Pelotas de goma para olvidar la guerra
Los hombres vieron vencer al M¨¢laga frente al Barcelona B en La Rosaleda el pasado s¨¢bado. Ayer -que tambi¨¦n iba de pelotas- les toc¨® a las mujeres y los ni?os. Un grupo de 40 chavales albanokosovares de entre seis y 12 a?os con sus respectivas madres pudieron ser ni?os de nuevo: salieron del Centro Eurolatinoamericano de Juventud (Ceulaj) en Mollina, donde est¨¢n acogidos desde hace dos semanas, para divertirse en un parque infantil de la capital. Un fila de zapatos diminutos y un griterio de gran calibre conformaban el escenario. Eso, y colchonetas el¨¢sticas de colores estridentes, redes y toboganes y miles de bolas, que los m¨¢s batalleros emplearon para lanzar contra el enemigo. "Nos ha venido muy bien un poco de evasi¨®n porque continuamente estamos pensando que puede pasar algo a los familiares que no est¨¢n aqu¨ª", comentaba Kimeta Ratkoceri, una mujer que hab¨ªa dejado sus obligaciones en el Ceulaj para llevar a su hija de nueve a?os al Magic Park. "Es que los ni?os llevaban mucho tiempo sin poder jugar con normalidad: ni en los campos de refugiados de Macedonia [donde llevaban m¨¢s de un mes antes de venir a Espa?a], ni tan siquiera en los patios de su casa cuando estaban en Kosovo", dice Nevenka, una de los cerca de 30 voluntarios de la Cruz Roja que est¨¢n atendiendo a los refugiados en Mollina y que hace las veces de traductora. Valvana, de nueve a?os, estaba dispuesta a no dejar pasar la oportunidad y ten¨ªa muy claro lo que le hab¨ªa gustado m¨¢s. "El recinto de las pelotas dode se tiran las cosas", comenta con rostro inexpresivo y los brazos cruzados intentando hacerlo bien. Que si echa de menos su pueblo. La respuesta: la obvia. Baja la mirada al suelo y rompe a llorar. "Los ni?os se han adaptado muy pronto. Y los ex¨¢menes psicol¨®gicos est¨¢n dando buenos resultados", dice Nevenka. "Pero a¨²n as¨ª hay casos aislados en que se les ve m¨¢s retra¨ªdos. Con los adultos es diferente. Ellos lo llevan por dentro". Miguel Mu?oz, secretario provincial de la Cruz Roja, apunta en esta misma direcci¨®n: "Las previsiones es que llegaran peor. La recuperaci¨®n f¨ªsica ha sido muy r¨¢pida, la psicol¨®gica es otra cosa". Actividades no les faltan en el Ceulaj. "Se pasan todo el d¨ªa liados", dice Nevenka: que si las clases de espa?ol, que si el programa de vacunaci¨®n, que si la guarder¨ªa "para que las madres puedan hacer otras cosas", que si la animaci¨®n cultural y los deportes. Para hoy mismo tienen prevista una visita a un colegio de Antequera y a¨²n les queda una actividad pendiente: ver el mar. Porque los m¨¢s osados s¨®lo han podido salir, de momento, a dar una vuelta por el asfalto caliente del municipio que les acoge. No les queda mucho tiempo que perder. Seg¨²n Mu?oz, en dos semanas m¨¢s comenzar¨¢ la derivaci¨®n "por n¨²cleos familiares" a otros centros de Andaluc¨ªa y Extremadura. Pero todav¨ªa no sabe si se har¨¢ de forma escalonada o en bloque. "Los voluntarios lo van a sentir porque est¨¢n encantados con los ni?os. Cuando se vayan tambi¨¦n se les va a ir un amigo", dice el responsable. La Administraci¨®n auton¨®mica tambi¨¦n se ha querido marcar un tanto: est¨¢ recogiendo alimentos y ropa en 12 locales de la capital, ha firmado un convenio con cuatro grandes superficies con este mismo objetivo y ha organizado una cena ben¨¦fica para el pr¨®ximo d¨ªa 26 . Su imaginaci¨®n ha llegado a l¨ªmites insospechados: subastar parte de la exposici¨®n patrocinada por Unicaja M¨¢laga. Fragmentos de una traves¨ªa.
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