por ejemplo al renovado partido Shinui, que llev¨® a t¨¦rmino una agresiva campa?a contra los religiosos haredim (temerosos de Dios). Los tres partidos ultrarreligiosos -Shass, Nacional Religioso y Juda¨ªsmo Unificado de la Torah- se han convertido en su conjunto en el bloque m¨¢s potente de la C¨¢mara, al sumar en total 27 esca?os, cuatro m¨¢s de los que las tres formaciones pol¨ªticas pose¨ªan en la anterior legislatura. La fuerza de los religiosos s¨®lo es comparable a la de los laboristas, que poseen en el Parlamento tambi¨¦n 27 diputados.

El sector opuesto al religioso, los laicos de izquierda y centro -Meretz, Shinui, Centro y Un Solo Pueblo-, con un total de 23 diputados, ha conseguido un avance espectacular con respecto a la pasada C¨¢mara, en la que contaban con 13 esca?os menos. La progresi¨®n m¨¢s importante del frente laico la encarnan el partido Shinui y el Partido de Centro, con seis diputados cada uno.

Otro avance importante es el de los dos partidos de los inmigrantes rusos, que suman un total de 11 esca?os, cuatro m¨¢s que en el Parlamento de 1996.

Los beneficios de la derrota Likud y del laborismo han llegado a alcanzar, incluso, a los partidos ¨¢rabes -Hadash, Lista ?rabe Unificada y Alianza Democr¨¢tica Nacional- que, con 10 esca?os, suman un diputado m¨¢s que en la anterior Knesset (Parlamento).

La potenciaci¨®n de estos partidos minoritarios, entre los que hay que incluir a la Unidad Nacional (extrema derecha), que logra tres esca?os, y la perdida de representaci¨®n parlamentaria del Likud y del laborismo, amenaza con convertir al Legislativo en un aut¨¦ntico zoco, sobre todo si se tienen en cuenta las discrepancias existentes entre muchos de los partidos afines para trabajar en bloque.

"La atomizaci¨®n del Parlamento de Israel es un reflejo de su misma sociedad, que despu¨¦s de 51 a?os y, a pesar de tener una religi¨®n com¨²n, ha sido incapaz de cohesionarse", resum¨ªa ayer un comentarista de la pol¨ªtica israel¨ª.