Salvar la cara
ALTOS FUNCIONARIOS alemanes aventuran que quedan dos semanas m¨¢s de bombas y febril diplomacia en Serbia. Largo plazo ante la cascada de declaraciones contradictorias entre los aliados y los nuevos desv¨ªos de sus bombas guiadas, que parecen haber alcanzado un hospital de Belgrado. Se cumpla o no el pron¨®stico, parece claro que se ha entrado en la fase previa a la escritura de un gui¨®n que, bendecido por el Consejo de Seguridad, pueda dar a Milosevic el pretexto que necesita para decir a los suyos que no se ha rendido a la OTAN, sino que negocia con ella. Y a la Alianza (que no est¨¢ dispuesta a pagar el precio necesario para derrotarle inequ¨ªvocamente), el argumento que busca para salir de un atolladero en el que ha quedado en entredicho su estrategia de guerra a¨¦rea.Del lado serbio hay argumentos poderosos. Serbia no s¨®lo est¨¢ siendo devastada desde el aire; las deserciones confirmadas de reclutas pueden ser s¨®lo el inicio de movimientos m¨¢s extensos. Pese a ello, Milosevic sabe que la vida de sus soldados es a¨²n extraordinariamente barata comparada con la de los aliados. Entre los socios influyentes de la OTAN se extiende la idea de que la relaci¨®n entre medios y resultados no justifica la continuaci¨®n sin plazo de una campa?a cada vez m¨¢s impopular. Un reciente informe del Pent¨¢gono a la Casa Blanca asegura que una victoria contundente en Serbia es imposible sin intervenci¨®n terrestre. Si los verdes han dado a Schr?der el pretexto perfecto para rechazar esta semana categ¨®ricamente semejante posibilidad, las encuestas francesas se?alan que partidarios y detractores de la guerra est¨¢n parejos, cuando hasta hace poco eran amplia mayor¨ªa quienes cre¨ªan que deb¨ªan continuar los ataques hasta la capitulaci¨®n de Milosevic.
Clinton reiter¨® ayer que no se detendr¨¢n los bombardeos mientras Belgrado no acepte los puntos b¨¢sicos formulados en Bonn por el G-8 hace dos semanas. Ahora ya no son cinco, se han ca¨ªdo los relativos a una administraci¨®n interina para Kosovo dise?ada por la ONU y la exigencia de un proceso pol¨ªtico para dotar a la provincia de mayor¨ªa albanesa de un amplio autogobierno. Y aun en la interpretaci¨®n de las tres condiciones cruciales -retirada de las fuerzas serbias, regreso de los expulsados y despliegue de tropas para garantizar su seguridad- hay divergencias entre los aliados. Clinton insiste en que la OTAN debe ser el n¨²cleo militar en Kosovo, pero otros socios distan de estar convencidos de esta exigencia, que Milosevic y su intermediario ruso rechazan de plano. Cuestiones no tan vitales (si debe o no haber una pausa en los bombardeos, por ejemplo) tambi¨¦n est¨¢n sometidas a discusi¨®n en el seno de la Alianza: 19 pa¨ªses intentando en vano hablar con una sola voz.
La guerra a¨¦rea contra Serbia ha llegado a un punto en que todos buscan salvar la cara. En el camino ha ido quedando la suerte de casi un mill¨®n de personas tratadas como no se recordaba desde hace medio siglo. Sobre este extremo, largamente anunciado y finalmente tolerado, los aliados deber¨ªan recordar la lecci¨®n de Bosnia. Casi cuatro a?os despu¨¦s del final de la guerra, y pese a una formidable presencia armada y su condici¨®n pr¨¢ctica de protectorado, m¨¢s de un mill¨®n de seres humanos permanecen lejos de sus casas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.