Un edil del PP de M¨¢laga declara como imputado por malversaci¨®n

El concejal del PP en el Ayuntamiento de M¨¢laga Francisco Su¨¢rez ha declarado como imputado por un supuesto delito de malversaci¨®n de fondos p¨²blicos. Las Fiscal¨ªa pretende aclarar con estas diligencias informativas la veracidad de una denuncia an¨®nima en la que se recog¨ªan presuntas pr¨¢cticas de corrupci¨®n mediante la falsificaci¨®n de facturas en la compra de materiales para un distrito. Su¨¢rez, que no ha sido incluido en la candidatura del PP para las municipales, conf¨ªa en que el caso se archivar¨¢.

Junto al concejal tambi¨¦n ha testificado como imputado un t¨¦cnico municipal, el responsable operativo del distrito Oeste de la ciudad en 1995, Jos¨¦ C.M. En los an¨®nimos recibidos por el fiscal se acusa a ambos de de denunciar la sustraci¨®n de materiales comprados con dinero en met¨¢lico por el Ayuntamiento pero que realmente nunca entraron en los almacenes. En estas dependencias se produc¨ªan frecuentes robos. El fiscal jefe de la Audiencia de M¨¢laga, Manuel Vill¨¦n, que ha declarado secretas las actuaciones, solicit¨® en febrero al Ayuntamiento que le justificara documentalmente la entrada o salida de m¨¢s de 20 kilos en materiales de construcci¨®n, comprados en diciembre de 1995 por 1,9 millones de pesetas y que se corresponde con la factura de mayor cuant¨ªa mencionada en el an¨®nimo. Las certificaciones remitidas por el equipo de gobierno de Celia Villalobos no convencieron al ministerio p¨²blico que resolvi¨® "agotar hasta el final" las posibles indagaciones. Hace dos semanas cit¨® al concejal y el pasado lunes hizo lo propio con el funcionario, seg¨²n fuentes judiciales. Ahora tendr¨¢ que determinar si prosigue con las diligencias, las archiva o las remite al juez si aprecia indicios de delito. Las citadas fuentes matizaron lo complicado del asunto, porque la investigaci¨®n parte de un an¨®nimo. Su¨¢rez de momento guarda silencio y dice que s¨®lo lo romper¨¢ cuando se archive la investigaci¨®n, algo de lo que se muestra seguro. En el an¨®nimo se narra que el concejal y el funcionario falsificaron facturas de compra de material para los servicios operativos del distrito que, en teor¨ªa, se guardaba en el antiguo matadero municipal. La instalaci¨®n fue objeto durante 1996 de diversos robos tras los cuales se hizo constar la desaparici¨®n de productos para permitir que el Ayuntamiento compensara las p¨¦rdidas con el seguro. Los asaltos al matadero adquirieron en su momento una notable notoriedad p¨²blica porque el concejal de Seguridad, Antonio Cordero, autoriz¨® que se aparcara en el recinto un coche de polic¨ªa sin agentes a modo de espantacacos. Tambi¨¦n afirma que esas compras nunca llegaron a su destino, que se ama?aron las facturas, en algunos casos con el consentimiento de los proveedores, y que los desembolsos en met¨¢lico se libraron sin que se sepa el destino. Adem¨¢s, aporta fotocopias de oficios en las que se recoge que los gastos por la compra de materiales para el distrito Oeste de la capital durante el a?os 1996 ascendieron a 34 millones y los previstos para el a?o siguiente sumaban 70 millones.